Bolsa, mercados y cotizaciones
Wall Street vuelve a ser el 'refugio' desde el inicio del conflicto en Ucrania
- Las tecnológicas han sido las principales perjudicadas
Cecilia Moya
El primer susto de 2022 llegó muy pronto y de la mano de la Reserva Federal estadounidense (Fed), cuando se reveló una actitud algo más agresiva hacia la inflación y la reafirmación de tipos más altos. Una noticia que impactó directamente en las bolsas americanas, con el S&P 500 dejándose un 5,3% en el primer mes del año y el Nasdaq cayendo un 8,5% en el mismo periodo, quedándose a una distancia de 3,3 puntos porcentuales del Stoxx 600. Sin embargo, desde el estallido del conflicto en Ucrania –y segundo gran susto–, los índices estadounidenses han conseguido revertir esta tendencia y, aunque en la última semana el Viejo Continente ha registrado mejores cifras que el americano, Wall Street sigue teniendo el balance más positivo desde esta fecha, accionando su posición como refugio.
El S&P 500, concretamente, se queda prácticamente plano desde la madrugada del 24 de febrero, con datos a media sesión del viernes. Por contra, los principales índices europeos, que no se vieron tan afectados al comienzo del año por la alerta de la subida de tipos, han sufrido un retroceso del 5% de media desde el estallido del conflicto bélico.
Y es que, al igual que las gigantes tecnológicas se echaron a sus espaldas gran parte del peso de algunas de las bolsas de Nueva York durante la pandemia, los primeros compases de este año no han sido especialmente positivos para ellas, con el S&P Information Technology perdiendo un 6,9% en enero. Una caída que ya ha sido descontada por Wall Street, ya que estas compañías se vieron directamente afectadas por el anuncio de la Fed.
Una mayor autosuficiencia
La menor dependencia de Estados Unidos de las materias primas del país de Vladimir Putin, como el petróleo o el gas, sustenta el alza de Wall Street respecto a Europa, que cuenta con un alto porcentaje de importación de recursos rusos. Un hecho que también hace fuerte a la divisa verde, al contar, en un balance comercial, con una economía más exportadora que la europea. En palabras de Joaquín Robles, analista de XTB: "EEUU se ha visto perjudicado por la subida de las materias primas, especialmente en las energéticas, pero a diferencia de los países europeos no tiene una gran dependencia de Rusia en el suministro. El 2021 las importaciones totales de petróleo ruso fueron de apenas el 3%, mientras que hay países europeos con una alta dependencia energética de Rusia. Rusia exporta el 25% del petróleo que consume la UE y cerca del 60% de la gas. Esta circunstancia ha sido determinante para explicar la diferencia en el comportamiento". En este sentido, respecto a si Wall Street continuará con esta tendencia positiva a futuro, Robles añade que "la última década el comportamiento de la bolsa americana ha sido mucho mejor que la europea, por lo que es probable que se extienda esta tendencia a pesar de que EEUU tiene unas mayores presiones de inflación".
Y es que la situación no se torna igual para sendos continentes. Christine Lagarde, presidenta del BCE, está persiguiendo la inflación y tomando decisiones en base a la misma, ya que tiene que lidiar con un mercado energético mucho más dependiente del exterior que el estadounidense, su homólogo en la Fed, Jerome Powell, que tiene en su mano todavía el manejo de los tiempos y puede controlar la inflación haciendo uso de la política monetaria de EEUU. Ser uno de los principales productores del mundo de petróleo y de gas le da a Powell esta enorme ventaja frente a Christine Lagarde.
"Los mercados norteamericanos cuentan con unas valoraciones menos atractivas, pero más visibilidad, por lo que debería resultar como el lugar indicado en el que estar"
David Azcona, Director de Inversiones de Beka Finance Private Banking, explica que, pese a la menor proximidad de EEUU y la menor dependencia energética rusa, "la magnitud y la permanencia de los efectos dependen si o si de cuanto se dilate el conflicto en el tiempo". "Los mercados norteamericanos cuentan con unas valoraciones menos atractivas, pero más visibilidad, por lo que debería resultar como el lugar indicado en el que estar. Pero en Europa, tal y como pudimos observar el miércoles con el avance de las bolsas, contamos con un posicionamiento tremendamente negativo que puede darnos gratas sorpresas en la medida que se producen cierres de cortos", remata.
En lo que al dinero respecta, la fuerte relación de las divisas con los tipos de interés fue el primer motivo del año del descenso del euro frente al dólar, cuando la retirada de estímulos de la Fed parecía inminente y el BCE aún estaba algunos pasos por detrás. Una caída que se avivó con la invasión rusa, que conquistó rápidamente el pulso de muchas monedas, pero no el de la estadounidense. En cuanto al euro, tanto fue así que el pasado 5 de marzo se cambiaba a 1,08 frente al dólar, un entorno que no visitaba desde el Covidcrash. Desde aquel 24 de febrero, el euro cae cerca de un 3%, por lo tanto, lo que obtiene un inversor europeo en el S&P gracias a la depreciación de la moneda comunitaria es un 3,9%. Por su parte, el Stoxx 600 cede un 5%, un hecho que refuerza la idea del refugio americano en estos tiempos de convulsión.