Bolsa, mercados y cotizaciones
El oro sigue el dictado de los bancos centrales: la cotización acelera su rally mientras los intereses negativos se hunden
elEconomista.es
Aunque el oro suele considerarse una cobertura contra la inflación, lo cierto es que, a lo largo de la última década, ha seguido de cerca la evolución de los tipos de interés reales: cuando estos caen, el precio del oro tiende a aumentar. Sin embargo, la rentabilidad del oro y su seguridad queda entredicho en comparación con el rendimiento de la renta variable en la última década.
Los bancos centrales se cuentan entre los principales compradores de oro desde la crisis financiera. En 2018, compraron 651,5 toneladas, una cantidad superior a cualquier otra desde, al menos, 1971, cuando Estados Unidos abandonó el patrón oro. Los bancos centrales continuaron cargándose de oro en el primer semestre de 2019, ayudando a impulsar la demanda total de lingotes a un máximo de tres años, según el Consejo Mundial del Oro.
Las naciones agregaron 374,1 toneladas en los primeros seis meses, ya que Rusia y China siguieron construyendo reservas y Polonia realizó una compra masiva . Se espera que la tendencia continúe. Los bancos centrales esperan que las tenencias globales aumenten en los próximos 12 meses, en mitad de que aumenta el riesgo de una recesión global según aumenta la tensión geopolítica.
Por otro lado, las políticas de tipos de interés de los principales bancos centrales influyen de forma importante en el atractivo relativo del oro. "Como el oro no genera intereses ni dividendos, los inversores siempre tienen presente el coste de oportunidad, es decir, la pérdida potencial de las rentas regulares que obtendrían si invirtieran en otros activos. Para ello, basta con fijarse en la rentabilidad que ofrecen los bonos del Tesoro estadounidense", indican desde DWS.
Normalmente, en igualdad de condiciones, cuanto menor es el tipo de interés, más atractiva resulta la inversión en oro. Como muestran los expertos de DWS en su gráfico, "si dividimos la Tasa Interna de Retorno (TIR) nominal del treasury estadounidense en sus dos componentes (tipo de interés real y expectativas de inflación) se hace evidente que, históricamente, al menos desde que comenzó la crisis financiera, los tipos de interés reales han evolucionado de forma paralela al precio del oro".
Desde las crisis financiera, el oro sigue siendo uno de los activos refugio por excelencia, pero ya no para protegerse contra la inflación, también para cuando está desaparecida, como ocurre actualmente. El rally experimentado recientemente por el oro, cuyo precio superó los 1500 dólares por onza, ha venido acompañado de la constatación, por parte de los inversores, de que los principales bancos centrales no se plantean aumentar sus tipos de interés por el momento. No parece que sea casualidad. "Creemos que la influencia de los bancos centrales en los mercados de capitales no disminuirá a corto plazo", indican los expertos.
¿Pero el rally del oro está siendo rentable y seguro?
La onza de oro sube un 17% en 2019, su mejor ejercicio desde 2013, superando los 1.500 dólares la onza, por primera vez en seis años. A pesar de la subida, todavía está lejos de los niveles alcanzados en 2011, cuando el metal precioso rozó los 2.000 dólares. Los economistas de la gestora de Deutsche Bank apuestan por la tendencia alcista del oro con unos tipos más bajos durante más tiempo pero destaca que sigue más de un 25% por debajo de su máximo de 2011.
"Los datos evidencian que la inversión en oro no es ni la más rentable (de lejos), ni la más segura. Hace diez años, el oro y la bolsa estadounidense coincidieron en el mismo nivel. A principios de julio de 2009, la onza troy de oro cotizaba a 927 dólares y el S&P 500 se situaba en los 923 puntos. Desde entonces, el índice estadounidense ha avanzado un 220% (sin incluir dividendos) hasta rozar los 3.000 puntos. El oro, por su parte, solo ha ganado algo más de un 50%", explican.
"Tampoco puede afirmarse que estas menores ganancias se hayan visto compensadas por una mayor seguridad, que es lo que suelen buscar los inversores en oro. Si tomamos la volatilidad como una medida de la incertidumbre, las dos clases de activo no muestran grandes diferencias a largo plazo. Rentabilidades más bajas por el mismo riesgo, ¿quién querría eso? Quizás los inversores que ven que los bancos centrales justifican el cambio de rumbo de sus políticas monetarias por el riesgo de recesión. Obviamente, los bancos centrales no rebajarían sus tipos de interés si no tuviesen motivos para hacerlo, ¿verdad?", culmina la nota de la gestora de Deutsche Bank.