Televisión

María de Mora se lleva sus secretos a la tumba pese a la oferta de una entrevista póstuma como la de Julián Muñoz en DeViernes

Malena Gracia y María de Mora en el plató de Deluxe en 2017

Tal y como recogíamos, este viernes conocimos el fallecimiento de María de Mora, durante muchos años una 'fija' en diferentes platós de televisión desde que saltó a la fama en 2004 con una cámara oculta que la señalaron como presunta 'madame' de la alta sociedad que organizaba cenas para hombres poderosos y mujeres famosas por importantes cantidades de dinero, en la que supuestamente estaban implicados numerosos rostros conocidos de nuestro país.

La muerte le ha llegado a los 64 años. María hizo público que a lo largo de su vida luchó contra tres cánceres de mama, el último, en 2014 antes de que se le reprodujera éste que ha sido letal. María de Mora alcanzó notoriedad pública hace casi dos décadas por su papel como intermediaria entre hombres de alto poder adquisitivo y mujeres influyentes del mundo de la televisión y la sociedad. Su labor, que generó tanto fascinación como controversia, quedó envuelta en un halo de misterio que ella misma alimentó durante su vida. María libró una dura batalla que la llevó a pasar largas temporadas hospitalizada. Finalmente, su vida se apagó en la unidad de cuidados paliativos, rodeada de familiares y amigos cercanos. Su despedida tuvo lugar este viernes en el tanatorio de La Paz, donde se le rindió un último adiós en la más estricta intimidad.

Su capilla ardiente se ha abierto este mismo viernes en el tanatorio de Tres Cantos, y uno de los primeros en acercarse a darle su último adiós ha sido uno de sus grandes amigos en televisión, Kiko Matamoros, que muy afectado ha recordado a la socialité con mucho cariño: "Yo creo que en la vida nos tenemos que quedar con lo que la gente ha hecho con y para nosotros. Y para mí ha sido... siempre estuvo en mis momentos complicados". "Y una mujer súper cariñosa, muy atenta, muy pendiente de todo. Y, no sé, yo la quería muchísimo y entiendo que ella también me quería por el trato que me dio y por las atenciones que tuvo conmigo siempre", ha expresado emocionado.

"María fue polémica en tanto a su posición social y a lo que en su día contó públicamente porque se vio prácticamente obligada a hablar por, bueno, una información que salió, la traición de una amiga. Y, bueno, pero yo creo que no hizo nunca daño gratuitamente. Es decir, siempre que hizo manifestaciones públicas las hizo en defensa propia".

"Y se lleva o se ha llevado un montón de secretos y de historias que, de verdad, si ella hubiera querido hacer daño a gente que a ella no le ha hecho daño, si hubiera sido ese tipo de persona, lo hubiera hecho y se hubiera lucrado tremendamente" asegura. "Y yo creo que forma parte de la historia del mundo del corazón de este país, porque no solo por la actividad que ella realizaba de poner en contacto empresarios con señoritas, sino por el peso que estas señoritas tenían, tuvieron luego o habían tenido en la prensa del corazón" ha añadido antes de entrar al velatorio para despedir a su amiga.

María de Mora se llevó sus secretos a la tumba pese a la oferta de una entrevista póstuma como la de Julián Muñoz en DeViernes

Aunque María se había retirado del foco mediático hace cinco años, su figura seguía generando interés. Tanto es así que el programa DeViernes quiso realizar con ella un especial similar al que protagonizó Julián Muñoz poco antes de su muerte, que dio buenos resultado de audiencia. La propuesta incluía un sustancioso ofrecimiento económico y la promesa de emitir el contenido únicamente tras su fallecimiento. Sin embargo, de acuerdo con una fuente de Mandarina, la productora del Talk show, las negociaciones no prosperaron.

El principal atractivo de esa hipotética entrevista radicaba en la posibilidad de que María de Mora reabriera el enigmático "book" de hombres poderosos que habrían acudido a sus exclusivas fiestas para codearse con famosas. Sin embargo, la empresaria nunca llegó a revelar esos nombres, ni siquiera cuando la especulación mediática estaba en su punto álgido. Además, la ley impediría difundir los detalles o identidades asociadas a ese álbum, lo que limitaba la efectividad del proyecto.

En el año 2004, María de Mora se convirtió en un personaje habitual de la prensa rosa tras destaparse su actividad como relaciones públicas de eventos exclusivos. Una cámara oculta en un programa de televisión desató la polémica, insinuando que rostros conocidos del espectáculo y la sociedad podrían estar vinculados al ejercicio de la prostitución. Sin embargo, la única persona que conocía la verdad era ella.

Durante años, nombres como Malena Gracia, Marlene Mourreau, Ivonne Reyes, Sonia Monroy o María Jesús Ruiz aparecieron en titulares, pero no porque María los mencionara. Al contrario, ellas mismas acudieron a los platós para desmentir cualquier implicación censurable. María siempre defendió su papel: "Jamás les he cobrado a las chicas, porque eso sería un delito. Yo cobraba de mis clientes por presentarles chicas para ir a cenar, pero nunca de ellas. Y jamás les dije que tenían que acostarse con nadie", declaraba en una de sus últimas apariciones televisivas.

Un giro de vida lejos de los focos

En sus últimos años, María dejó atrás el escándalo y rehízo su vida como asesora estética y experta en tratamientos de belleza. Aunque su nombre seguía ligado al morbo de sus días más mediáticos, ella optó por mantenerse en silencio, sin delatar a ninguno de sus famosos clientes ni a las mujeres que participaron en sus fiestas. María de Mora se lleva con ella los secretos que durante años alimentaron rumores, especulaciones y titulares. La mujer que un día estuvo en el ojo del huracán será recordada, no por lo que dijo, sino por lo que nunca quiso revelar.

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