Inversión sostenible y ESG

Los 10 'profetas' del ESG suben, de media, un 25% anualizado a 5 años

  • El más rentable es un producto de JP Morgan que invierte en tecnológicas
  • Repasamos los rendimientos de los fondos etiquetados como artículo 8 o 9
  • Entre los 10 mejores productos, 3 son 'verde oscuro'
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María Domínguez, Ángel Alonso

Está siendo un año positivo para la renta variable sostenible. Si echamos un vistazo a los principales índices ESG bursátiles (aquellos que tienen en cuenta los factores ambientales, sociales y de buen gobierno a la hora de seleccionar a sus miembros), en muchos casos superan el comportamiento de los tradicionales. Es el caso del MSCI World ESG, que, con datos a media sesión del viernes se anotaba un 18,9% en 2021, frente al 17,5% del índice estándar, el MSCI World. La versión ESG del S&P 500 también aventajaba en un punto porcentual a su homólogo. Consulte más artículos sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.

El universo de fondos ESG globales se compone de cerca de 5.000 productos, el 76% de ellos domiciliado en Europa. El Viejo Continente domina, por ahora, el panorama de la inversión sostenible, particularmente en lo que respecta a su regulación. El pasado 10 de marzo entraba en vigor el Reglamento europeo sobre Divulgación de las Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés). Esta norma marca un antes y un después en lo que respecta al uso del apellido sostenible en las denominaciones de los fondos, al fijar unos requisitos mínimos para identificar a los productos que lo son. Y los diferencia entre los "productos que presentan características de sostenibilidad" (correspondientes al artículo 8 del Reglamento) y "productos que tienen un objetivo de sostenibilidad" (artículo 9). Estos últimos son los más puros, los llamados verde oscuro, y suelen invertir en nichos más concretos, mientras que a los enmarcados en el artículo 8 se les denomina verde claro.

Si nos fijamos en los productos de renta variable que ya están etiquetados como artículo 8, o como artículo 9, en Morningstar, observamos que los 10 más rentables -en los que la tecnología tiene un gran protagonismo- han obtenido, de media, una revalorización del 25% anualizada a 5 años (en esta criba se han tenido en cuenta los fondos de bolsa disponibles para su venta en España, en euros, en los que la inversión mínima es inferior a 30.000 euros).

El producto que mejor sale en la foto es el JPM US Technology D (acc) EUR, un fondo artículo 8 de JP Morgan que, además, recibe el máximo rating de Morningstar, las 5 estrellas. Es el más grande por patrimonio entre estos 10 mejores: ronda los 5.500 millones de euros. Su rentabilidad anualizada a un lustro es del 31,9%, y también supera el 31% en el trienio. Invierte principalmente en compañías tecnológicas y del sector de la comunicación estadounidenses, y entre sus posiciones más relevantes se encuentran Facebook, Alphabet, Advanced Micro Devices, Synopsys y Lam Research. En cuatro de los últimos cinco años ha batido a su categoría de fondos (renta variable-sector tecnología); no lo está logrando en 2021. 

También artículo 8, el AB - International Technology Portfolio C Acc es un fondo de Alliance Bernstein que ha obtenido un 29,2% anualizado a 5 años, y un 30,4% anualizado en el trienio. Como el anterior, es un producto centrado en las tecnológicas, y en cartera cuenta con nombres tan conocidos como Microsoft, Apple, ASML, PayPal y Nvidia. Desde 2017 ha batido de forma recurrente a su categoría de fondos en Morningstar, que, como la del anterior producto, es renta variable-sector tecnología.

El Luxembourg Selection Fund - Active Solar A EUR, etiquetado como artículo 9, tiene como objetivo invertir específicamente en compañías ligadas a la energía solar, principalmente de Estados Unidos y del Asia emergente. Con rentabilidades anualizadas del 28,6% a 5 años y del 48% en el trienio, los pesos más relevantes en cartera los tienen First Solar (empresa dedicada a la producción de módulos fotovoltaicos con sede en Arizona), Canadian Solar y LONGi Green Energy Technology (un productor chino de productos para este sector).

Más conocidos son los nombres que figuran en la cartera del BNP Paribas Funds Disruptive Technology N Capitalisation: Visa, Advanced Micro Devices y Apple están entre los que más ponderan. Con cerca de un 25% tanto a un lustro como a 3 años, ha batido a su categoría, de nuevo la de renta variable, en tres de los últimos cinco años. Es uno de los más grandes por patrimonio entre los productos analizados: ronda los 3.270 millones de euros. Cuenta con un rating de sostenibilidad de Morningstar superior a la media de su categoría (esto implica que recibe 4 globos sobre un máximo de 5).

