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El petróleo del país con más reservas del mundo resurge con España como protagonista: el crudo con el que nadie contaba ha vuelto

  • Repsol y Chevron están impulsando la producción de sus campos de crudo
  • Venezuela ya roza el millón de barriles diarios, cifra que no veía desde 2019
  • España ha multiplicado sus importaciones de crudo venezolano en los últimos meses

Álvaro Moreno, Vicente Nieves

Una de las gestiones más cuestionables en la historia del petróleo se ha podido presenciar en un país que tiene importantísimos lazos históricos y culturales con España: Venezuela. El país caribeño tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, sin embargo, su producción de crudo lleva años sin alcanzar el millón de barriles. A la dudosa gestión del crudo se le suman las sanciones impuestas por EEUU al régimen venezolano. Aunque es cierto que estas sanciones se levantaron parcialmente con la invasión de Rusia a Ucrania, pocos se atrevieron a vaticinar un despertar de esta industria que llevaba en caída libre desde finales de los 90 (los años dorados de Venezuela). Sin embargo, un puñado de 'actores' que incluyen a España están ayudando a impulsar la producción del país, de tal manera que, más pronto que tarde, la producción de crudo podría volver a alcanzar el millón de barriles por día, una cifra que no se ve desde principios de 2019.

Los últimos datos han vuelto a ser esperanzadores (ya van unos cuentos meses de crecimiento). Venezuela produjo una media de 989.000 barriles por día (bpd) de crudo en octubre, un alza del 4,8% respecto a los 943.000 bpd en septiembre, según cifras oficiales recogidas en un informe publicado este martes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El país con las mayores reservas probadas de crudo registró también un incremento del 25,8% en comparación con octubre del año pasado, cuando produjo 786.000 bpd. Aunque Venezuela tiene reservas de petróleo por más de 300.000 millones de barriles, los problemas para extraer y comercializar ese crudo en los últimos años y casi décadas han sido evidentes. La falta de inversión en la industria, la mala gestión de los ingresos obtenidos y las sanciones han creado esta paradoja: el país con más crudo del mundo produce mucho menos que otros países que tienen un 80% menos de reservas probadas de crudo.

Los Expertos atribuyen el reciente e inesperado aumento a la reanudación de las operaciones de varias transnacionales, sobre todo, de la estadounidense Chevron. En la primera etapa de Trump el mandatario buscó tumbar a Venezuela con una medida agresiva, un embargo total sobre su industria petrolera. Ninguna empresa podría trabajar en los pozos venezolanos y tampoco se podría comercializar componentes clave para el refino como los químicos. Tampoco podría hacerlo (legalmente) ningún país que comerciase con EEUU. Esto suponía un golpe en la yugular para Caracas, cuyo crudo a pesar de ser tan abundante es 'ultrapesado' por lo que requiere un importante procesamiento que requiere de estos químicos.

Producción de petróleo en Venezuela.

Con Biden llegó el deshielo con dos medidas clave. En primer lugar, otorgó una licencia especial (la licencia 41). Que permitía a empresas elegidas directamente trabajar en el país. La más reseñable fue Chevron. Con una PDVSA quebrada y una economía devastada, estas empresas eran las únicas que podían aumentar la capacidad de producción del país caribeño. Más adelante, levantó temporalmente las sanciones, condicionando la medida a garantías en las últimas elecciones, garantías que se consideraron incumplidas, por lo que no se renovó. Sin embargo, las empresas que ya estaban operando bajo esta licencia 41 podían seguir y, de hecho, se incluyó a dos firmas europeas nuevas (Repsol y Maurel & Prom).

En declaraciones a elEconomista.es, Francisco Monaldi, director del Programa de Latinoamérica del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston, comenta que si bien tiene dudas con las cifras oficiales y cree que puede haber solo 900.000 barriles diarios bombeando ahora mismo, el crecimiento es innegable. "La clave está siendo Chevron que ha aclanzado los 225.000 barriles diarios". En ese sentido, explica que si bien este ha sido el principal catalizador, se queda ya sin margen de maniobra, pues "el plan que la firma se ponía como techo eran los 260.000 barriles, por lo que ya no hay mucho más margen en este frente".

España y el petróleo de Repsol

La otra cara de esta moneda es el fuerte incremento de las importaciones de petróleo venezolano que se está presenciando en España. En los últimos meses, España está importando entre 80.000 y 100.000 barriles de crudo venezolano, lo que ha convertido al país caribeño en el quinto o cuarto proveedor más importante junto a Nigeria, según los datos publicados por CORES. En lo que va de año, España ya ha comprado más de dos millones de toneladas de crudo venezolano, unos datos que no se veían (en el acumulado del año) para estas fechas desde 2009, hace ya 15 años.

