Internacional

Los cuatro escenarios que pueden abrirse en Reino Unido: del caos total al Brexit más ordenado

  • Todo puede cambiar según del lado que caigan unos 50 escaños
  • Johnson puede inaugurar una era de hegemonía... o salir de Downing Street
Boris Johnson, en un mitin. Foto: Reuters

Víctor Ventura

Reino Unido está entrando en la recta final de unas elecciones clave para decidir no solo el futuro inmediato del país, sino su dirección para las próximas décadas. El escenario que se da por supuesto es que el primer ministro, Boris Johnson, logre una mayoría absoluta que su partido solo ha disfrutado durante dos de los últimos 26 años. Pero unos pocos miles de votos en medio centenar de circunscripciones pueden dar la vuelta a la situación durante la madrugada del viernes, cuando se cuenten las papeletas. Y, según lo que salga, el país puede despertarse el día 13 con cuatro escenarios muy diferentes.

Mayoría aplastante y Brexit ordenado (más de 347 escaños)

Lo que las encuestas señalan como la posibilidad más esperada es que Johnson no solo gane, sino que arrase, con una mayoría de 347 escaños o más, al menos 25 por encima de la línea clave. El número se estima en los 322 diputados, pero dependerá de los escaños que saquen los independentistas norirlandeses del Sinn Féin, que dejan vacantes sus asientos para no tener que prometer obediencia a la monarquía y hacen que la mayoría absoluta real esté por debajo de los 326 que suponen la mitad más uno de las bancas.

Si el resultado 'tory' supera con creces esa cifra, el exalcalde de Londres obtendría un poder que nadie en su partido había tenido desde la tercera victoria de Margaret Thatcher en 1987, o desde la segunda de Tony Blair en 2001 en el bando laborista. Su primera medida sería sacar adelante el Acuerdo de Salida de la UE, que podría confirmarse incluso el 1 de enero.

Pero quizá la clave es que, con un poder incontestable dentro del Partido Conservador y el margen para permitirse perder el apoyo de los 'brexiters' más recalcitrantes, Johnson podría realizar una negociación más realista con la UE, con mayores concesiones a Bruselas a cambio de una relación económica más estrecha. Incluso podría aceptar una prórroga de hasta dos años del plazo de transición -hasta diciembre de 2020, Reino Unido seguirá cumpliendo las leyes europeas- para negociar el acuerdo comercial sin la amenaza de una salida abrupta. Cuanto más irrelevantes sean los más radicales en el Parlamento, más tranquilas dormirán las empresas a ambos lados del Canal de la Mancha.

Mayoría ajustada y negociación complicada (322-346 escaños)

La segunda posibilidad es que, como David Cameron en 2015, Johnson gane pero sin grandes excesos. Una mayoría absoluta pero lo suficientemente pequeña como para que cada diputado sea clave en cada votación. El acuerdo de salida se aprobaría, con toda seguridad, pero lo que vendría después sería muy diferente.

El peligro es que la veintena de radicales eurófobos del partido ganarían un enorme peso en las negociaciones futuras y, sobre todo, recordarían a su líder que prometió no prorrogar el periodo de transición más allá de la nochevieja de 2020. Y como es imposible negociar un acuerdo comercial en apenas un año, Johnson se vería en una difícil posición: o acepta todas las demandas europeas, reduciendo su margen de maniobra para negociar con otros países, o podría verse enfrentado a una salida sin acuerdo en apenas 12 meses, con lo que ello supondría económicamente para el país. Con cada votación al filo de la navaja, las contradicciones permanentes del Brexit volverían a dominar su Gobierno

Minoría ajustada de Johnson: más de lo mismo (313-321 escaños)

¿Y si se vota otra vez y vuelve a salir lo mismo? Esta situación sería perfectamente posible si las encuestas más favorables para los laboristas -victoria 'tory' por 6-8 puntos- son las que aciertan. En ese caso, como dijo la predecesora de Johnson, Theresa May, "nada habría cambiado". La situación seguiría siendo la misma, de caos absoluto, que en octubre.

De entrada, Johnson podría sostenerse en Downing Street con la ayuda de los unionistas norirlandeses del DUP, un partido conservador que no está muy por la labor de permitir que Jeremy Corbyn, aliado de sus enemigos históricos del Sinn Féin, forme Gobierno. El problema es que el acuerdo del Brexit firmado por Johnson incluía la separación económica de Irlanda del Norte respecto al resto del país, una traición que el DUP no le perdonará.

En ese caso, el acuerdo con Bruselas estaría muerto de entrada, y Johnson tendría que elegir entre renegociarlo o ceder al segundo referéndum, con el coste político que eso tendría. Eso, si el DUP no decide que la traición es tan imperdonable que están dispuestos a hablar con los laboristas, lo que sería un hito en los 100 años de división irlandesa, para formar un Gobierno de todos -literalmente todos los partidos de la oposición- contra Johnson que marcara alguna especie de récord en la historia política europea. Lo que saliera de ahí podría parecerse mucho a la siguiente opción, pero un poco más inestable si cabe.

Minoría absoluta e incertidumbre total (312 escaños o menos)

"Si perdemos 12 escaños, Corbyn será primer ministro", advertía, con un emoji de horror, un ministro 'tory' en redes. La verdad es que no hacen falta 12: con que pierdan unos 6 bastaría. Sería una catástrofe para el partido y para las encuestas, pero no sería sorprendente. Según el analista estadounidense Nate Silver, las encuestas británicas han tenido históricamente un escandaloso margen de error de unos 9 puntos. En 2015 infravaloraron a los 'tories' por 7 puntos y en 2017, a los laboristas por 5. Si hay de nuevo un error así, o una movilización de última hora de exvotantes laboristas indecisos o jóvenes recién apuntados al censo, es posible que los escaños clave caigan constantemente en contra de Johnson por la mínima.

En ese caso, la incertidumbre sería total. Si los diputados laboristas y los nacionalistas escoceses del SNP sumaran más escaños que los 'tories', es probable que Corbyn durmiera el viernes en Downing Street, dispuesto a pilotar un Gobierno minoritario sostenido por cuatro partidos -SNP, liberales, verdes y nacionalistas galeses- con los que no pretende firmar un acuerdo de legislatura estable, sino "llevar cada propuesta a debate y que sean ellos los que decidan". Probablemente el Gobierno solo aguantaría uno o dos años, lo suficiente para renegociar el Brexit y celebrar un segundo referéndum, aparte de algunas medidas económicas muy puntuales y consensuadas.

Pero si el apoyo liberal es imprescindible, Johnson tendría una oportunidad desesperada de llegar a un acuerdo con el tercer partido nacional, que le exigirá como mínimo un segundo referéndum y una enmienda total a su política económica. Unas concesiones que podrían resultar muy costosas para un líder debilitado y con un partido en ebullición.

En cualquier caso, la legislatura que se abriría estaría tocada de muerte, y el primer ministro que saliera tendría que demostrar unas dotes de negociación que ninguno de los dos aspirantes han dejado entrever hasta ahora si quisieran aguantar más allá del referéndum inevitable. Una legislatura corta para expulsar el 'veneno' del Brexit del sistema antes de volver a la normalidad.... o dejar roto al país definitivamente.