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El autor del tiroteo de Texas se fugó de un centro de salud mental en 2012

  • El asesino fue especialmente "salvaje" con los niños
<i>Devin Patrick Kelley, arriba a la izquierda, el exmilitar autor del tiroteo. Foto: Reuters/montaje</i>

Europa Press , EFE

Devin Patrick Kelley, el autor del tiroteo que tuvo lugar el domingo en una iglesia de Sutherland Springs, donde murieron 26 personas y al menos una veintena resultaron heridas, se fugó de un centro de salud mental en 2012 tras atacar a su mujer y a su hijo, según un informe de la Policía.

La cadena de televisión KPRC, que ha tenido acceso a una serie de documentos al respecto, ha indicado que Kelley escapó del centro, que se encuentra en el estado de Nuevo México, unos cinco años antes de que se produjera la masacre del domingo.

El informe del Departamento de Policía de El Paso señala que Kelley fue recogido en una parada de autobús a medianoche el 7 de junio de 2012, la noche en que se escapó del centro de salud mental de Santa Teresa, el cual tiene una unidad destinada a miembros de las fuerzas de seguridad y veteranos.

Xavier Alvarez, que entonces dirigía los asuntos militares del centro, explicó a los agentes que Kelley, de 21 años, "sufría desórdenes mentales y tenía intención de escaparse de las instalaciones" tras hacerse con un billete de autobús que lo sacara del estado.

Asimismo, Alvarez afirmó que Kelley "era un peligro para sí mismo y para los demás" y aseguró que en anteriores ocasiones había intentado hacerse con armas de fuego en la base de la Fuerza Aérea de Holloman, que se encontraba a poca distancia de la estación de autobuses.

El documento establece que Kelley "trataba de llevar a cabo actos a cargo con las amenazas de muerte" que había hecho a sus superiores en el Ejército, que fueron quienes solicitaron su internamiento.

El centro se encuentra en un área aislada. "En varias ocasiones aseguró que estaba preparándose para correr 20 kilómetros. Así que el día que se escapó le pregunté a Siri a cuánta distancia se encontraba el centro de salud de la estación de Greyhound. La distancia era de 20 kilómetros", ha aseverado Alvarez. Kelley permaneció en el centro unas semanas más hasta que el Ejército solicitó su presencia ante un tribunal militar.

El secretario de Defensa, Jim Mattis, ha solicitado al inspector general del Pentágono que revise las circunstancias en torno al caso de Kelley para "definir cual fue el problema" exactamente. "Primero tengo que saber cuál es. Si el problema es que nosotros no dimos algunas directrices, entonces lo corregiremos", ha insistido durante una rueda de prensa.

Uno de los principales problemas es que las organizaciones militares que investigan los delitos han fracasado, en numerosas ocasiones, a la hora de enviar los historiales delictivos a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) para que figure en su base de datos.

El lunes, la Fuerza Aérea reconoció que no facilitó la información requerida sobre el historial criminal del responsable del tiroteo. "He ordenado que se revise la situación para saber qué está pasando, también en relación al asunto de la Fuerza Aérea y la información que no fue compartida", ha añadido Mattis.

En busca de supervivientes para rematarlos

Kelley repasó todas las filas de la iglesia en busca de supervivientes para propinarles un disparo mortal durante el tiroteo, según explica una pareja hispana que sobrevivió al ataque. Roxana Solís y Joaquín Ramírez fueron dos de los pocos más de veinte supervivientes del tiroteo masivo que tuvo lugar en el templo First Baptist Church de Sutherland Springs (Texas).

La pareja se encontraba en uno de los primeros pasillos de la iglesia cuando el joven blanco de 26 años entró y empezó a disparar de manera indiscriminada a todos los congregantes, que rápidamente buscaron refugio debajo de los bancos.

El primer objetivo de Kelley fueron los adolescentes que grababan el oficio religioso como cada domingo y posteriormente disparó a los músicos, según el relato de Solís, que recibió un disparo en el hombro durante los 16 minutos de tiroteo. "Después de sentir el disparo me hice la muerta, traté de ser lo más silenciosa posible para que el tirador creyera que yo había fallecido también", recuerda la mujer hispana. "Parecía una lluvia de balas", añade.

Los investigadores recogieron de la escena del crimen centenares de balas y 15 cartuchos con rondas de 30 proyectiles cada una, lo que corrobora la violencia del peor tiroteo en la historia de Texas.

La pareja sobreviviente, que vive a menos de tres minutos en coche de la iglesia asaltada, coincidió en señalar que el asesino fue especialmente "salvaje" con los niños, a quiénes fusiló a quemarropa. En algunas ocasiones, las madres de los pequeños "trataron de defender a sus hijos poniéndose delante" y pidiendo clemencia, pero Kelley no vaciló y mató a las mujeres también.

Por su parte, la pareja de Solís, Ramírez, fue capaz de escapar de la iglesia tras gatear hasta la puerta y salir cuando el atacante estaba de espaldas. "La hija del pastor me pidió ayuda y yo le dije que se mantuviera en silencio, pero el asesino descubrió que estaba viva y la mató", relata uno de los supervivientes.