Internacional

Australia se sube al cohete de Trump rumbo a la Luna con una inversión de 92 millones de euros

  • Morrison y Trump han mostrado su sintonía en esta visita de Estado
  • El presidente de EEUU busca levantar una base en la Luna para viajar a Marte
Donald Trump y Scott Morrison, en la cena ofrecida por su visita en la Casa Blanca. Imagen: Reuters.

Patricia C. Serrano, Europa Press

A finales de 2017, el presidente de EEUU, Donald Trump, firmó una directiva para establecer una nueva -y vieja- prioridad en la NASA: la vuelta a la Luna. Trump argumentó la necesidad de que América "volviera a soñar a lo grande" y justificó la creación de una base lunar como primer paso para un futuro viaje a Marte. Dos años después, el impredecible presidente no sólo no ha abandonado la idea, sino que continúa reclutando a aliados para que suban a su próximo cohete. 

En este sentido, la armoniosa visita de Estado del primer ministro australiano a Estados Unidos ha resultado fructífera. Australia invertirá 150 millones de dólares australianos (unos 92 millones de euros) en tecnología para ayudar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su intento por lograr un aterrizaje en la Luna en 2024, y en sus subsiguientes misiones a Marte, según ha anunciado durante el fin de semana el primer ministro Scott Morrison.

Morrison, que ha visitado las oficinas centrales de la NASA en Washington, ha explicado que el plan de inversión tendrá una duración de cinco años. "Estamos apoyando a las empresas australianas para llegar a la Luna, e incluso a Marte", ha destacado.

El anuncio se ha producido después de que el primer ministro australiano hiciera una visita de estado a la Casa Blanca el viernes, lo que ha mejorado los fuertes lazos entre Australia y Estados Unidos tras un período de tensas relaciones con China.

La inversión es parte de un plan australiano más amplio para reforzar su sector espacial. Morrison ha admitido que el Gobierno quiere triplicar el tamaño del sector a 12.000 millones de dólares australianos y crear unos 20.000 empleos adicionales para 2030. Trump, por su parte, ha insistido en que el foco está en Marte. "La Luna es en realidad una plataforma de lanzamiento. Por eso no pararemos ahí", ha detallado.

El sueño de la Luna

La última vez que EEUU envió una misión tripulada fuera de la órbita terrestre fue en 1972, en la Apolo 17, y en la que dos de sus astronautas, Eugene Cernan y Harrison "Jack" Schmitt, llevaron a cabo tres caminatas sobre la superficie lunar.

Este verano se ha celebrado el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, considerado el mayor hito en la historia de la humanidad. La hazaña cristalizó tras un pulso entre EEUU y Rusia por la hegemonía mundial en materia militar y tecnológica. Tras el triunfo de la agencia espacial estadounidense en esta batalla, el satélite dejó de ser una prioridad al no hallar minerales ni recursos muy diferentes a los que se pueden encontrar en la Tierra.