Aunque correlación no implica causalidad, buceando en los datos de CORES se puede apreciar cómo España dejó de comprar crudo ruso en abril de 2022, coincidiendo con el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania. A partir de ese momento se detecta unas importaciones crecientes de crudo venezolano, también estadounidense. Antes de 2022, España había pasado incluso años enteros sin comprar un barril de petróleo venezolano. Esta mayor demanda del crudo de Venezuela resulta fundamental para que la industria del país puede restablecer parte de su capacidad de producción.

Esto deviene en importaciones para España pero, Christopher Canler, profesor de la Universidad Carlemany, señala que posicionarse en Venezuela, en particular en su industria petrolera, tiene un gran sentido estratégico. "No hay que olvidar que Venezuela posee las reservas de petróleo más importantes del planeta, mucho más grandes incluso que las de países como Arabia Saudí". Por tanto, "el potencial de crecimiento del país es enorme, se podría convertir en el país más rico del planeta. Todos los países (EEUU, China, Europa...) saben que esto es así e intentan no perder posiciones allí esperando la oportunidad para intervenir en su desarrollo" explica el experto.

Sin embargo, buena parte de la relación entre el crudo venezonalo y España, además del nuevo impulso de Venezuela, viene de Repsol, la que está teniendo una evolución más rápida y marcada en el país. La española cuenta con cuatro proyectos en la región, el primero es 'Campo Perla' uno de los mayores campos de gas offshore de todo Latinoamérica. También tiene Quiriquire Gas, con el 60% de participación en un área de 93 kilómetros cuadrados en Monagas.

Muy cerca está Petriquiriquire, una sociedad que controla al 40% en la que opera los campos petroleros en Monagas, pero también los de Mene Grande y Barúa Matatán, en los estados de Zulia y Trujillo. Destaca de forma relevante Petrocarabobo, un área de 383 kilómetros cuadrados. Todos estos campos permiten a la española bombear cerca de 65.000 barriles de petróleo al día, es decir, un 11% de su negocio en todo el mundo.

Monaldi explica que hay que matizar estas cifras y que, de hecho, tienen detrás implicaciones incluso mayores. Según sus estimaciones, la española estaría produciendo entre 30.000 y 40.000 barriles diarios. "Fuera de Chevron está siendo la clave, no hay contratos nuevos, pero tienen dos áreas nuevas en la cuenca del Lago Maracaibo (Zulia) en el contexto del proyecto Petriquiriquire". En ese sentido, creen que el potencial de la española puede ser el mayor catalizador para el crudo venezolano los próximos meses y años. "Repsol podría duplicar su producción en el próximo año o año y medio".

Sin embargo, Monaldi advierte de que está pasando algo curioso, Repsol está logrando más barriles de Venezuela de los que está extrayendo. "La española no solo está exportando su producción, sino que creo que también está vendiendo barriles de la propia PDVSA". ¿Cómo es posible? El experto explica que, a pesar de que no hay gran información pública que clarifique esta situación al 100%, da por hecho que esto se debe "a un acuerdo que recibieron para cobrarse deuda (en barriles de petróleo) por el proyecto Campo Perla". En resumen, "lo más probable es que están cobrándose una parte de deuda cancelada exportando barriles adicionales, lo que es una buena noticia para Repsol".

¿El ascenso de Trump matará el despertar petrolero?

Sin embargo, volviendo al repunte petrolero venezolano, este puede verse seriamente comprometido los próximos meses, a medida que Trump tome el mando del país en enero. "Los resultados políticos (de las elecciones de EEUU) pueden afectar a la producción mundial de petróleo si hay sanciones a productores como Irán o Venezuela. Si hay sanciones más estricta, habrá una oferta menor del petróleo en esos países".

De momento no se sabe exactamente que hará Trump en relación a Venezuela. Durante la campaña, el republicano ha mostrado su rechazo de régimen caribeño sin mostrar sus cartas. A pesar de que ha definido a Maduro como "un dictador", ha centrado su discurso en cómo "está bajando la delincuencia en su país enviando inmigración a EEUU". Sin embargo, no ha mencionado si volverán las sanciones en su máximo esplendor (sin ninguna licencia) o si optará por un enfoque más pragmático.

Monaldi explica que, sin duda, se abre un periodo de dudas donde todo puede ocurrir. "Gente como Rubio y Waltz, que podrían estar en el nuevo gobierno de Trump han manifestado abiertamente la necesidad de imponer más sanciones a Venezuela", comenta el experto. Sin embargo, cree que ahora toca una etapa de 'niebla de guerra' pues "no sabemos si Trump será más pragmático como ya ha hecho en otros frentes. Lo normal será que la presión suba". Para el experto, todos los escenarios están sobre la mesa, desde que no pase nada hasta una "anulación de las licencias" que destroce por completo la producción venezolana. En cualquier caso, Monaldi cree que "el nuevo gobierno dejará pasar un tiempo antes de tomar ninguna medida drástica".

Desde Venezuela han querido optar por un acercamiento. Maduro felicitó a Trump por su victoria y explicó que "durante su primer gobierno no nos fue bien, este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar-ganar y le vaya bien tanto a Estados Unidos como a Venezuela".