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Elisa Mouliaá: "No tiene ningún sentido que me fuera a su casa después de lo que me pasó en la habitación"

  • El juzgado de Instrucción número 47 de Plaza de Castilla tomará declaración a la actriz Elisa Mouliaá para que se ratifique en la denuncia
  • Después, el juez confirmará que Íñigo Errejón no es aforado y una vez formalizada esa comunicación le citará como investigado para que dé su versión

El juzgado de Instrucción número 47 de Plaza de Castilla tomará declaración a la actriz Elisa Mouliaá para que se ratifique en la denuncia contra el ex portavoz de Sumar. Después, el juez confirmará que Íñigo Errejón no es aforado y una vez formalizada esa comunicación le citará como investigado para que dé su versión. Cualquier denuncia nueva que se presente contra el ex diputado irá a ese juzgado. Pero lo primero, como decíamos, es la ratificación de la presunta víctima, la actriz que interpuso la denuncia con nombre y apellidos.

Elisa Mouliaá, tras denunciar a Íñigo Errejón por agresión sexual, ha comentado los hechos en redes sociales. Por ejemplo, ha admitido que es incomprensible que se marchara con el agresor a su domicilio después de sufrir los supuestos ataques: "Sí, no tiene absolutamente ningún sentido que me fuera a su casa después de lo que me pasó en la habitación", ha reconocido, afirmando que, sin embargo, "es lo que pasó". Mouliaá ha compartido una conversación de WhatsApp donde relata a la organizadora de la fiesta a la que asistió con Errejón cómo fue su encuentro, en septiembre de 2021.

Mouliaá relata que Errejón la había "forzado" hasta llevarla a la habitación en la fiesta en la que ambos coincidieron y que, posteriormente, le "metió boca" en el ascensor. "Y no sé cómo cojones acabé ahí. Me puso las cosas y me llevó al coche", comenta la actriz. "Ni sé cómo fui tan gilipollas", pero "lo importante es que saqué fuerzas y me largué pitando", señala. No obstante, en este chat la denunciante usa un tono muy diferente al que describe en el documento policial. "Es un crack" y "hemos acabado con una buena conversación", dice. Después, la conversación con su amiga prosigue así: "Me he sentido un poco presionada". "Pero aun así hemos terminado en su casa y él me ha entrado a saco igual que en tu casa, que me llevó a un cuarto", explica la actriz. La reacción de su interlocutora, la que anfitriona de la casa de la fiesta en la que se produjeron varias agresiones (en el ascensor al llegar y en una habitación en la que Errejón echo el pestillo) es contestar a Mouliaá con un "jaja" que como mínimo sorprende. "Hemos terminado en su casa". "Él me ha entrado a saco igual que en tu casa, que me llevó a un cuarto", dice la actriz denunciante. Y su amiga responde: "Ah, ¿sí?".

"Yo es que soy mucho más 'piano, piano' y de calentar el fuego", le confiesa a su amiga en la conversación que tuvieron hace tres años y que este domingo publicó la propia Mouliaá. "¿Y qué le dijiste?", le pregunta ella. "Pues le he cortado, sí", le contesta. "Iba a lo que iba y en ese sentido creo que está muy acostumbrado a ser quien es, pero se pierde mucho", remata.

Comentarios retrógrados

La madrileña se ha convertido desde el jueves pasado en una de las personas que más titulares acapara tras denunciar al ex diputado Íñigo Errejón por acoso sexual; una denuncia que primero publicó en redes y después formalizó ante la Policía. El documento policial, que se hizo filtró casi al mismo tiempo que se interponía, ha dado lugar a un verdadero tsunami de comentarios, algunos de ellos disparatados y hasta condenables, pero también a preguntas que la propia actriz ha respondido desde sus cuentas.

