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Game over para 'SuperMario' Draghi: los expertos valoran su labor con un notable

  • Tiene que pasar a los libros de historia por su compromiso para salvar al euro
  • Algunos le achacan que sus decisiones han provocado el blanqueamiento del populismo
Foto: Daniel Arroyo.

Víctor Blanco Moro
Madrid,

Llegó el fin a la era de Mario Draghi. Después de ocho años al frente del Banco Central Europeo (BCE), el economista italiano dice adiós la próxima semana a la institución que ha capitaneado desde finales de 2011, en un periodo en el que se ha hecho historia económica y que seguro se estudiará en las próximas décadas como uno de los momentos clave para la política monetaria de la eurozona... y también para su supervivencia. Draghi se ha ganado a pulso el apodo de SuperMario por su labor al frente de la entidad, una de las más destacables de la historia de los bancos centrales, según muchos expertos, que no dudan en alabar el buen trabajo que ha realizado el economista italiano.

De media, los diez expertos a los que ha consultado elEconomista, a quienes se les ha pedido que pongan nota a los 8 años de Draghi al frente del BCE, creen que el presidente del organismo merece un 8,3 sobre 10. Un notable bien asentado para un presidente que, al margen de su labor para intentar que la eurozona alcanzase la estabilidad de precios, fue el gran responsable de la salvación del euro en uno de los momentos de más peligro para su supervivencia, la crisis de deuda europea de 2012. También hay que destacar que ha sido el presidente que ha llevado los tipos de interés al 0% por primera vez en la zona euro, y que ha adoptado herramientas extraordinarias de política monetaria, como el programa de compras de deuda que empezó en 2015, el Quantitative Easing (QE), el cual el italiano ha dejado preparado para su predecesora una segunda versión.

Game Over para Draghi, que se despide de los mercados (al menos hasta conocer su próximo destino, si es que lo tiene, a sus 72 años) dejando una huella que tardará mucho tiempo en borrarse, pero que también podría volverse en su contra, teniendo en cuenta que también hay expertos que destacan el perjuicio que han generado sus medidas en los últimos años, que, sin el apoyo de reformas estructurales por parte de los gobiernos de la eurozona, pueden haber sido la semilla de un problema mayor: el de perpetuar burbujas en la renta fija y permitir excesos de los gobiernos por los bajos tipos de interés, además de un desequilibrio en los mercados de deuda, donde ya hay 16 billones de euros en bonos que ofrecen rentabilidades negativas, incluso muchos de ellos siendo calificados como bonos basura.

También, algunos expertos destacan como punto negativo el daño colateral que ha hecho en el sector bancario con sus medidas, una industria que ha sufrido mucho los bajos tipos de interés que han perdurado en la eurozona durante todo el mandato de Draghi.

Las luces...

Mario Draghi aterrizó en el BCE en noviembre de 2011, después de cinco años como presidente del Banco de Italia (previamente había trabajado como vicepresidente en Europa de Goldman Sachs y antes como director ejecutivo del Banco Mundial) y según empezó ya tuvo que ponerse manos a la obra.

Llegó a los pasillos de la sede en Frankfurt en un momento en el que su predecesor, Jean Claude Trichet, cometió uno de los mayores errores que se recuerdan en política monetaria al subir los tipos de interés dos veces ese mismo año. Sin embargo, el shock de deuda en la eurozona estalló en aquel momento, y no dejó más remedio a Draghi que bajar los tipos: el día 3 de noviembre de 2011, el BCE daba marcha atrás y bajaba los tipos de interés de referencia al 1,25%, sólo dos días después de la llegada del italiano al sillón de presidente. La situación empeoró, lo que obligó a Draghi a ir más allá en su esfuerzo por salvar al euro.

Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G Banca Privada, destaca que "Mario Draghi no será recordado como un banquero central más, sino como aquel cuyas políticas monetarias han permitido a la eurozona salir de una de las peores crisis financieras de la historia, además de dar credibilidad al proyecto del euro. Su primera medida fue la financiación ilimitada bancaria a largo plazo (LTROs), con la que los bancos pudieron comprar bonos de gobierno, y con ello solventar varios problemas: liquidez bancaria, mejora de resultados por el carry, y reducción de rentabilidades de los tensionados bonos de gobiernos periféricos", explica el experto. Para él, sin embargo, "el hecho por el que será recordado Draghi serán las palabras que pronunció en julio de 2012, cuando la tensión en los mercados de bonos periféricos era máxima: El BCE está preparado para hacer todo lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente". Estas palabras no se olvidarán nunca, ya que, sólo con su discurso, "bastó para la rápida mejora de bonos, y del resto de activos financieros", explica García Mellado.

