Bolsa, mercados y cotizaciones
Nueve oportunidades de compra en Wall Street que los expertos detectan tras las correcciones
Sergio Fernández
Wall Street no es ajeno a las correcciones del mercado de las últimas semanas. Desde los máximos del año, el S&P 500 retrocede más de un 4% y el Nasdaq 100 tecnológico más de un 8%. Y eso gracias a la lenta recuperación de la renta variable global tras el desplome del pasado lunes que mitiga parte de esta caída y que lleva a índices como el Nasdaq 100 o el S&P 500 a ponerse en positivo en agosto.
La volatilidad de la bolsa estadounidense ha desaparecido tan rápido como llegó el pasado 5 de agosto. En esta fecha el índice del miedo de Wall Street (que refleja cambios pronunciados en el S&P 500 en los últimos 30 días y la inestabilidad que se percibe en el corto plazo) cotizó en máximos de octubre de 2020. A día de hoy este indicador refleja la misma calma vista durante el resto del verano. "Tras un momento de gran volatilidad en los mercados el momento actual puede ser un entorno favorable para los selectores de valores [...] y para identificar e invertir en empresas fundamentalmente sólidas que parezcan tener buenas perspectivas", comentó Oliver Blakbourn, gestor de carteras en Janus Henderson.
En este entorno de tensa calma donde la incertidumbre no desaparece del todo, los inversores buscan bajo la arena los valores estadounidenses que han tocado fondo con esta corrección pero que no han perdido su consejo de compra en el proceso. Es decir, las compañías que el consenso de mercado que recoge FactSet detecta que son una oportunidad de compra y que cuentan con potencial alcista para salir del agujero del último desplome. Y es que se cuentan por decenas las compañías que en las últimas semanas caen en bolsa más de un 20% desde sus respectivos máximos del 2024. Incluso hay algunas que registran desplomes de hasta el 50%, principalmente los valores tecnológicos y ligados a la inteligencia artificial que fueron las encargadas de liderar las alzas durante buena parte del 2024.
En base a estos criterios, elEconomista.es selecciona nueve valores de Wall Street con una recomendación clara de compra: tres del S&P 500, tres del Nasdaq 100 y tres del Russell 2000 para no desaprovechar a las cotizadas de menor capitalización bursátil de Estados Unidos que históricamente tienden a ir más ligadas al ciclo económico. Estos valores son: Delta Airlines, Halliburton, Schlumberger, DexCom, CrowdStrike, Marvell, DoubleVerify, LiveRamp y Schrodinger. La elección se realiza con la idea de generar una cartera que permita al inversor escoger a compañías estadounidenses de referencia en sectores clave de la economía estadounidense con proyección de crecimiento. En esta categoría entrarían valores del S&P 500 como las dos petroleras o la aerolínea de vuelos internacionales.
No obstante, las auténticas growth estarían en el índice tecnológico de Wall Street que ha sido el principal catalizador de las alzas de la bolsa estadounidense en la primera parte del 2024. Por un lado, existe cierto recelo de los expertos tras el cierre de los resultados del segundo semestre entre las compañías ligadas a la inteligencia artificial. No porque se hayan sobredimensionado los beneficios que aportará la IA a las grandes tech, sino por cómo los costes derivados de la misma puedan afectar a su capacidad para generar free cash flow en próximas fechas. Por otra parte, y a pesar de que la tecnología tiende a acaparar las mayores caídas de los últimos días, los expertos han mantenido, en líneas generales, las valoraciones de estas compañías intactas.
Dentro del Russell 2000 se encuentran las pequeñas capitalizadas de Wall Street (entendiendo por pequeñas compañías con una capitalización bursátil que puede superar los 4.000 millones de dólares). Y, en este caso, se ha filtrado entre las que tienen un mínimo de seguimiento de ocho analistas y solo aquellas enfocadas en la tecnología.
Dentro de la principal referencia de la bolsa de Wall Street las aerolíneas estadounidenses y las compañías petroleras destacan entre los sectores que mayores correcciones soportan en las últimas semanas. No obstante, la mayoría de ellas ya cotiza por encima de lo registrado antes del desplome del pasado 5 de agosto. En esta descripción encaja Delta Airlines que corrige más de un 25% desde sus máximos del año.
La aerolínea con sede en Atlanta llego a situarse a menos de un 1% de sus mínimos del año la semana pasada. Más allá del shock de mercado que afecto a toda la renta variable global, la acción de Delta Airlines se ve penalizada por los inversores que creen en un incremento de los costes de combustible ante la tensión geopolítica o por los temores de recesión en Estados Unidos que amenazarían la demanda de pasajes aéreos. No obstante, los resultados de la compañía reflejan todo lo contrario. Delta Airlines anota en 2024 unos márgenes no vistos desde antes de la pandemia, según apuntan desde JP Morgan. Esto mantiene intacto su consejo de compra en los 59,2 dólares por acción que implican un potencial de casi el 52%.
