Bolsa, mercados y cotizaciones
Los ETF europeos se acercan al cuarto de siglo de vida con una cuota del 12%
- Desde su aparición en 2000 no han experimentado nunca salidas de dinero
Ángel Alonso
Madrid,
Los ETF, las conocidas siglas en inglés de los Exchange Traded Funds, fondos cotizados en español, se encuentran a tan solo dos años de cumplir un cuarto de siglo en la industria de inversión europea. Y los datos demuestran la importancia creciente que han adquirido: suman ya 1,33 billones de euros en activos bajo gestión, lo que representa el 12,4% del total del volumen patrimonial de los fondos, según Morningstar, con datos de febrero.
Aunque este porcentaje todavía es reducido en comparación al tamaño de la industria de inversión europea, muestra el potencial que sigue ofreciendo, con todas las gestoras internacionales creando o adquiriendo firmas específicas para este segmento de productos, que en los 23 años de vida que cumplió ayer no ha experimentado un solo ejercicio de salidas netas de dinero.
Todo un hito teniendo en cuenta que en este período se han vivido varias de las crisis más importantes de las últimas décadas, como la financiera de 2008, la del euro de 2011 o la pandemia de 2020. De hecho, en un ejercicio tan complicado como fue el año pasado, donde ni la bolsa ni la deuda fueron capaces de sortear la extrema volatilidad, los ETF lograron capear el temporal y captaron 80.200 millones de euros, aunque su patrimonio perdió 88.300 millones por el efecto caída de los mercados.
No solo los inversores buscaron el refugio de los fondos cotizados el año pasado, sino que esta cifra de suscripciones fue más del doble que su media anual, lo que convierte a 2022 en el quinto mejor ejercicio de la industria europea de ETF, según los datos de Refinitiv Lipper.
Estas cifras, y el crecimiento sostenido que mantienen desde su nacimiento (en la última década han cosechado una tasa compuesta de incremento anual del 18,7% , según datos de PWC Luxemburgo), llevan a Detlef Glow, responsable de Análisis de Lipper para Europa, Oriente Medio y África (Emea), a pronosticar que alcanzarán los 2,5 billones de euros de patrimonio antes de 2030, lo que implicaría doblar su volumen actual en menos de siete años.
Un crecimiento que estaría aún lejos de mercados más maduros en este segmento como Estados Unidos, donde ya gestionan 6,7 billones de dólares, lo que representa casi un 24% del total de activos frente al 59% de los fondos tradicionales y el 17% de los fondos monetarios, según datos de Morningstar.
La persistente menor rentabilidad que el conjunto de los fondos ofrece frente a los ETF (sobre todo en la última década larga de tipos de interés en cero) y su coste mucho más reducido, aparte de la mayor capacidad de distribución que han ofrecido las plataformas tecnológicas durante los últimos años, explican el éxito de los fondos cotizados en Europa.
De hecho, la aparición de bancos y brókeres digitales como Scalable Capital, Flatex,Trade Republic o BUX han permitido la popularización de los fondos cotizados entre los inversores particulares europeos, hasta el punto de que el segmento retail ya maneja más de 100.000 millones de euros, con la previsión de que alcancen los 353.300 millones en tan solo tres años, según las previsiones que aparecen en un estudio realizado por BlackRock y la plataforma especializada extraETF.
Impulso 'retail'
Lipper augura precisamente que los clientes particulares serán una de las palancas de crecimiento de los ETF en los próximos años. En países como Alemania se han popularizado las cuentas de ahorro compuestas por este tipo de productos, una tendencia que ya se está extendiendo a otros países.
En España, donde los fondos de inversión cuenta con la ventaja del diferimiento fiscal al realizar traspasos entre productos colectivos de inversión, los ETF se han convertido sobre todo en un vehículo de inversión utilizado por los inversores institucionales, que los utilizan como subyacententes de una parte importante de las carteras de gestión discrecional.
La aparición de ETF de gestión activa de bonos, en los que no se busca la direccionalidad de un mercado concreto y dirigidos al institucional, y la tendencia de los productos ESG serán otros de los motores de crecimiento de la gestión pasiva en Europa, según Lipper.