El 29 de agosto, el chef español Daniel Sancho fue condenado en Tailandia a pena de muerte por el asesinato premeditado del médico colombiano Edwin Arrieta, aunque la sentencia fue conmutada a cadena perpetua. Desde el fallo, el equipo de defensa de Sancho, liderado por el abogado Marcos García Montes, anunció su intención de apelar, con el objetivo de reducir la condena y, eventualmente, trasladarlo a una cárcel en España, donde las condiciones son menos severas.
El plazo inicial para presentar el recurso vencía el 19 de octubre, pero la defensa solicitó una prórroga para "afinar detalles", y, según informes de la agencia EFE, han vuelto a pedir más tiempo, hasta el 29 de noviembre, para perfeccionar la estrategia. La apelación se centra en la ausencia de premeditación, elemento clave en la condena.
Mientras tanto, Sancho enfrenta las duras condiciones de una prisión tailandesa, donde comparte celda con decenas de internos en un espacio limitado, y duerme sobre una manta en el suelo. Para ser trasladado a España, aún deberá pasar al menos cuatro años en Tailandia, un desafío que se perfila arduo, dadas las condiciones en las que debe sobrevivir.
"No temo a Dios": El discurso de Daniel Sancho que marcó el juicio en Tailandia
El pasado 9 de abril, Daniel Sancho, acusado de asesinar al médico colombiano Edwin Arrieta, sorprendió a todos con un discurso poco común en la corte tailandesa de Koh Samui. Al defender su inocencia, negó cualquier premeditación en sus actos y afirmó haber actuado en defensa propia, pero fue su frase inicial la que impactó tanto a la prensa como al tribunal: "No profeso ninguna religión. Aunque mis acciones puedan ser consideradas un pecado o mis palabras no sean verdaderas, no temo a Dios, pero tengo amor y compasión por mis semejantes." Estas palabras, recopiladas en el reciente libro Daniel Sancho: Toda la verdad y nada más que la verdad de José Ruz, dieron una dimensión inesperada al caso.
Sin embargo, la corte tailandesa no quedó convencida. Sancho fue condenado a la pena de muerte, aunque la sentencia fue conmutada a cadena perpetua. Ahora, su abogado Marcos García Montes trabaja en una apelación para reducir al máximo la condena y gestionar su traslado a una prisión en España, con condiciones menos extremas que las del sistema penitenciario tailandés.