Bolsa, mercados y cotizaciones
Los fondos de bolsa china pierden un tercio de todo lo ganado en 2020
- Caen un 9% en el año ante la presión regulatoria y la desaceleración económica
Ángel Alonso
Madrid,
Los fondos de renta variable china están mostrando su peor lado en el peor momento posible. Este año ya pierden de media un 9%, porcentaje que representa un tercio de todo lo ganado el año pasado, y esta cifra aún no recoge las caídas de ayer, puesto que los datos de Morningstar son a 17 de agosto. Los inversores que han apostado por esta clase de activo desde hace tiempo se han beneficiado de unas rentabilidades que difícilmente han encontrado en otra parte, ya que la revalorización anualizada a diez años es del 15,72%, mientras que a tres años es del 9,91%, un porcentaje más que razonable teniendo en cuenta que se ha producido con las dos peores caídas bursátiles de los últimos ejercicios.
Así que quienes esperaban que 2021, el año del buey, estuviera marcado por la prosperidad, según el calendario chino, prolongando la revalorización que la renta variable del gigante asiático ofreció el año pasado, lo tienen complicado. Las duras restricciones que impuso el régimen comunista para afrontar la pandemia del Covid permitieron que la actividad se recuperara mucho antes que en otros países, lo que permitió cerrar el año pasado a los fondos de bolsa china con un 27,64%, muy similar al obtenido el año anterior.
Más allá del temor a un escenario donde se prevé que las presiones inflacionistas lleven a la Reserva Federal a anunciar la subida de los tipos de interés en septiembre, o que la variante Delta del coronavirus retrase la recuperación económica –sin olvidar las dudas geopolíticas que ha suscitado la llegada de los talibanes al poder en Afganistán–, la mayor preocupación que suscita China en la actualidad es cómo puede afectar una desaceleración de la segunda economía del mundo al crecimiento global.
Y hay motivos para preocuparse o por lo menos encender la señal de alarma, debido a los últimos datos publicados esta semana por las autoridades de la potencia asiática. El lunes se conocía que la producción industrial y las ventas minoristas del mes pasado se han situado muy por debajo de las estimadas por los analistas. Mientras se esperaba que la primera avanzara un 7,8% interanual, finalmente se situó en el 6,4%. En el caso de las segundas, la tasa esperada era del 11,5%, pero se redujo al 8,5%.
Estos datos muestran que el gigante asiático no es inmune a los mismos azotes que sufren otros países: la pandemia y los fenómenos meteorológicos. El gobierno tuvo que afrontar el mes pasado uno de los peores brotes del Covid desde el inicio, en la ciudad de Najing, que terminó por propagarse a cinco provincias y Pekín. Al mismo tiempo, en la provincia de Henan, uno de los mayores centros logísticos del centro del país, se produjeron tres días de lluvias torrenciales que han obligado a a paralizar la actividad.
Y no es lo único que debe de tener en cuenta el inversor que quiera seguir invirtiendo en renta variable asiática. El gobierno está intensificando la presión regulatoria sobre las compañías tecnológicas, en teoría para evitar monopolios, que ya han provocado caídas del 40% en estas firmas desde los máximos de principios de año.
Y también quiere controlar la salida a bolsa de compañías chinas en el extranjero, lo que está afectando a las empresas que quieren dar el salto a Estados Unidos. De momento, se han paralizado 50 operaciones, por un valor de 1.400 millones, en un año que estaba siendo récord en la captación de capital por parte de las empresas chinas, con un volumen de 12.400 millones de dólares.
Existe otra forma de beneficiarse de la tendencia de crecimiento de la potencia asiática que no está saliendo tan mal parada. Se trata de los fondos de bolsa china que invierten en las denominadas acciones A, es decir, títulos de compañías domésticas. Esta clase de fondos están evitando las pérdidas, aunque con un ínfimo 0,38%, después de que el año pasado obtuvieran un rendimiento del 32,7%.