Halliburton y Schulmberger ofrecen un margen de mejora superior al 40% en ambos casos, según el consenso de mercado que recoge FactSet, hasta los 43,7 dólares y los 65,6, respectivamente. Las firmas de análisis ven en ambos casos una falla en sus resultados del 2024: los bajos precios del gas natural que reducen sus márgenes de beneficio por esta línea y hace menos lucrativa la explotación enfocada a esta materia prima.
Por otra parte, el negocio del petróleo no es tan lucrativo como hace dos años, donde la guerra de Ucrania y la disrupción del suministro elevó el precio del combustible a niveles récord y permitió a la mayoría de compañías cotizadas ligadas a las materias primas energéticas cerrar resultados históricos que difícilmente puedan verse de nuevo. No obstante, las expectativas puestas en el 2025 son mejores de las actuales, como apuntan desde Edmond de Rothschild AM. Además, y mientras la búsqueda y apertura de nuevos pozos petrolíferos avanza, ambas compañías ofrecen una rentabilidad por dividendo superior al 2,2%.
La mayor parte de las grandes tecnológicas de Wall Street, incluso aquellas que quedan fuera de las conocidas como Las Siete Magníficas, han presentado unos resultados que refuerzan la creencia de que la inteligencia artificial es la vía de crecimiento de cualquier compañía. El único elemento en contra es el miedo de los inversores a que el coste de desarrollar e implantar la IA recorte los beneficios de estas compañías y cercene su capacidad para generar efectivo (free cash flow, en inglés).
Esto llevó al Nasdaq 100 a iniciar una caída antes incluso del desplome de la semana pasada. No obstante, la tecnología de Wall Street encabeza de nuevo las alzas de la renta variable. Los lectores de Ecotrader, el portal premium para inversores de elEconomista.es, ya fueron testigos de la recuperación de valores como Marvell, Dexcom o CrowdStrike. Las tres han pasado por la estrategia de valores internacionales de elMonitor y presentan ahora una segunda oportunidad. Dexcom alertó al mercado de que su capacidad para hacer nuevos clientes en Estados Unidos pasaría factura a sus ingresos en lo que resta de año y esto llevó a la compañía una caída hasta mínimos de 2020. De hecho, desde máximos del 2024 la compañía retrocede casi un 50%.
No obstante, el consenso de expertos mantiene la recomendación de compra en la compañía que ofrece un potencial al alza de casi el 30%. CrowdStrike tiene casi lo mismo que recuperar en bolsa pero mayor potencial que Dexcom, según los expertos. La compañía centrada en la ciberseguridad, y que estuvo vinculada al apagón que sufrió Microsoft este verano, ofrece un margen de mejora de casi el 40% hasta su precio objetivo de 340 dólares.
Marvell, por contra, es de esas compañías cuya oportunidad está a punto de pasar. La compañía enfocada en el desarrollo de semiconductores rebota esta semana más de un 14%, lo que empieza a cerrar esta segunda oportunidad que se abre para aprovechar el rebote. Aún así el consenso que reúne FactSet considera que la compañía aún tiene recorrido sobre el parqué hasta sus 90 dólares por acción de precio objetivo.
El riesgo de recesión en Estados Unidos vuelve a estar descartado por parte del mercado que baraja el aterrizaje suave como el horizonte más probable. Como prueba, la última encuesta a gestores de Bank of America recoge que el 68% de la muestra espera una economía estadounidense sin recesión mientras la Reserva Federal de Estados Unidos cumple con su objetivo de alcanzar una inflación del 2%.
Históricamente, las compañías cotizadas más pequeñas y más arraigadas al tejido empresarial nacional en Estados Unidos tienden a las alzas cuando el ciclo económico es benévolo. Además, el Russell 2000 ofrece en bruto el doble de potencial que el S&P 500. LiveRamp es una compañía de computación en la nube que capitaliza 1.500 millones de dólares ofrece un recorrido por delante que casi dobla su actual precio de cotización con más del 75% de los analistas aconsejando tomar posiciones (ninguna aconseja vender). Desde el departamento de análisis de Wells Fargo consideran que la compañía juega un papel defensivo para los inversores. "En un entorno de incertidumbre, LiveRamps obtiene el 75% de sus ingresos de contratos fijos y una propuesta de crear valor centrado en impulsar la eficiencia de sus clientes", comentan desde la firma.
Schrödinger es otra de las propuestas de los expertos entre las pequeñas tecnológicas de Wall Street. Los servicios de la compañía se centran en desarrollar software vinculado a la investigación y desarrollo de fármacos y a la biotecnología en general. Con la presentación de sus resultados en el primer semestre del 2024, la compañía anunció su compromiso de mantener su rumbo actual en ingresos y beneficios para el resto del ejercicio. Con una capitalización bursátil que también ronda los 1.500 millones de dólares, Schrödinger presenta un potencial del 60% hasta los 31 dólares por acción.
DoubleVerify pesa sobre el parqué el doble que las dos anteriores. La compañía que se dedica al negocio de la publicidad en internet no tendría la posibilidad de recuperar los máximos anotados este 2024, según el precio objetivo que fija el consenso de mercado que recoge FactSet en los 27,5 dólares. Esto, sin embargo, implica un margen de mejora que roza el 50%.