Bolsa, mercados y cotizaciones

La reunión de la OPEP más importante del año... o del siglo

    Sede de la OPEP.

    Daniel Yebra, Víctor Blanco Moro

    Las consecuencias y la dimensión de la guerra en Ucrania son todavía desconocidas, y cualquier dato económico o estimación anterior al conflicto han quedado obsoletas, sobre todo por el impacto del incremento del precio de las materias primas, y concretamente del petróleo y del gas, especialmente importantes para la Unión Europea (UE) y para la inflación en general, que amenaza con frenar la recuperación económica.

    Desde 2021, la Organización de los países exportadores de petróleo (OPEP) y otros productores mantienen una estrategia conjunta para mantener al mercado en equilibrio. Los dos pesos pesados de esta alianza, conocida como OPEP+, son Rusia y Arabia Saudí, y sus intereses políticos podrían chocar en este momento. Arabia Saudí es uno de los grandes aliados de EEUU, por lo que no parece descartable que las tensiones puedan terminar dando al traste con la coordinación de los productores.

    No sería el primer desencuentro entre las dos potencias del petróleo. En 2020, se produjo la última guerra de precios entre ellos, en la que ambos trataron de meter presión al otro incrementando la producción del crudo. Finalmente, como explica Javier Blas, columnista de Bloomberg, Rusia fue forzada a "volver a la mesa de negociación", por el daño económico que la guerra de precios le estaba suponiendo. El precio del crudo se hundió, y con él, el rublo ruso también sufrió fuertes caídas. Cabe la posibilidad de que Arabia Saudí trate de repetir esta estrategia.

    Al margen de la OPEP+, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) publicó, horas antes de que comenzase la invasión, un comunicado en el que destacaban su "preocupación" por las acciones y comunicados de Rusia, y señaló como un riesgo inmediato para el mercado del crudo que se paralizaran las exportaciones que, desde Rusia, pasan por Ucrania hacia Hungría, Eslovaquia y República Checa. Se trata de 250.000 barriles diarios de petróleo.

    "Rusia es un gran productor de aluminio y fertilizantes, además de petróleo y gas, y las cadenas de suministro tardarán algún tiempo en recomponerse con otros países y fuentes, aunque en algunos casos el vacío que dejaría el país en el suministro no puede llenarse", reflexiona Andrew McCaffery, estratega de Fidelity International.

    Dependencia energética

    La situación es especialmente crítica para la UE. Según cifras de la Comisión Europea, cerca del 50% del gas que importa la UE es ruso, mientras que la cifra alcanza el 30% respecto al petróleo. Y la guerra irrumpe en las principales rutas de ambos recursos.

    Con esta dependencia, y según calcula Citi, la factura total de la energía de Europa se iría a máximos históricos en 2022 irremediablemente, principalmente por el fuerte aumento del gasto en gas y en petróleo. "La inflación del área euro puede aumentar 6 décimas hasta situarse por encima del 4% medio anual en 2022, solo por efecto de la subida del precio del petróleo", destaca el equipo de analistas de Afi. "La ralentización económica de Europa es otra de las consecuencias del conflicto: el shock energético y manufacturero tiene multiplicadores superiores a tres veces que extienden el impacto económico por toda la cadena de valor", continúan desde esta firma.

    Para contrarrestar este impacto, o Arabia Saudí y sus aliados aumentan la producción de petróleo poniendo en riesgo la OPEP+ o las potencias europeas podrían recurrir definitivamente a la exclusión de Rusia del sistema bancario Swift. "Tomemos como ejemplo el caso de Irán: tras la desconexión de los bancos iraníes de Swift, el país perdió casi la mitad de sus ingresos por exportación de petróleo y el 30% de su comercio exterior", apunta John Plassard, analista de Mirabaud, quien añade que "el impacto en la economía rusa sería igualmente devastador, especialmente a corto plazo".

    "Rusia depende en gran medida de Swift debido a sus exportaciones de hidrocarburos multimillonarias: el corte detendría todas las transacciones internacionales, desencadenaría la volatilidad de la moneda y provocaría salidas masivas de capital", añade.

    "Los productores de petróleo de Rusia, incluidos Rosneft y Gazprom Neft, han declarado que la opción de pagar en monedas alternativas está incluida en muchos contratos de suministro, sin embargo, la mayor parte del petróleo ruso todavía se comercializa en dólares, de hecho, el Banco Central de Rusia declaró en un comunicado el 1 de noviembre que dos tercios de los contratos de exportación de hidrocarburos están en dólares", concluye el experto.