Infraestructuras y Servicios

La familia propietaria de TSK prioriza una ampliación de capital para dar entrada a un socio y mantener influencia significativa

Sabino García Vallina, presidente de TSK

Javier Mesones, Cristian Reche

Sabino García Vallina, fundador, presidente y propietario de la ingeniería asturiana TSK, busca la entrada de un inversor que inyecte la munición suficiente para sanear sus cuentas y abordar un plan estratégico de crecimiento como empresa tecnológica enfocada en la transición energética y descarbonización de la economía a nivel global.

Su pretensión discurre por ejecutar la operación a través de una ampliación de capital, en lugar de una venta directa de sus acciones. De fructificar esta fórmula, el empresario asturiano se diluirá en el accionariado, pero conservará una parte. El tamaño del aumento de capital determinaría la posición final del actual dueño, cuyo objetivo es "mantener una participación relevante", así como la continuidad del equipo directivo, según reconoce la empresa al mercado. Joaquín García Rico, hijo del presidente, es el actual consejero delegado.

TSK ha contratado a Banco Santander y al banco americano Stifel como asesores para la búsqueda de los potenciales socios. La prioridad es sumar "un inversor industrial estratégico con presencia en los sectores de transición energética, descarbonización y digitalización".

La ingeniería "ya ha comenzado a tener conversaciones con distintos inversores, principalmente de Oriente Medio, Asia y Europa, y Estados Unidos". En este sentido, China Engineering Energy Group (CEEC), conocida como Energy China, mantiene contactos con la empresa asturiana, como avanzó este diario. El gigante asiático compró hace cinco años las ingenierías españolas Empresarios Agrupados y Ghesa. En el caso de la firma china, su estrategia habitual es la de tomar el control de las compañías que adquiere.

"El proceso sigue avanzando adecuadamente y se están finalizando los reportes de 'vendor due diligence' desde una perspectiva financiera, fiscal, legal, laboral y técnica, manteniendo el objetivo de completarlo satisfactoriamente durante el cuarto trimestre de 2025", subraya la compañía.

Más allá de continuar en el capital, García Vallina se impone como línea roja el mantenimiento del empleo y de la sede social en Asturias.

TSK ha diseñado un plan estratégico 2025-2027 en el que se fija como objetivo alcanzar unas ventas de 4.000 millones de euros en los tres años (en 2024 superó los 1.000 millones) en proyectos altamente tecnológicos, con mayor presencia en soluciones que permitan la transición energética, la descarbonización de la economía y la digitalización de la industria.

La hoja de ruta priorizará la reducción de riesgos en la cartera, que tras las últimas adjudicaciones se sitúa en 3.000 millones, mediante alianzas y otros contratos de colaboración con socios y tecnólogos, al tiempo que sigue mejorando sus capacidades con socios constructores locales, y en la rentabilidad operativa de los proyectos (control de costes, plazo de entrega y tesorería). Así, tras los proyectos logrados, la compañía subraya que el margen medio ebitda/ventas supera el 7,5%, "con un flujo de caja muy positivo".

También buscará fortalecer las funciones de auditoría interna y control de riesgos, desarrollar soluciones tecnológicas para un mundo más sostenible y potenciar la inversión con los clientes en proyectos concesionales relacionados con la transición energética y descarbonización, entre otras medidas.

Desde el mes de octubre de 2024, TSK ha firmado y ha sido adjudicataria para la ejecución de proyectos por valor aproximado de 2.000 millones de eurs en Europa, Caribe y Oriente Medio, "mercados geográficos estratégicos y claves para TSK en los que el grupo ya opera", y en los sectores de transición energética e infraestructuras sostenibles, destacando varias centrales de ciclo combinado en República Dominicana, un nuevo proyecto de estabilización de red en Reino Unido y dos ciclos combinados en Oriente Medio.

"Las perspectivas energéticas actuales dibujan un escenario sin precedentes que impulsan una extraordinaria oportunidad para TSK ante la escasez de empresas con las capacidades" de la empresa que controla García Vallina, remarca la firma en su comunicación al mercado.

La compañía trabaja en cerrar desinversiones y también enfrenta millonarios litigios en Costa de Marfil y Mozambique, donde corre el riesgo de que le sean ejecutados avales por más de 130 millones de dólares. En el primer capítulo, ya ha sellado la venta de su complejo fotovoltaico en México a la gestora local Ainda, cuyos partícipes son fondos de pensiones mexicanos. Ha transferido el 85% de la planta, en operación desde 2020, por el que recibirá entre 48 y 60 millones de dólares. Destinará este dinero a reducir su deuda financiera y a desarrollar su cartera de proyectos. El cierre está previsto para junio de este año.