Philipp Vorndran, estratega de Flossbach Von Storch, considera que "mantuvo unida a la zona euro con su discurso", el logro más importante del italiano que destacan todos los expertos que han participado en el artículo. "Será recordado en lo fundamental por su sólido y exitoso compromiso de salvar al euro bajo circunstancias de crisis", explica Olivia Álvarez, analista de Monex Europe. Sin embargo, Álvarez quiere hacer hincapié en que "más allá, a Draghi se le deben acreditar otros méritos sobresalientes, como el de emplazar el énfasis de la política monetaria en los objetivos de crecimiento y empleo, y no sólo en el control de la inflación".

Además, "en el legado de Draghi también figura la implementación de medidas novedosas y la habilidad de entregar paquetes de soporte monetario, combinando de manera constante y creativa la aplicación de instrumentos de política no tradicionales", explica Álvarez, quien también destaca la labor de Draghi para ensalzar la importancia de la comunicación del organismo: "Draghi reforzó el rol de la comunicación como instrumento crucial del arsenal del BCE", destaca la experta. Sophie Casanova, economista de Edmond de Rotshschild, coincide en destacar la flexibilidad de Draghi con el uso de medidas novedosas como uno de sus mayores logros: "Mejoró considerablemente la credibilidad del BCE al demostrar que podía usar nuevos instrumentos no convencionales, algo de lo que algunos inversores dudaban", explica Casanova, quien también alaba cómo Draghi fue capaz de "reafirmar el papel y la legitimidad del BCE como defensor de la cohesión de la Unión Monetaria".

Mondher Betaied, responsable de crédito de Vontobel AM, destaca cómo "fue Draghi quien salvó el sistema europeo de la crisis, aunque muchos políticos se hayan querido atribuir el mérito. Creo que es un personaje que debe entrar en los libros de historia" explica, ya que "tras la crisis, Draghi fue capaz de detectar los riesgos a los que se enfrentaba el euro, y tuvo que intervenir, por ejemplo, para evitar la implosión de la zona europea. Fue la chispa de una serie de grandes logros que siguieron para salvar al euro como moneda, y a la Unión Europea. Draghi es el hombre que realmente entiende cómo funciona el sistema", destaca Betaied.

Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investors, considera que el italiano ha sido un banquero central especialmente importante porque "se enfrentó claramente a desafíos únicos -una crisis de deuda, presiones a la baja sobre la inflación y un Consejo de Gobierno díscolo-", y justifica de cierta manera que el italiano no haya sido capaz de llevar la inflación al objetivo del 2%: "La inflación habría sido aún menor si no hubiera sido por sus esfuerzos por relajar la política monetaria", destaca.

Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, divide en dos partes el mandato del italiano, y considera que su primera etapa al frente del BCE merece una buena nota. "Cuando él llegó, primero dio una señal de confianza muy importante para los mercados y, segundo, lanzó unos mensajes muy claros sobre la necesidad de hacer reformas, indicando que la política monetaria no es una justificación para aumentar desequilibrios. En definitiva, dio unos mensajes muy evidentes de condicionalidad y de coherencia en cuanto a sus objetivos", explica el experto, quien, sin embargo, es muy crítico con la segunda parte de su mandato, ya que considera que "el BCE pasó de mitigar un riesgo injustificado de ruptura del euro, a convertirse en el perpetuador de la mayor burbuja de deuda soberana nunca vista".

...y las sombras

Las políticas que ha llevado a cabo el BCE durante los años de Draghi también han encontrado muchos detractores. No son pocos los economistas que alertan del daño que generan los bajos tipos de interés y los programas de compras de deuda que ha llevado a cabo el organismo, y avisan de que se ha formado la mayor burbuja de bonos de la historia.

Lacalle incide en los problemas que ha generado el BCE en los últimos años: "La locura de los tipos de interés negativos [-0,5% en la tasa de facilidad de depósito para la banca] están, no sólo disfrazando el riesgo en los mercados, sino que están generando el blanqueamiento del populismo. La política del BCE ha pasado de ser un elemento de seguridad que permitía a la Unión Europea llevar a cabo importantes reformas estructurales y salir de la crisis, a ser un perpetuador de burbujas y excesos estatales". Lacalle, además, explica que "como economista él comparte mi visión. Es consciente del enorme problema que hay con una primas de riesgo completamente artificiales, pero cree que es un daño colateral menor, comparado con el riesgo que se podría generar por otro lado", destaca.

Otro punto en su contra es su incapacidad de haber logrado alcanzar el objetivo de inflación que marcó el BCE: en el entorno del 2%, o ligeramente por debajo. "Tras 8 años de política monetaria ultra acomodaticia, que embarcó a los tipos de interés a territorio negativo y deja al BCE con cuantiosos activos en balance, el objetivo de inflación del BCE se encuentra apenas a medio camino de la meta", señala Olivia Álvarez. Didier Saint-Georges, director ejecutivo y miembro del comité estratégico de Carmignac, coincide con Álvarez, y explica cómo "Draghi merece una calificación elevada, y no lo es más porque es evidente que el mandato de brindar estabilidad a los precios, definido por la propia institución, no se cumplió", concluye.