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Con el coste de financiación al alza, vence un 12,5% de la deuda del Estado en 2023

  • El interés medio que paga España en las nuevas emisiones sube al 2,7%
  • El 'colchón' de ahorro privado permitirá que haya demanda en renta fija

Víctor Blanco Moro
Madrid,

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, anunciaba hace dos semanas que el Tesoro Público reducirá en 5.000 millones de euros el volumen de emisión neta prevista para este año. Cancelará la última emisión fijada para la próxima semana, con lo que se emitirán 70.000 millones netos -en bruto serían algo más de 232.500 millones-. En España quedarán en circulación en torno a 1,3 billones de euros en deuda pública, y hay que tener en cuenta que un 12,5% de esta financiación vence el próximo año, en torno a 160.000 millones de euros (unos 60.000 millones serían letras a corto plazo).

El aumento en los costes de financiación ha sido la gran preocupación este año en el que los bancos centrales han vuelto a subir los tipos para frenar la inflación. La deuda colocada durante 2022 ha ido encareciéndose como era de esperar, de manera que a cierre de noviembre el coste medio de las nuevas emisiones se ha situado cerca del 2,7%, el mayor desde 2012, en plena crisis de deuda de la periferia europea. La cifra fue negativa durante prácticamente todo 2021, en mínimos históricos.

En los primeros meses del año, sin embargo, el coste medio de toda la deuda en circulación (no solo el de las nuevas emisiones) seguía reduciéndose, tal y como venía haciéndolo en los últimos años. A pesar de que los mercados de renta fija reaccionaron al aumento de tipos del Banco Central Europeo (BCE) incluso antes de que este se produjese, los intereses medios que paga España bajaban a medida que vencían los bonos que se habían emitido en los años más complicados de la crisis de deuda europea, en 2012.

Esto ha empezado a cambiar: en octubre el tipo medio de la deuda en circulación se situó en el 1,68%, ya ligeramente por encima del 1,64% al cierre de 2021. Y el dato de noviembre sube al 1,706%. Con todo, aún está por debajo del 1,86% de 2020 y del 2,20% de cierre de 2019. El Tesoro había hecho los deberes en los últimos años para financiarse barato y a largo plazo. La vida media de la deuda se mantiene en el entorno de los 8 años que se lograron en 2021.

Impacto en el bono español

Con un bono español en el entorno del 2,8% en el mercado secundario en este momento, cabe preguntarse si la financiación seguirá encareciéndose y qué supondrá para el Tesoro afrontar los próximos vencimientos. Hay varios factores que permiten ser optimistas con la posibilidad de que el bono español evite una oleada de ventas que disparen su rentabilidad.

El primero de ellos es el BCE. La institución ya ha dejado claro en muchas ocasiones que no quiere permitir que las primas de riesgo periféricas se incrementen excesivamente. Gracias a las reinversiones de los vencimientos de los bonos que se compraron con el Programa de Emergencia por Pandemia (PEPP), se está consiguiendo evitar que haya repuntes excesivos de las primas de riesgo en países como Italia o España. El BCE, hasta ahora, está utilizando estos vencimientos de forma flexible para vender deuda alemana y de países del núcleo europeo, al tiempo que se mantiene como un comprador neto de bonos italianos y españoles. Y si algo fallase, y las reinversiones del PEPP no fuesen suficientes, el organismo ha anunciado el nuevo programa TPI (Instrumento de Protección de la Transmisión), del que podría echar mano si lo ve necesario para mantener a los mercados estables.

El BCE, sin embargo, no es el único factor que puede contribuir a evitar que los vencimientos de deuda de 2023 terminen haciendo mella en el bono español. Samy Chaar, economista jefe del banco suizo Julius Baer, destaca en una entrevista concedida a elEconomista.es cómo "la situación de España e Italia es ahora dramáticamente distinta a la que había en 2011. Entonces en España había un déficit por cuenta corriente masivo, con el Estado y el sector privado en déficit en 2011, mientras que hoy en día hay un superávit", destaca, recordando un déficit del 10,2% en 2011 para nuestro país, frente al 0,8% de superávit que espera mantenga España en la actualidad.

Esto debería proteger al bono español. "Cuando hay un exceso de ahorro privado, este dinero acaba entrando en los bancos. Estos, y los grandes fondos de pensiones, tienen que comprar bonos, no hay otra opción. Por eso no estoy preocupado por el bono español, a pesar de los vencimientos del año que viene. Es cierto que es una gran cantidad de deuda, es así en Europa en general, pero no es deuda particularmente cara en este momento. Con el colchón de ahorro privado que hay, habrá demanda. No creo que vaya a ser un problema", concluye.