TSK también avanza en el cobro del crédito que otorgó a Grupo Avanzalia para la financiación de la construcción de una planta fotovoltaica en Panamá (Penonomé), en operación desde 2021. Fue valorado en 114 millones de dólares y durante 2025 ha recibido la cantidad de 19,7 millones de dólares, situándose el crédito en 94,3 millones de dólares. La compañía estima que esta cantidad, en su totalidad, será cobrada con anterioridad al mes de septiembre de 2025 en virtud de los acuerdos alcanzados entre TSK y Avanzalia.

Además, la ingeniería asturiana se encuentra en la fase final de negociación de un contrato de compraventa de participaciones con un fondo de pensiones israelí para la venta su participación del 10% en la termosolar Negev Energy, de 121 MW de potencia y en operación desde 2019. El precio ya ha sido pactado en una cifra cercana a los 25 millones de euros. La operación, una vez firmada, en caso de que las negociaciones finalicen con éxito, estará sujeta a la autorización del Estado de Israel en virtud del acuerdo de concesión existente entre la planta y el Estado, y a la autorización de los bancos financiadores, principalmente.

En cuanto a los litigios, TSK ha actualizado la situación de dos contratos en África que se adjudicaron en 2019 "bajo unas condiciones económicas y contractuales que no contemplaban el escenario de elevada inflación y disrupción global experimentado desde 2020 (COVID, Guerra de Ucrania, etc)".

Ejecución de avales

En relación con el proyecto Costa de Marfil, se trata de la Central Ciclo Combinado Atinkou, con 420 MW de capacidad. Se encuentra en un avance del 98,5% y la turbina de gas (ciclo abierto) se encuentra en operación comercial desde agosto de 2023, quedando pendiente para terminar el proyecto la puesta en marcha del ciclo combinado (turbina de vapor) y otros trabajos menores.

El 6 de noviembre de 2024, el cliente, Atinkou, S.A., ejecutó un aval que garantiza una serie de prestaciones no realizadas y entrega de recambios en el ciclo abierto (que no afectan a la generación) "por un importe inmaterial para TSK por valor de aproximadamente 4,1 millones de euros". La ingeniería denuncia que, "dado el carácter abusivo e improcedente de la ejecución", instó "medidas cautelares sobre la totalidad de los avales asociados a este proyecto, por importe aproximado de 45,3 millones de euros, en apoyo de un arbitraje internacional que TSK ya ha interpuesto, y que fueron adoptadas inaudita parte el pasado 14 de noviembre de 2024, fijándose la vista oral para finales del mes de marzo de 2025".

El pasado 26 de marzo de 2025, las medidas cautelares han sido alzadas, y en el mismo día Atinkou, S.A. ha adicionalmente confirmado la ejecución de un aval por valor de aproximadamente 31 millones de euros por supuestas penalidades por retraso en la puesta en marcha del ciclo combinado, las cuales, a juicio de TSK, "no se ajustan a los términos contractuales". Los avales ejecutados por este proyecto alcanzan, por tanto, 35,1 millones de euros.

TSK se ha opuesto y se opone frontalmente a la ejecución de dichas garantías, habiendo formulado, entre otras, una solicitud de subsanación y complemento del auto, y la inminente interposición de recurso de apelación, considerando que, adicionalmente, existen varios argumentos jurídicos que respaldan la invalidez de las ejecuciones.

La ejecución de los avales no ha sido atendida por las entidades avalistas, habiendo, no obstante, TSK iniciado conversaciones con todas ellas para, en el supuesto de que hubiera que hacer frente al pago de los 35,1 millones de euros, alcanzar un acuerdo para el diferimiento del pago en paralelo a la resolución de los dos arbitrajes internacionales ante la Cámara de Comercio de París que TSK tiene interpuestos contra Atinkou, S.A., por importe aproximado de 27 millones de euros, por sobrecostes logísticos y fuerza mayor, principalmente, y de 193 millones de euros, por la terminación del contrato EPC instada por sociedad de Costa de Marfil, respectivamente.

Atinkou, por su lado, reclama 32 millones de euros en el primer arbitraje por penalidades por retraso (las cuales buscan ser aplicadas a través de la ejecución del aval, es decir, no son adicionales), y 21 millones de euros en el segundo arbitraje por la terminación del contrato EPC. La resolución del primer arbitraje, iniciado por TSK en 2022, se espera para el primer semestre de 2025, y la resolución del segundo arbitraje, igualmente iniciado por el grupo asturiano en diciembre de 2024, se espera para 2026.