Tenemos por ejemplo comentarios retrógrados, machistas e inquisidores contra Elisa Mouliaá por el simple hecho de que, siendo madre de una hija que estaba malita y a cargo de su abuelo, y estando casada, se "atreviera" a salir de fiesta con unos amigos y con un acompañante que para ella entonces era una posible relación ilusionante, como Mouliaá no ha tenido inconveniente en aclarar. También se ha visto casi obligada (no tenía por qué) a explicar que cuando se fue de fiesta con Errejón ya estaba en trámites de separación del padre de su bebé. "Una buena madre no se va de fiesta con su bebé enferma" o "Esta quiere un trampolín a la fama y vio en Errejón el salto". "Vergüenza de señora, ¿por qué no estaba en casa con su hija?", se puede leer en el vertedero de las opiniones en redes. Estos deleznables comentarios están ahí pero mejor no profundizar porque se califican por sí mismos para cualquiera que no sea un monstruo retrógrado y machista radical.

Elisa Mouliaá responde

Pero dejemos de lado los disparates de los zoquetes que no entienden algo tan sencillo y natural como que una persona, hombre o mujer, casada o soltera, vaya adonde quiera. Hay otras preguntas que, una vez leída la denuncia que se ha hecho pública, han inundado las redes como una avalancha. Elisa Mouliaá responde algunas.

Recordemos que, de acuerdo con el relato de la actriz, Errejón la acosó en varias ocasiones aquel miércoles de septiembre de 2021. Es decir, actuó sin su consentimiento: lo hizo ya en el taxi que les llevó a la fiesta, en el ascensor, y en una habitación de la casa de Chamberí donde se celebraba el jolgorio. Después, continuaron un rato en la casa y ella accedió a marcharse con él, meterse en un taxi y subir al piso, donde él, de nuevo, y siempre según la víctima, volvió a acosarla.

"No dudo de tus palabras pero, ¿te hace eso en la fiesta donde hay gente y te vas luego a su casa a solas?", rezan algunas preguntas que ella responde. Elisa Mouliaá ha descrito la noche de septiembre del año 2021 en la que acudió junto con Errejón a la fiesta de unos amigos tras la firma del libro del diputado y tomar algo juntos en una cervecería de Ópera. Mouliaá reitera que su encuentro en persona con Errejón y las agresiones llegaron después de un año de conversación, ilusión romántica y de "tenerlo puesto en un pedestal". "Estaba ilusionada con Íñigo, pero lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua", ha declarado ella ahora.

La denuncia recoge que ella le invitó a la fiesta y que cuando iban de camino el diputado le impuso "tres condiciones": "Que no me alejase mucho de él esa noche; que, si lo hacía, no me fuese a más de 20 metros, y que esa noche le diese un beso". Ella ya ahí se sintió violentada. Pero no le mandó paseo. Y a las preguntas sobre por qué no cortó ahí mismo y le dijo que se bajara del coche y que no iba con él a ninguna parte, Mouliaá dice que decidió guardar silencio por quién era él entonces. Y porque tuvo miedo.

Segunda agresión, según la denunciante: tras la primera (la intimida con actitud dominante en el taxi), en el ascensor antes de entrar en la fiesta

Algunos en redes apelan a un tono medio en broma de Errejón tirando la caña. Pero según la versión de la víctima no fue así. Después de que en el taxi ocurriera lo de las condiciones impuestas, y ya en el ascensor de la vivienda de Chamberí, y antes de llegar al piso, el político le dijo a su acompañante que la tercera regla la iba a romper en aquel momento. "Acto seguido, agarró a la denunciante fuertemente de la cintura y la comenzó a besar, introduciendo su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta, invadiendo su espacio y haciendo que se sintiese muy intimidada", reza el documento policial. En este caso, las preguntas son del tipo de cómo es posible que no le dijera ya en esa segunda agresión que no se metía con él en ninguna fiesta.

Pero después de lo del taxi y lo del ascensor, donde le metió la lengua a la fuerza y dejándola sin respiración, según relata, Mouliaá entró con Errejón en la fiesta aquel miércoles 22 de septiembre de 2021. Aquel mismo día, Íñigo Errejón había presentado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid su libro autobiográfico. Estaba allí Elisa Mouliaá porque Errejón la había invitado.

