Bolsa, mercados y cotizaciones

Un inversor con planes de pensiones de renta fija perderá el 20% en 10 años

  • La comisión máxima de gestión que cobran de media está en el 0,87%
  • La expectativa de rentabilidad de la deuda es del 1%, con una inflación en el 2%
Foto: Archivo

Cristina García
Madrid,

Invertir en renta fija será todo un desafío en la próxima década ante la amenaza de una inflación creciente. En el mejor de los casos, este activo ofrecerá escasas rentabilidades; en el peor, causará pérdidas. Y es algo que afectará, también, a los partícipes de los planes de pensiones, pensados para el ahorro a largo plazo. Según datos Inverco, correspondientes al cierre del primer trimestre, de los 84.200 millones de euros que se concentran en los del sistema individual, algo más de la mitad de ese dinero se encuentra en productos puros de renta fija, o en mixtos en los que el grueso de su cartera también está invertida en bonos. Ese ahorro se enfrenta a perder 20 de cada 100 euros en la próxima década.

Con la expectativa de rentabilidad actual que descuenta el mercado para la deuda, que se ha desplomado hasta el 1% para una cesta representativa de bonos a nivel global, según los índices de Bloomberg y Barclays, el impacto es fácil de calcular mediante un ejercicio teórico. Alguien que invierta hoy 100 euros en uno de estos productos obtendría un retorno de 10,46 euros dentro de diez años -es evidente que la expectativa puede cambiar a lo largo de este periodo y, por tanto, el resultado final también-. Esos 10,46 euros son el rendimiento bruto, al que habría que descontar las comisiones por un lado y, por otro, la inflación para obtener la rentabilidad real, que es como se miden los frutos de cualquier inversión.

Según datos de Morningstar, los planes de pensiones de renta fija aplican una comisión máxima de gestión media del 0,87% (cabe recordar que el Gobierno limitó sus costes hasta el 0,85% en el caso de los que invierten en bonos, hasta el 1,3% para los mixtos y hasta el 1,5% en las demás categorías). De modo que, por seguir con el ejemplo, a los 10,46 euros obtenidos en una década habría que restar el gasto en comisiones, de 9,19 euros -no se ha tenido en cuenta las de depositaría, que también están topadas desde el 0,25% hasta el 0,2%-.

Ya solo quedaría añadir el golpe de la inflación a esos 1,27 euros de rentabilidad neta lograda en la década. A principios de julio, el Banco Central Europeo, capitaneado por Christine Lagarde, dio un paso histórico al elevar el objetivo de inflación hasta el 2% en su primera revisión estratégica en casi 20 años. Hasta la fecha, este objetivo se encontraba en un punto indefinido, cercano pero por debajo del 2%. Suponiendo que el organismo cumple con su misión, para lo que mantendrá los tipos bajos o incluso en negativo durante más tiempo, como explicó el jueves pasado, una inflación sostenida en el 2% durante os próximos 10 años se comería 21,9 euros de cada 100 euros invertidos. De nuevo, llevado al supuesto anterior, al rendimiento neto obtenido, de 1,27 euros, habría que restarle esos 21,9 euros. De ahí que el inversor se enfrente a la posibilidad de perder 20,6 euros de cada 100 invertidos en su plan de pensiones de renta fija.

El panorama sería incluso más complicado para quienes tengan en su cartera un plan de pensiones que solo invierta en deuda pública europea, para la que la expectativa de rentabilidad es aún más baja. Se encuentra, en concreto, en el 0,86%, según los índices de Bloomberg y Barclays, frente al máximo del 7,68% que llegó a ofrecer en 2008, en plena crisis financiera.

En negativo en 2021

La caída que se ha producido en el precio de la mayoría de bonos en lo que llevamos de año, con las únicas excepciones de aquellos con alta probabilidad de impago y también la de los ligados a la inflación, explica que estos vehículos de ahorro finalista, pensados para el largo plazo, ofrezcan rentabilidades negativas desde que empezó el año. En concreto, los casi 130 planes de renta fija al alcance del ahorrador español pierden de media un 0,11%. Un porcentaje casi idéntico al de los 20 mayores por patrimonio, que se dejan un 0,12% desde enero, con contadas salvedades, que logran rentabilidades positivas que oscilan entre el 0,26% que logra un producto de Ibercaja o el 1,72% que consigue otro de Abanca.

A más largo plazo, la fotografía es distinta, sobre todo cuando se diferencia entre los planes de pensiones que invierten en deuda a corto plazo y los que lo hacen con un horizonte temporal más amplio (ver gráfico). Mientras los de corto plazo están en terreno negativo a tres y cinco años, los de largo plazo consiguen rendimientos positivos tanto a tres, cinco y diez años. En este último periodo, los productos que invierten en bonos con vencimientos más elevados han ofrecido una rentabilidad neta del 2% cada año. Los planes que combinan la deuda con pequeño porcentaje de renta variable también resisten en positivo en todos los plazos.

Hasta marzo, incluso, los planes de pensiones vieron salir 161 millones de euros en el primer año en el que la deducción por invertir en estos vehículos se ha visto reducida de los 8.000 a los 2.000 euros. Y el grueso de los reembolsos, por valor de 128 millones, se concentraron en los mixtos de renta fija.