Bolsa, mercados y cotizaciones

El activo fetiche de oriente, occidente y los bancos centrales: el oro bate los 2.700 dólares por primera vez

  • El atractivo del metal frente a otros refugios apunta a más subidas
  • El metal precioso sube un 31,6%, su mejor año desde 1979
  • El oro bate con creces a todas las clases de activos desde el año 2000
El metal está viviendo su año más alcista desde 1979. Foto: Dreamstime

Víctor Blanco Moro
Madrid,

En 2024 los astros se han alineado para aquellos inversores que confían en uno de los activos más tradicionales que se pueden encontrar en el mercado: el oro. El metal precioso supera a todas las principales clases de activos cotizados, con una revalorización que roza el 32% desde el primer día del ejercicio. Las subidas de precio han terminado llevando al metal hasta precios que nunca antes se habían tocado: los 2.700 dólares por onza, un nuevo máximo histórico que, para muchos analistas, no va a frenar el rally que está viviendo. La incertidumbre geopolítica, las elecciones en Estados Unidos, la bajada de tipos de los bancos centrales y el aumento de la demanda por parte de estos últimos son los principales argumentos a favor de nuevas subidas para el precio del oro.

La ruptura de los nuevos máximos históricos del oro se explica por una conjunción de factores que han creado el contexto perfecto para que el metal se disparase de precio. El oro es el refugio por excelencia para los mercados, un activo que se utiliza para diversificar la cartera y cubrirse de las posibles pérdidas que dejan los activos de más riesgo cuando la cosa se pone fea. Aunque en 2024 las bolsas y la renta fija están viviendo un buen año, el oro las supera con creces, animado, en parte, por la incertidumbre geopolítica que sigue existiendo en el mundo. La guerra de Ucrania, y el conflicto en Oriente Medio, siguen siendo una fuente de incertidumbre importante para los mercados.

Ante esto, muchos inversores han optado por invertir en oro, pero hay unos especialmente importantes que han disparado sus compras: los bancos centrales. Según los datos que maneja Bloomberg, en los últimos trimestres se ha producido una compra histórica de oro por parte de los bancos centrales, y varios banqueros centrales han confirmado en los últimos días que siguen teniendo intenciones de aumentar sus reservas de oro en los próximos meses.

Es el caso de los bancos centrales de México, Mongolia y República Checa. Esta semana, en una conferencia en Miami organizada por la Asociación del Mercado de oro de Londres, tres pesos pesados de los bancos centrales de sus países han reconocido su intención de continuar incrementando sus reservas del metal precioso. "En el contexto en el que estamos ahora, de bajada de tipos, tensiones políticas y elecciones en Estados Unidos, hay mucha incertidumbre, y es probable que nuestra reserva de oro vaya a incrementarse", destacó Joaquín Tapia, director de reservas internacionales del Banco de México. Los comentarios de Tapia fueron avalados con discursos similares por parte de sus homólogos de Mongolia y República Checa. La realidad es que el metal se ha convertido en uno de los activos favoritos para los inversores e Oriente y Occidente.

Razones de peso a favor del metal precioso

Los argumentos que ha presentado el banquero central de México se repiten por parte de los analistas. Las compras de los bancos centrales son, en sí mismas, una razón de peso que explica los aumentos de precio que se han producido, pero detrás de todo se encuentra el atractivo del metal como refugio frente a la incertidumbre. Y ahora, la incertidumbre es elevada, con dos guerras abiertas con potencial para disparar los precios de materias primas clave para la economía, como el gas y el petróleo, y unas elecciones en Estados Unidos con precedentes históricos de generar volatilidad en el mercado.

"Las materias primas, los metales preciosos y el oro, en particular, han tenido un año muy fuerte a pesar de las subidas de tipos de la Reserva Federal. El motivo es que hay nuevos compradores de oro, y son los bancos centrales. Antes compraban bonos, renta variable, incluso, y ahora han vuelto al metal. Además, ahora que vamos a ver cómo bajan los tipos de interés en Estados Unidos, esto es, en general, algo bueno para el oro. Y si el dólar se mantiene relativamente bajo frente a sus principales socios comerciales, no va a ser un dolor de cabeza para el oro", explica Nannette Hechler-Fayd'herbe, directora de inversiones para EMEA de Lombard Odier.

Edmund Shing, director de inversions de BNP Paribas WM, explica cómo "el oro es uno de los activos que más nos gusta. Somos alcistas en oro desde hace bastante tiempo y seguimos siéndolo, ya que creemos que el rally aún no ha terminado. Hay muchas compras de inversores asiáticos, de bancos centrales y ahora de inversores de occidente a través de fondos cotizados", destaca el experto, confirmando el atractivo del metal para los inversores de todas partes del planeta.

Por su parte, Carsten Menke, responsable de análisis Next Generation de Julius Baer, también considera que el rally de los precios del metal precioso no debería terminar tras batirse los nuevos máximos históricos. "Las importaciones de oro por parte de India, que se dispararon en agosto tras la rebaja de aranceles, se han normalizado en septiembre. Si bien esto aumenta el potencial de ver caídas en el metal, todavía vemos un contexto fundamental positivo para el oro, con una economía estadounidense enfriándose y perspectivas de tipos más bajos, que podrían llevar a más inversores occidentales a acercarse al metal precioso", señala Menke.

Los inversores estarían siguiendo la lógica que ensalza al oro como un activo atractivo cuando la economía se enfría, y la bajada de tipos de la Fed no hace más que aumentar el atractivo del metal, a medida que otros activos, como la renta fija, reducen su rentabilidad para los inversores como consecuencia de las bajadas de tipos.

Una fuente histórica de rentabilidad elevada

A primera vista podría parecer que el oro, como activo refugio que es, no puede competir en el largo plazo con las rentabilidades que ofrecen activos de más riesgo, como la bolsa estadounidense. Sin embargo, Edmund Shing recuerda que esta percepción es un error: "Desde el año 2000, el oro ha sido la clase de activo más rentable entre las grandes, mejor que la bolsa, los bonos, el inmobiliario… cualquier cosa. Y eso, a pesar de que no da ningún retorno. Al final, es un gran activo que tener para guardar valor; te protege contra la inflación, cambios de regulación, crisis políticas… cualquier cosa", explica. "En el mundo en que vivimos, con tanta incertidumbre política, esto sigue presente", recuerda Shing.

Los datos son llamativos: no sólo el oro ha superado a un activo tan rentable en el largo plazo es el S&P 500; en los últimos 24 años, lo ha superado ampliamente, con una rentabilidad anualizada de casi el 9,5% para el metal precioso, frente al 5,9% anualizado que ha ofrecido el índice de bolsa estadounidense. Para hacerse una idea de la buena inversión que ha sido el metal, el Eurostoxx 50 de bolsa europea cosecha un 0,11% anualizado en el mismo periodo, el dólar un 0,14% anualizado, y la bolsa emergente un 3,36% anualizado, muy por debajo de los retornos que ha dejado el metal.