Presentación del libro de Errejón, tomarse algo juntos, al taxi, al ascensor, a la fiesta, a la habitación del pestillo, de nuevo al taxi, y a casa de Errejón

La actriz fue una de las asistentes que estuvo hora y media escuchando a Errejón hasta que, al final del acto, el entonces diputado le propuso a Elisa Mouliaá ir a tomar algo cerca del Círculo. No consta ningún otro encuentro entre ambos antes de aquello aunque ella ha explicado que llevaban hablando un año a través de sus cuentas. Ya solos en el bar donde estaban tomando algo, una cervecería de Ópera, ella le propuso a él que la acompañara a la fiesta de sus amigos. Mouliaá sostiene que lo hizo "por compromiso" y "por educación". Aunque también admite que Errejón le hacía cierta ilusión. La cuestión es que juntos se subieron a taxi.

Ya en el trayecto, Íñigo Errejón puso las tres condiciones: que no se alejara de ella en la fiesta, que si lo hacía no fuese más allá de 20 metros y que regresase en un minuto, y que esa noche le diera un beso. No sabemos la versión de él. Ella tomó aquello como el principio de las agresiones denunciadas y dice que se sintió "intimidada" y "violentada". A la pregunta de por qué no cortó allí de cuajo si estaba incómoda, o por qué siguió con él yendo a la fiesta (incluso antes del episodio del ascensor), Mouliaá responde que decidió "callar por ser quien era".

La lengua en el interior de su boca y la deja sin respiración

"La tercera regla la voy a romper ahora mismo", le dijo Errejón ya en el ascensor. La denuncia recoge que "agarró a la denunciante fuertemente de la cintura y la comenzó a besar, introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta". La actriz añade que lo hizo "invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que la misma se sintiese muy intimidada". Pero Elisa Mouliaá no se fue, ni le dijo que por favor se fuera él. Eso también suscita preguntas.

Entraron después de esa otra agresión en la fiesta. A pesar de lo ocurrido, hubo hubo presentaciones con los anfitriones y otros invitados, saludos y ella hasta se puso a bailar con otro amigo. Fue precisamente en ese momento cuando Errejón, según la denuncia, "la agarró fuertemente del brazo y la llevó por la fuerza, durante unos seis metros" y la metió en una habitación. Las preguntas aquí se refieren, por resumir, a si los invitados lo vieron (que iba forzada) o si ella no pudo resistir, literalmente, el tirón de él. En su denuncia supone que el motivo de la reacción de Errejón fue que al verla bailar con un amigo sufrió "un ataque de celos".

Encerrada en la habitación y cerrada con pestillo

El relato que aparece en el documento policial recoge el episodio de la habitación (posterior a las otras agresiones) explicando que Errejón cerró el pestillo. Algunas preguntas se refieren a si un pestillo interior en un dormitorio supone un encierro para alguna de las personas que están dentro. Preguntan también si Errejón cerró para impedir a su presunta víctima escapar o por intimidad. Porque, tal y como cuestionan, se supone que, salvo que estuviera muy alto el cerrojo y Elisa no llegara y el acosador sí, ella no estaba encerrada. O tal vez si era una cerradura con llave y Errejón se la guardó después de cerrar. Sea como fuere, Mouliaá explica que Errejón comenzó a tocarle y besar distintas partes del cuerpo de la actriz. Sobre todo, los pechos y los glúteos. Ante la Policía (han pasado tres años) la denunciante no recuerda si los tocamientos fueron por encima de la ropa.

Le llegó a quitar el sujetador: "Cómo me pones"

Sí recuerda que le llegó a quitar el sujetador. Y que mientras lo hacía le dijo "cómo me pones", y otras frases que la víctima califica como "lascivas" en el documento. Luego, según el relato, la empujó sobre la cama: "Se sacó el miembro viril" mientras le lamía los pechos.