También se sitúa entre los mejores un fondo del banco austríaco Erste en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el ERSTE WWF Stock Environment EUR R01 VT, que tiene las 5 estrellas de Morningstar. Invierte en empresas que desarrollan tecnologías dirigidas al medio ambiente, incluyendo las energías renovables, la eficiencia energética, el tratamiento de aguas o el reciclaje. Catalogado como artículo 9, obtiene un 23,8% anualizado a 5 años. Su gestor, Clemens Klein, explicaba en una reciente entrevista concedida a elEconomista que invierte en tendencias de muy largo plazo

Las Faang se repiten

Otro producto de JP Morgan, el JPM-US Growth Fund D (acc) - EUR (hedged), consigue uno de los mejores rendimientos, un 23,5% a un lustro. Se trata de una cartera de empresas estadounidenses orientadas al crecimiento, de nuevo como nombres como Apple, Facebook, Alphabet y Microsoft en lugares destacados. Nombres muy parecidos a estos dominan la cartera del PrivilEdge - Fidelity Technology Syst. Hdg (EUR), un producto de Lombard Odier que también se revaloriza un 23,5% anualizado a 5 años. 

El Janus Henderson Horizon Global Technology Leaders Fund X2 EUR, en el que las Faang también tienen el peso más importante, sube un 22,9% a 5 años, y un 22% a tres años. Ha conseguido batir a su categoría, renta variable-tecnología, en cuatro de los últimos cinco años, incluido 2021. Al igual que el PrivilEdge - Fidelity Technology Syst. Hdg (EUR) RA, su rating de sostenibilidad de Morningstar es superior a la media, es decir, recibe 4 globos de un máximo de 5. Su patrimonio supera los 3.800 millones de euros.

De entre los fondos 8 y 9, el que más pérdidas arrastra es el Invesco Energy Trnstn Fd E (EUR) Acc, que se deja un 11,8%

Otro fondo que encaja en el artículo 9 se cuela en esta selección de los diez más rentables. Se trata del DNB Fund Renewable Energy retail A, focalizado en el sector de las energías limpias, y con el S&P Global Clean Energy TR USD como índice de referencia. Entre sus principales posiciones encontramos a la italiana Enel, a SunRun (un proveedor estadounidense de paneles solares) y a la también estadounidense First Solar. En cuanto a su evolución, consigue un 22,4% a un lustro.

Con un 22,2% anualizado a 5 años, el Lombard Odier Funds - World Brands Fund (EUR) M A es un fondo artículo 8 que invierte la mayor parte de su patrimonio (un 40% del mismo) en compañías vinculadas al consumo cíclico, aunque también destina una parte del mismo a la tecnología y a los servicios financieros. En cartera, valores como Hermes International, Nike, Alphabet y Mastercard. Batió a su categoría (Renta variable-sector consumo) en 2017, 2018, 2019 y 2020, y no lo consigue, aunque por cuestión de décimas, en 2021. 

Hasta aquí los productos que consiguen los mejores retornos. Si nos fijamos en los fondos 8 y 9 que peor se han comportado, en rentabilidad anualizada, en los últimos 5 años, el que más pérdidas arrastra es el Invesco Energy Trnstn Fd E (EUR) Acc, que se deja un 11,8%; lo siguen el BNP Paribas Funds Turkey EquityNR, con un descenso superior al 8% anualizado en los últimos 5 años, y el NN (L) Energy - X Cap EUR, que sufre una caída del 5,8% anualizada en el lustro.

Fiscalizar los criterios ESG

Este creciente interés de los inversores por los fondos sostenibles, traducido en el crecimiento exponencial de patrimonio que han vivido, ha situado en el punto de mira a las gestoras a la hora de valorar qué criterios emplean para clasificar los valores en los que invierten, más allá de la clasificación de productos que la normativa europea establece entre fondos que promueven un objetivo sostenible y aquellos que se lo plantean como objetivo de inversión. 

La SEC acaba de anunciar que estudian exigir a las firmas que revelen los criterios ESG empleados, a raíz de una investigación abierta por los reguladores norteamericano y alemán contra DWS ante la acusación de la antigua responsable de sostenibilidad de la firma, quien aseguraba que se habían exagerado los datos. Lo cierto es que una de las dificultades de los inversores a la hora de seleccionar un fondo es no contar con unos baremos homogéneos, una situación que la Unión Europea ha tratado de paliar con su propuesta de taxonomía verde, pero que sigue generando debate.

De hecho, más allá de cumplir con la normativa a la hora de clasificar los productos, cada firma establece sus propias normas para analizar los aspectos de sostenibilidad de una compañía. Ana Guzmán, directora de inversiones de impacto en Portocolom AV, explica que el aspecto más importante a la hora de seleccionar productos sostenibles es entender la cultura corporativa de la empresa matriz y de la gestora de activos y cómo la consideración de los aspectos relacionados con el medio ambiente, la sociedad y los empleados, y el gobierno corporativo, se integran desde el consejo de administración y permean en todos los empleados. "Si no se tiene una cultura corporativa donde estos aspectos son considerados como esenciales en la estrategia de la empresa, es difícil que los analistas, gestores de activos, unidades de cumplimiento, etc, les den la relevancia necesaria", subraya.

A su juicio, es pronto para llevar a cabo una adecuada valoración de la directiva. "Aún queda camino por andar ya que todavía no está completamente desarrollada la taxonomía ambiental y la social está todavía en una fase muy incipiente. Además, a falta de criterios uniformes, cada entidad ha categorizado los fondos en función de sus propios criterios. Creemos que todavía falta tiempo y un posicionamiento por parte del regulador para que esta clasificación ayude realmente a los inversores.", señala Guzmán.