Inmobiliaria
Un inversor 'loco' por las aldeas abandonadas compra cuatro de golpe
- La mayoría de inversores que compran estas propiedades son extranjeros
- Los expertos recomiendan tener en cuenta la inversión posterior en rehabilitación
Lorena Torío
Las aldeas abandonadas de España buscan una segunda oportunidad. Muchas la encuentran gracias al creciente interés de los inversores por el mundo rural que sigue en aumento al calor de la pandemia del coronavirus y de las interesantes rentabilidades que ofrecen estos activos si se destinan a la explotación agrícola, ganadera o de recreo. El furor es tal que un inversor internacional ha comprado recientemente cuatro aldeas abandonadas de golpe.
Están ubicadas en la provincia de Lugo, y aunque no son colindantes, sí que están próximas entre sí. La más grande tiene una superficie de 40 hectáreas, está edificada y se ha vendido por 135.000 euros, mientras que la más pequeña es de 25 hectáreas, también está edificada y por ella ha pagado 40.000 euros.
El anónimo comprador ha adquirido las aldeas con el objetivo de vivir allí junto a su familia, que actualmente reside fuera de España. "Es un inversor extranjero que no quiere hacer negocio, simplemente busca jubilarse en el campo rodeado de sus seres queridos. Eso sí, sus hijos podrían hacer negocio en un futuro", explica Elvira Fafián, gerente de Aldeas Abandonadas, la inmobiliaria que ha gestionado la operación de compraventa.
"Además, a veces una persona compra una propiedad y le gusta tanto que quiere otra para algún familiar, y acaban comprando"
Pero los inversores no solo compran para disfrutar de sus propiedades. También lo hacen por otros motivos. Algunos explotan la tierra con cultivos o ganadería, otros emprenden nuevos proyectos empresariales o son nómadas digitales.
"Hemos trabajado con ejecutivos extranjeros que prefieren vivir en el campo para ser más productivos y reducir el estrés, matrimonios que quieren desarrollar proyectos sostenibles o familias enteras interesadas en el negocio de la restauración. Hay de todo", cuenta Rosi Costoya, gerente de Galician Country Homes, inmobiliaria especializada en la venta de propiedades singulares en Galicia.
Ellos también han gestionado compras múltiples. "Sí, nos ha pasado. Trabajamos con fondos de inversión que quieren desarrollar negocios de restauración en zonas abandonadas. Además, a veces una persona compra una propiedad y le gusta tanto que quiere otra para algún familiar, y acaban comprando", cuenta.
Muchos de los inversores que buscan y adquieren aldeas y pueblos abandonados u otras propiedades singulares en España son extranjeros, aunque también hay inversores nacionales. Cada vez más. En el caso de Galician Country Homes, el 85% de sus clientes son compradores de otros países, principalmente de Reino Unido y Estados Unidos, aunque también proceden de Bélgica o Dinamarca.
Las herencias
El éxodo del campo a la ciudad ha provocado la despoblación de muchas zonas de España, y las propiedad han pasado de generación en generación sin ser explotadas. La mayoría de núcleos abandonados en venta provienen de herencias y son compartidas, lo cual dificulta su salida al mercado.
"Algunas aldeas llevan 50 años abandonadas y pertenecen a varias familias o a varias personas dentro de una misma familia. No es fácil que se pongan de acuerdo para vender. Otras veces los propietarios han emigrado y es muy complicado dar con ellos. Cuando hay un solo heredero todo es más rápido", explica la gerente de la inmobiliaria Aldeas Abandonadas, que tarda una media de entre cuatro y cinco meses en ejecutar una operación de compraventa. El plazo se reduce a dos meses si el vendedor es solo una persona.
La división de la tierra, la falta de documentación o desconocer el origen del comprador son otros aspectos que complican y hasta impiden la venta de estos activos. "A veces es imposible vender propiedades porque no se pueden definir quién es el propietario. Hemos tardado dos años en hacer toda la documentación para vender un pazo del siglo XII y que el inversor lo adquiera con total seguridad", relatan desde Galician Country Homes.
Costes de rehabilitación
Las aldeas abandonadas de España resultan especialmente atractivas para los inversores por su precio. Aunque hay propiedades que pueden alcanzar las seis y siete cifras, por lo general, no supone un desembolso económico desorbitado.
Eso sí, antes de comprar los expertos recomiendan tener en cuenta la inversión posterior en rehabilitación. No es para menos. Muchas de las edificaciones están en ruinas y requieren una inyección económica que supera con creces el precio inicial de la compraventa. De hecho, muchos proyectos se frustran por este motivo incluso cuando ya se han puesto en marcha.
La mayoría de los núcleos urbanos abandonados de España se concentran en Galicia, Castilla y León y Asturias. Lugo es una de las provincias que más chollos ofrecen a los inversores, aunque muchas aldeas abandonadas no cuentan con edificaciones, y si las tienen están en muy mal estado, casi en ruinas.
Precisamente, esa provincia concentra el grueso de la oferta de Aldeas Abandonadas. Una de las propiedades más económicas se vende por 30.000 euros. Está a 13 kilómetros de la ciudad, tiene tres viviendas -todas para reformar-, una finca de 3.000 m2 que termina en el río, hórreo y horno de piedra. Destaca también una aldea a 50 kilómetros de la ciudad.
El comprador que disponga de más presupuesto puede adquirir una aldea abandonada cerca de la playa por 329.000 euros. Incluye varias edificaciones, una de ellas es la casa principal de cuatro plantas totalmente restaurada, varias naves, pajar, dos bodegas y una finca de más de 40.000 m2 donde se puede cosechar todo tipo de cultivo.
En la Comunidad de Madrid, País Vasco, Navarra, Andalucía, Aragón o La Rioja también hay oportunidades de inversión, aunque por lo general los precios son más elevados que en Galicia o Castilla y León.