Mouliaá deja meridianamente claro que eso lo hizo forzándola: "Todos estos hechos ocurrieron sin consentimiento de la declarante", reitera la presentadora y explica que se sintió "paralizada". Después de aquel infierno de unos 20 minutos, la víctima le dijo a su agresor que deseaba volver a la fiesta porque su amigo se había quedado solo. No salió corriendo ni gritando ni se marchó del piso.

Dice la actriz que Errejón le impuso como condición que si la dejaba escapar del acoso debían abandonar la fiesta e ir a su casa, a la de él, y que iba a llamar a un taxi. Ahí llegan también preguntas; como por qué ella accedió a todo. Ella lo explica: "Quería que todo acabara cuanto antes".

Mouliaá no salió y una vez fuera denunció ante los demás invitados la terrible agresión. Al contrario: en la fiesta estuvieron los dos juntos un rato más con los otros invitados. Después, el que fuera portavoz de Sumar en el Congreso hasta la semana pasada, cogió la chupa de Elisa, se la puso sobre los hombros y la presionó para marcharse cuanto antes: "Date prisa, que el coche lleva esperando cinco minutos", relata la actriz que le dijo. Un aluvión de usuarios en redes pregunta cómo es posible que después de que casi la violara en la cama de la habitación, la intimidara en el taxi, la metiera la lengua hasta casi asfixiarla al subir el el ascensor, se fuera con él a su casa.

Desde las 6 de la tarde, Mouliaá ya sabía por una llamada de su padre que su hija, de un año, estaba con 40 de fiebre. De hecho, en la denuncia recoge que Errejón, ya en el coche, a la salida de la fiesta, se mostró frío y no le ofreció trasladarla a casa de sus padres, donde estaba la pequeña. La actriz dice que se sintió "muy mal", y que no comprendía muy bien "la actitud que mostraba". Ella no se fue en ese momento. Y eso lo preguntan en las redes también mucho. ¿Tenía que ofrecerte tu acompañante la posibilidad de irte con tu hija? ¿Te lo impidió?, se prteguntan.

De hecho, Mouliaá siguió en el taxi con Íñigo Errejón, para esa hora, ya un agresor consumado a ojos de la denunciante. No se fue a su casa y las preguntas versan tanto sobre cómo es posible que subiera a casa de una persona a la que ya había visto actuar violentamente en al menos tres ocasiones. Sin mencionar que su hija estaba con 40 de fiebre. La cuestión es que en la casa, "nuevamente y sin mediar palabra", Errejón volvió a las andadas y repitió lo que hizo en la habitación de la fiesta en la que había echado el pestillo: besarla "mientras realizaba tocamientos en los pechos y los glúteos" a la vez que la llevaba "hasta su habitación". A la pregunta de por qué acabó en su casa , Elisa Mouliaá responde: "Porque me dijo que el coche nos estaba esperando desde hacía 5 minutos y teníamos que irnos, y en su casa le dije que me iba de ahí, primero porque en el taxi me habían llamado diciendo que me hija tenía fiebre" y si "me estaba sintiendo mal, eso lo empeoraba más". En segundo lugar, "porque era todo invasivo e incómodo".

Por si a Errejón le daban igual los sentimientos o las apetencias de su víctima, ella explicitó entonces su incomodidad (le tocaba los pechos y el culo) pero también su preocupación por su hija. "Íñigo, sólo sí es sí. Parece mentira que me esté pasando esto contigo", le dijo. "Si no sabías lo que era la seducción, los tiempos y la escucha". Errejón, entonces, según el relato de ella, paró y le dio las gracias: "Eso le iba a servir para futuros encuentros", dice ella que le contestó. Ella añade que ese comentario de él le provocó "sorpresa, repulsión y decepción".

La actriz, tres años después, no tiene inconveniente en admitir que "estaba ilusionada" con Íñigo, y le tenía en un pedestal. "Pensé que podía ser una historia de amor preciosa, pero en lugar de encontrarme con algo romántico me encontré con una persona que lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua".

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