Bolsa, mercados y cotizaciones
Lagarde debe inundar de liquidez hasta a las pymes para ser la 'nueva Draghi'
- Ayer reclamó una acción coordinada urgente a la Unión Europea
- Se espera una rebaja en el precio del dinero y líneas de crédito para 'pymes'
Víctor Blanco Moro
Madrid,
Apenas cuatro meses después de incorporarse al Banco Central Europeo (BCE) como presidenta del organismo, la francesa Christine Lagarde se ha visto obligada a enfrentarse a uno de los retos más importantes que nunca ha tenido en frente la institución en los poco más de dos décadas de historia que acumula. El coronavirus, que en enero se minimizaba como un pequeño problema sanitario que había surgido en la lejana China, ha crecido hasta convertirse ahora en un armagedón que amenaza con generar una crisis que, al menos en Europa, ya tiene visos de llevarse por delante a la economía de un modo similar a como ocurrió en 2008.
Esta es ya una posibilidad real a ojos de Lagarde y ella se está encargando de dejárselo muy claro a los políticos europeos, a quienes el organismo lleva años pidiendo que contribuyan a sus medidas con reformas estructurales, mientras la mayoría de gobiernos han hecho oídos sordos a los constantes llamamientos por parte de Mario Draghi, en un principio, y de Lagarde, en estos últimos cuatro meses. Según Bloomberg, la presidenta del BCE, en conversaciones con los líderes de la Unión Europea en una conferencia telefónica que tuvo lugar el miércoles, les urgió a actuar con rapidez, destacando la necesidad de que se tomen medidas de forma coordinada para combatir el impacto económico de la enfermedad, o Europa se verá abocada a "un escenario que a muchos les va a recordar a la gran crisis financiera de 2008". Si se hace, Lagarde considera "probable" que el impacto sea temporal.
La presidenta del BCE hizo este llamamiento un día antes de la reunión oficial del organismo, en la que deberá decidir qué medidas adopta la institución. Igual que Draghi se vio obligado, pocos meses después de arrancar su mandato como tercer presidente del BCE, a enfrentarse al que sin duda fue el mayor reto de su carrera como banquero central, parece que Lagarde, la primera mujer al frente del organismo, está viéndose obligada a seguir los pasos del italiano, y el encuentro de este jueves apunta a que será capital en la historia de la política monetaria y también en la economía de la zona euro. Para ella, desde luego, es el momento de demostrar si los europeos echarán de menos a Draghi durante los próximos años, o si por el contrario el relevo ha sido un acierto y la institución está en unas manos tan competentes como las del italiano, que demostró ser uno de los líderes más carsimáticos e importantes en la historia de la región, cuando pronunció su famosa frase "haré lo que sea necesario para salvar al euro y créanme, será suficiente", y sólo con ello consiguió calmar a unos mercados de deuda que estaban desbocados en Europa, con miedo a incluso una desintegración de la moneda común.
Liquidez y tipos
El problema con el que tiene que lidiar Lagarde es que, a diferencia de Draghi, que heredó un BCE con tipos de interés establecidos por su predecesor, Jean Claude Trichet, en el 1,5%, ella se los ha encontrado en el 0% en el caso de los tipos de referencia, y del -0,5% en la facilidad de depósito (el precio al que elBCE le cobra a los bancos por dejar su dinero aparcado en la institución). Esto apenas deja espacio a Lagarde para que una bajada de tipos sirva para estimular en gran medida la economía, aunque una nuevo recorte, como se espera que haga el viernes, sí pueda ayudar en cierto modo a apoyar a las empresas de la zona euro, amenazadas por el parón del consumo que está generando la enfermedad y, sobre todo, para evitar una mayor apreciación del euro que está teniendo lugar en el peor momento para la economía de la región. Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, explica cómo "bajar los tipos de interés puede no servir para que la gente vaya a los restaurantes, pero sí para que los créditos del restaurante se alivien y sobre todo, para que no siga subiendo el euro", algo especialmente peligroso en este momento ya que "si sigue subiendo, vamos a tener un problema muy serio y la recesión es segura. Es lo peor que le puede pasar a Europa ahora, tras el virus. Entraríamos en una situación de deflación de la que es difícil salir". En su opinión, "si la señora Lagarde y Alemania no actúan, serán responsables de que Europa entre en deflación. Europa se japonizará y entrará en una situación larga y muy dolorosa".
Para los expertos, ahora todo pasa por que el BCE sea capaz de cuidar a las empresas, de forma que sean capaces de salir del atolladero con la mayor agilidad posible. La medida que más repiten es que el organismo implemente un plan para inundar de liquidez al sector empresarial, con inyecciones de dinero que podrían hacerse de forma similar a cómo se vienen haciendo con las operaciones de refinanciación de los bancos (las rondas de TLTRO). Alvargonzález señala cómo el organismo "tiene otros instrumentos disponibles. Puede facilitar un programa de líneas de crédito a pymes, un programa masivo a tipos de interés del 0%, y con periodos de carencia, quizá de 3 meses, para ayudar a las empresas. Sería imperdonable que no lo hiciera", explica.
Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum Valores, apunta a una rebaja en la facilidad de depósito de 10 puntos básicos y coincide con Alvargonzález al señalar cómo "se está comentando la posibilidad de que haya pymes que puedan tener problemas de liquidez con el parón económico, por lo que directamente se les podría dar acceso al crédito por la vía de las TLTRO, que se hagan rondas de liquidez no sólo para los bancos, si no también para las empresas", explica, ya que "en un parón económico del calibre que se puede producir si sigue así, llevaría a muchas pymes a tener problemas de liquidez. Si no tienes capital circulante adecuado, o preparado para soportar un shock de este tipo, esto se las puede llevar por delante".
Gilles Moëc, economista jefe del grupo Axa, considera como el princial foco "el flujo de caja corporativo y la elevada probabilidad de que algunas empresas sufran amenazas existenciales en los próximos meses" por lo que "consideramos que sería apropiado reactivar el programa de compra de bonos corporativos". Sin embargo, señala que "es altamente improbable que esta acción tuviera algún efecto en las pequeñas y medianas empresas", lo que le lleva a pensar que sería adecuado "diseñar un paquete específico de nuevos préstamos dirigidos a pymes en condiciones más generosas".
De la mano de los gobiernos
Javier Santacruz, profesor de economía, también cree que más liquidez es "lo más apropiado", pero considera que "no necesariamente se debe hacer con nueva liquidez, sino gestionando la ya existente, la que tenemos ya sobrante, de 1,3 sobrante de exceso en el sistema. Tenemos que hacer como EEUU e ir hacia los nichos del mercado monetario más tensionados, que son los cortos plazos, la deuda corporativa, sobre todo el high yield", destaca. En su opinión, que el proceso se haga directamente a través del BCE es "muy difícil. Dentro de unos años igual lo veremos, pero ahora mismo es muy difícil porque no tiene mecanismos suficientes para canalizar ese crédito. No hay una forma masiva de que tu creas una cuenta en el banco central y a través recibes directamente crédito directo, porque te cargas el negocio de los bancos". Así, tendría que ser a través de las TLTRO ya existentes, lo que obligará a que se lleve a cabo "un aumento en la flexibilidad de los requerimientos fiscales y de capital para los bancos".
Está claro que, para los expertos, ahora es el momento de que los gobiernos vayan de la mano del BCE y no dejen sola a Lagarde en la tarea de levantar la economía europea, como han hecho con Draghi durante los años de recuperación.