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Ya no hay que quedarse en liquidez: con la renta fija se gana un 3,5% este mes

  • El precio de los bonos se recupera tras el dato de inflación de EEUU

Cristina García

Poco después de que el jueves se conociera el dato de inflación en Estados Unidos, que sorprendió para bien al ser mejor de lo esperado, la rentabilidad del bono americano a 10 años se apresuró a bajar del 4,09% al 3,81%, lo que supone una recuperación por precio del 1,73% en tan solo un día. El movimiento a la baja de su rentabilidad no fue algo aislado, se replicó también en la deuda europea. Y la razón es sencilla: los inversores interpretaron que la política monetaria está siendo eficaz en su objetivo de controlar la inflación y eso podría indicar que la senda de endurecimiento podría ralentizarse.

Ese primer control de la inflación, que en realidad cayó solo unas décimas, del 8,2% al 7,7%, provocó que los inversores se lanzasen a comprar bonos, lo que ha impulsado sus precios y reducido sus rentabilidades. En concreto, el precio de una cartera de renta fija global recupera ya un 3,5% este mes, según los índices de Bloomberg y Barclays, lo que ha permitido achicar las pérdidas en el año hasta el 17,6% (aunque es una cifra muy alta todavía, debe tenerse en cuenta que su precio llegó a caer casi un 22% a finales de octubre).

Si se pone el foco en la deuda pública en vez de en una cartera de bonos de todo tipo, también se observa esa recuperación. El precio de la europea avanza un 2,62% en noviembre. El jueves, por ejemplo, el interés exigido a un bono español con vencimiento a una década se redujo del 3,2% al 3,01%, el del italiano bajó del 4,27% al 3,99% y el del alemán, del 2,16% al 2%. En el caso de la deuda americana, la recuperación por precio es similar a la de la europea, aunque algo inferior, del 2,54%.

Pero todo ese optimismo quedó contenido el lunes, después de que el gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, enfriase los ánimos durante el fin de semana al asegurar que el mercado debe enfocarse en el "punto final" de las subidas, no en el ritmo de los movimientos, indicado que probablemente esté aún "muy lejos". "Vamos a necesitar ver una racha continuada de este tipo de comportamiento y que la inflación empiece a bajar lentamente antes de empezar a pensar realmente en quitar el pie del freno", aseguró. Sus declaraciones fueron suficientes para que los inversores se lanzasen ayer, a media sesión del mercado europeo, a vender bonos americanos otra vez.

Vuelve a tener atractivo

"La difícil situación que atraviesa la renta fija este año es bastante excepcional en la historia económica moderna", apunta Oliver Eichmann, responsable de tipos y renta fija EMEA para DWS. Pese a la subida en el precio de los últimos días, el inversor aún afronta pérdidas de doble dígito este año con la mayoría de bonos. En la deuda pública y americana rozan el 20% (ver gráfico). "Sin embargo, de cara al futuro, este aumento de los rendimientos también ofrece ventajas. Tras una década de rendimientos bajos o nulos, los tipos de interés y las primas de riesgo de los bonos vuelven a resultar adecuadas, al menos si damos por hecho que los bancos centrales alcanzarán sus objetivos de inflación a medio plazo. La doctrina TINA, que afirma que no hay alternativa (There Is No Alternative) a la inversión en activos de riesgo, por fin ha dejado de estar justificada en 2022. En comparación con las acciones, los bonos empiezan a resultar bastante competitivos", explica el experto de DWS.

Según los índices de Bloomberg y Barclays, la rentabilidad esperada de una cartera diversificada de renta fija a nivel global alcanza ya el 3,64% frente al 1,31% previsto a inicios de año, antes de que el contexto de mercado cambiase radicalmente con la llegada de la inflación, que ha forzado a los bancos centrales a ejecutar una de las subidas de tipos más rápida de las últimas décadas. A finales de octubre llegó a rozar incluso el 4%, un nivel no visto desde la caída de Lehman Brothers en 2008. Aunque, en realidad, todos los tipos de deuda ofrecen ahora mejores perspectivas, y empiezan a ser una alternativa a tener el dinero en liquidez.

"Los rendimientos reales actuales en varios segmentos son atractivos y ofrecen un punto de entrada interesante para los inversores en renta fija dada la estabilización o incluso la disminución de las expectativas de inflación", opina Dario Messi, analista de renta fija en Julius Baer.

De todo el amplio abanico de bonos, las expectativas de rentabilidad más elevadas las ofrece en estos momentos el high yield (es decir, la deuda con alta probabilidad de impago). En concreto se encuentra en el 9,59%. A esta le sigue la renta fija emergente en dólares, que se prevé que ofrezca un retorno del 8,13%.