Internacional
Johnson insiste en el órdago: se levantará de la mesa si no hay un acuerdo comercial con la UE en una semana
- Espera que la UE ceda si les convence de que esta vez sí va en serio
Víctor Ventura
A una semana de que se cumpla el plazo para llegar a un acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE, y con ambas partes en los tribunales, el Gobierno británico redobla el órdago: si no hay avances claros en esta última ronda, se levantarán de la mesa y optarán por someterse a un Brexit duro.
Este último recordatorio lo han trasladado fuentes cercanas al Gobierno británico a la agencia Bloomberg este mismo martes, pero no es más que ahondar en la fecha límite que ya impuso el primer ministro, Boris Johnson, hace un mes. En la práctica, también es una fecha límite para la UE: el acuerdo debe ser refrendado por el Parlamento Europeo y por los Veintisiete, para lo que hace falta un par de meses.
Una de las principales creencias del actual Ejecutivo de Londres es que Reino Unido se ha llevado la peor parte de las negociaciones del Brexit hasta la fecha porque Bruselas no se creía que estuvieran dispuestos a infligirse el caos económico que supondrá un Brexit sin acuerdo, y asumía que acabarían cediendo, como Johnson acabó haciendo el año pasado. Así, su teoría es que si logra convencer a la UE de que esta vez sí van en serio, serán los Veintisiete los que cedan y le ofrezcan un acuerdo comercial mejor. De ahí estos órdagos, que parecen haber sido escuchados: la Comisión ya asumió que habrá un Brexit sin acuerdo en sus previsiones para 2021.
La semana pasada, la reuniones entre los negociadores de ambas partes, y entre Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no resultaron en ningún avance destacable. El caballo de batalla sigue siendo el llamado "terreno de juego justo", es decir, que Londres se comprometa a no dar ayudas públicas a empresas estatales que no estén permitidas por la UE ni a rebajar impuestos de forma exagerada para evitar una "competencia desleal". El Gobierno británico se niega, ya que el deseo de la mano derecha de Johnson, Dominic Cummings, es crear un "Google británico", un campeón tecnológico propio, para lo que está dispuesto a invertir miles de millones de libras en ayudas.
Una salida sin acuerdo recuperaría los peores presagios económicos que ya obligaron a Johnson a ceder el año pasado: colas infinitas en la frontera con Francia, caos en Irlanda del Norte y un posible desabastecimiento de productos de primera necesidad, así como la fuga de empresas multinacionales al continente.