Las negociaciones entre TSK y las entidades avalistas "se encuentran en un estado muy avanzado", sostiene la multinacional española, y "previsiblemente se ratificarán en los próximos días, disponiendo ya de un primer borrador de acuerdo". "El potencial impacto de estas ejecuciones y su potencial financiación ha sido incluido dentro de las previsiones de tesorería del Grupo TSK para el ejercicio 2025, sustituyendo a la pérdida prevista en el proyecto que, como consecuencia de la situación contractual y judicial actual, no se prevé acometer, y el neto de los efectos no tiene un efecto materialmente adverso para TSK", asegura la empresa.

Adicionalmente, desde TSK y diversas autoridades gubernamentales españolas se está tratando de organizar una mesa de diálogo con las autoridades costa marfileñas, beneficiarios últimos del proyecto, en base al acuerdo de concesión suscrito entre Atinkou, S.A. y el Estado de Costa de Marfil.

El segundo litigio de TSK en África que ha tenido novedades recientes es el relativo a la Central de Ciclo Combinado Temane, en Mozambique. Con 450 MW de capacidad, el proyecto se encontraba desarrollado en un avance del 82%, el pasado día 3 de abril de 2025. De acuerdo con la legislación inglesa y mozambiqueña aplicable, la compañía asturiana ha enviado una notificación de terminación del contrato al cliente, Central Térmica de Temane, S.A., "como consecuencia de las numerosas fuerzas mayores que han afectado y continúan afectando al proyecto y al país durante los últimos 24 meses (ciclón Freddy, ciclón Filipo, y revueltas sociales, entre muchas otras)".

"La prolongada afectación por causas de fuerza mayor, plenamente objetiva, nos faculta a la terminación del contrato de manera automática, sin necesidad de aceptación por la contraparte, debiendo nuestro cliente proceder a la devolución igualmente inmediata del aval que garantiza el fiel cumplimiento de las obligaciones, y a llegar a un acuerdo en relación con el aval de anticipo, dentro de la liquidación de saldos a realizar y que igualmente se estipula en el contrato", alega TSK.

Estas conclusiones, y en particular la devolución inmediata de los avales bajo la mencionada ley inglesa que regula el contrato, "ha sido certificada y ratificada bajo ley inglesa a través de nuestros abogados expertos en ley inglesa Mayer Brown, y a través de una opinión legal emitida por un barrister (abogado) en Inglaterra (Lucie Briggs de la prestigiosa Atkin Chambers) y de igual manera ratificada con una opinión legal en Mozambique (JLA-Jamal Advogados, Sociedade Unipessoal, Limitada)" , abunda la ingeniería.

No obstante, tras la terminación del contrato remitida por TSK, Central Térmica de Temane, S.A. envió a las entidades avalistas el día 4 de abril pasado "demanda de ejecución del aval de anticipo, por valor aproximado de 4,7 millones de dólares, y del aval de fiel cumplimiento, por valor aproximado de 86 millones de dólares". "Esta ejecución -asegura la ingeniería que preside García Vallina-, en base a lo expuesto anteriormente, es indebida, en la medida en que se realiza con carácter posterior a la terminación del contrato por parte de TSK, y de igual manera sin ningún argumento contractual".

"Tras la terminación por parte de TSK, los avales ya no están vigor y deben ser devueltos de inmediato a la sociedad, y su ejecución indebida supone un incumplimiento severo y material de las obligaciones de Central Térmica de Temane, S.A., e incluso se podría asemejar a una conducta fraudulenta", tal y como notificó la empresa el día 7 de abril a la firma mozambiqueña, "exigiendo la retirada inmediata de las ejecuciones y devolución de los avales".

Adicionalmente, TSK ha interpuesto medidas cautelares "inaudita parte" igualmente el día 7 de abril para paralizar la ejecución de los avales, en el caso de que Central Térmica de Temane, S.A. no retirase las ejecuciones, las cuales están pendientes de materializarse".

"La decisión de terminación del contrato del proyecto de Mozambique ha sido adoptada tras múltiples avisos y requerimientos dirigidos a Central Térmica de Temane, S.A. para regularizar la situación contractual", advierte la empresa de Asturias. "Los mencionados avales vinculados a este proyecto están emitidos al amparo del Contrato de Emisión de Garantías suscrito por TSK en septiembre de 2021, vigente hasta enero 2026, por un importe 'revolving' y comprometido de 520,5 millones de euros. "Esta medida, además de liberar riesgo dispuesto en nuestro Contrato de Emisión de Garantías, refuerza la posición de circulante, tanto actual como futura, y posibilita la reversión de provisiones previamente constituidas ante las importantes incertidumbres que afectaban a estos proyectos, mejorando así los resultados consolidados del Grupo y acotando los riesgos del balance", remata la compañía.