Bolsa, mercados y cotizaciones
La dispersión de previsiones de los analistas es la mayor desde 2008
- Incluso las propias compañías han retirado sus perspectivas
- Solo la recuperación en V llevaría el beneficio al nivel de 2019
Carlos Jaramillo
En Física, la dispersión de la luz es el fenómeno por el que las longitudes de ondas se separan en distintas frecuencias al atravesar un material. El ejemplo más conocido, probablemente, es el arcoiris. Algo así les ha pasado a las estimaciones de los analistas, que al atravesar el Covid-19 tienen la mayor dispersión en las estimaciones de beneficio desde 2008, con el aumento más rápido de discrepancia de la serie histórica, según datos de Bernstein.
Recuperación en V, en U, en L, en W o con el símbolo de Nike. Las figuras elegidas para ilustrar el ritmo de la recuperación económica -el mercado está ya centrado en cómo serán los próximos años y da por amortizado el descalabro de 2020- parecen no tener fin y es que los analistas no se ponen de acuerdo en sus predicciones. Y con un porcentaje elevado de cotizadas retirando sus previsiones para 2020, lo único que tienen en común los analistas es que se encuentran a ciegas.
"Admitimos que realmente no sabemos cómo van a ser los beneficios, especialmente en 2021, y nadie lo sabe. Ni los estrategas o analistas ni -más importante- las directivas de las empresas. El resultado es que muchas compañías han retirado sus perspectivas al presentar resultados, lo cual parece justo. ¿Cómo podrían conocer las expectativas para sus negocios si éstos dependen de la salida del confinamiento y del nivel de actividad económica? Esto está fuera de su control de una forma aún más clara que en una recesión normal", argumentan en Bernstein.
Tomando como referencia la gran crisis financiera, habría que acostumbrarse a este desacuerdo en las estimaciones, ya que estos niveles de dispersión se alcanzaron en octubre de 2008 y no se normalizaron hasta julio de 2009. "Pensamos que este periodo de alta incertidumbre sobre los beneficios, de fuerte desacuerdo entre los analistas y de reticencia de las compañías de dar un guidance puede persistir durante varios trimestres", advierten.
En RBC Capital Markets se muestran "preocupados por la falta de visibilidad en los beneficios". "En 2008 y 2009, los mercados no encontraron su suelo hasta que la comunidad inversora tuvo claridad sobre las ganancias en el arranque de 2009. La enorme cantidad de compañías que han retirado sus perspectivas y los comentarios en las presentaciones de cuentas nos hacen pensar que no habrá visibilidad sobre el beneficio de 2020 y 2021 hasta la segunda mitad de este año en el mejor de los casos", avisan.
Rebajas de estimaciones
Durante los últimos 3 meses las rebajas en las estimaciones de ganancias del consenso han llegado a un ritmo sin precedentes, pero para muchos aún parecen demasiado tímidas. En concreto, el BPA previsto para el S&P 500 en 2020 ha caído cerca de un 29% y en 2021 un 15%. Este escenario dibujaría un retroceso de las ganancias del 20% este año y volver en 2021 al nivel de 2019, un cuadro que parece demasiado optimista con muchos analistas dando por descartada esa recuperación en V por la que se abogaba al inicio de la crisis. Según los escenarios planteados por Société Générale, en una recuperación en V en el año 2022 estarían un 7% por encima del resultado logrado en 2019. Mientras, en caso de un movimiento en U estaría dentro de 2 años un 5% por debajo del beneficio del pasado año y en W o en L caería un 12%.
A juzgar por la rápida recuperación del mercado, se podría estimar que los inversores están descontando el escenario más optimista, pero en la subida vertical de las bolsas los analistas apuntan al apoyo que han supuesto los bancos centrales. "Una norma muy simple de anteriores recesiones globales era que las acciones caen tanto como el beneficio, aunque con adelanto. Quizás esta norma no funcione esta vez, dado que a través de compras de activos los bancos centrales se han comprometido a sostener los mercados financieros. A lo mejor esto no limita el colapso en el beneficio de las cotizadas, pero sí podría hacerlo con el precio de las acciones", reflexionan desde Citi.