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El coronavirus entierra las aspiraciones de Trump de seguir en la Casa Blanca

  • Una barrida demócrata, con el control de ambas Cámaras, es más probable
Donald Trump y Melania Trump. Foto: Reuters.

José Luis de Haro
Nueva York,

La sorpresa, o para algunos ya el golpe de gracia, que se aventuraba en la recta final de la campaña electoral en Estados Unidos se materializó el viernes con los positivos por covid-19 del presidente, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump. Una situación que llega a 30 días de la cita con las urnas el próximo 3 de noviembre pero no cambia estructuralmente las previsiones de las principales mesas de inversión, que continúan ofreciendo a su contrincante demócrata, Joe Biden, una cómoda ventaja.

"Como mínimo, la noticia socava el mensaje clave de campaña de Trump sobre la derrota del virus y la reapertura de la economía. A nivel práctico mantendrá al presidente fuera de la campaña electoral durante semanas mientras parece poco probable que la campaña de Biden acepte una moratoria en la campaña", manifiesta Michael Pearce, economista de Capital Economics, quien considera que junto con el caótico primer debate, las probabilidades de un triunfo de Biden se acercan al 65%. También atestigua que una barrida demócrata, con el control de ambas Cámaras, es cada vez más probable.

El mandatario, que habría mostrado ya síntomas leves, como tos y fiebre, según confirmó su jefe de gabinete, Mark Meadows, se encuentra confinado en la Casa Blanca y ha cancelado todos sus eventos públicos. En estos momentos son dos los principales escenarios que barajan los inversores. El más optimista indica que Trump completará una cuarentena y reaparecerá a mediados de octubre asegurando que la infección no se diferencia mucho de un resfriado.

No obstante, su evolución podría parecerse más al experimentado por el primer ministro británico, Boris Johnson, el pasado abril. Como apunta Jeffrey Kleintop, estratega jefe global de Charles Schwab, de todos los cabezas de Estado que ha contraído el virus, entre los que se encuentran no solo Johnson, sino también el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, su homólogo hondureño, Juan Orlando Hernández, o el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, "Trump es el mayor de todos ellos, con 74 años". Además, "en el Reino Unido, los conservadores perdieron impulso cuando el primer ministro ingresó en el hospital para recibir el tratamiento", recuerda.

Ser hombre, de edad avanzada y contar con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 sitúan al actual inquilino de la Casa Blanca como un paciente de riesgo. De ahí que el vicepresidente del país, Mike Pence, quien dio negativo en las pruebas realizadas el viernes, esté listo en caso de tener que asumir la presidencia en funciones bajo la 25 Enmienda de la Constitución. En caso de indisponibilidad, la tercera en la línea de sucesión es la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Independientemente del desarrollo de la infección de Trump, los demócratas aprovecharán esta situación para rememorar cómo el presidente ha insistido durante mucho tiempo en que no necesitaba usar mascarilla porque tanto él como su equipo se someten a pruebas constantemente. Tampoco dejarán pasar la oportunidad para poner de manifiesto como a principios de este año, el presidente reconoció haber comenzado a tomar hidroxicloroquina, un medicamento contra el paludismo, para evitar contraer el virus. Un tratamiento no reconocido como efectivo por las autoridades sanitarias.

"La reacción inicial del mercado fue un poco prematura, aunque es cierto que las últimas encuestas muestran que Biden tiene ahora más posibilidades de ganar las elecciones"

"La reacción inicial del mercado fue un poco prematura, aunque es cierto que las últimas encuestas muestran que Biden tiene ahora un 66% de posibilidades de ganar las elecciones", indica Ken Polcari, estratega jefe en SlateStone Wealth. Desde su punto de vista, esta situación sirve de excusa para deshacer posiciones en bolsa pero no sabremos exactamente la gravedad de la situación en al menos otros 10 días. "Si se le trata con Remdesivir de Gilead Sciences seguramente veremos repuntes en los precios junto a otras biotecnológicas y farmacéuticas dado que una vacuna adquiere aún más importancia", añade.

Aún así, como señala Polcari, el mercado descuenta ya un su precio una victoria de Biden pero no una barrida demócrata. "Un control total de los demócratas pondrá muchos asuntos sobre la mesa, desde convertir en estados a Puerto Rico y Washington DC, aumentar el número de jueces en el Tribunal Supremo de 9 hasta 13, subidas de impuestos, programas sociales, un nuevo acuerdo ecológico... Si esto sucede, veremos una recomposición del mercado de inmediato", avisa.

¿El S&P 500 en los 3.600 puntos?

En estos momentos, la media de los objetivos en la mira del S&P 500 para finales de año entre la principales mesas de inversión sitúan al indicador en los 3.350 puntos a finales de este año. Aún así, en casos particulares, como David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs, o su homólogo en JPMorgan, Dubravko Lakos-Bujas, la meta alcanza los 3.600 puntos. Brian Belski, de BMO, va más allá y mantiene los 3.650 puntos. No obstante, los más pesimistas, como es el caso de Maneesh Deshpande, de Barclays, creen que el S&P 500 cerrará 2020 en los 2.800 puntos.

Biden y los demócratas auguran una subida del impuesto de sociedades desde el 21% actual hasta el 28%. También quiere duplicar la tasa sobre los ingresos obtenidos por las filiales extranjeras de las empresas estadounidenses desde el 10.5% al 21%. 

Para, Matt Gertken, estratega de BCA Research "el mejor resultado para los mercados financieros de cara a finales de año lograr un acuerdo de estímulo ahora, una victoria de Biden y un Senado republicano. El peor resultado es la ausencia de estímulos y una barrida demócrata, pero el factor positivo llegaría en la forma de una importante expansión fiscal en 2021", aclara.

Otros riesgo que se cierne actualmente sobre la bolsa americana es la posibilidad de no contar con un resultado claro durante la noche electoral, rememorando así la pesadilla de hace dos décadas, cuando la contienda en las urnas entre George W. Bush y Al Gore tardó seis semanas en ofrecer el triunfo al republicano. 

Por aquel entonces, la bolsa cayó en más de un 5% en las dos semanas posteriores a las elecciones. No obstante, investigaciones académicas posteriores, como la elaborada por Srinivas Nippani y W. Bobby Medlin, sugieren que la mayor parte de la reacción adversa del mercado se desarrolla en los primeros cuatro días hábiles después de la jornada electoral sin un resultado claro.