Ramón Campos es uno de los productores de televisión de más éxito. La compañía que fundó, Bambú, ha estado detrás de exitazos como Fariña, Gran Hotel o Velvet. Esta temporada ha creado uno de los pelotazos del año, El caso Asunta (Netflix), un título que le ha convertido, otra vez, en uno de los creadores más codiciados. Bambú también produce La Promesa y es la responsable de Valle salvaje, la nueva serie que La 1 estrena este miércoles. "Las dos pueden hacer un bloque muy fuerte en la tarde de La 1". Además, ultima La Favorita, la primera serie de Mediaset que llevará su sello, porque esta cadena le había cerrado las puertas en tiempos de Vasile. "Me ha costado 15 años vender una serie a Telecinco", cuenta a Informalia.
Lo cierto es que Campos se mueve entre la ficción y la realidad, porque también se ha entregado en los últimos tiempos al género del documental. Produjo la docuserie El Caso Alcàsser, entre otros proyectos. Además, está detrás de Cómo cazar a un monstruo una docuserie dirigida por Carles Tamayo que está causando furor en Prime Video.
Eres productor de series de ficción y documentales. ¿Tienes la pasión dividida entre estos dos tipos de productos?
Este verano le he dado muchas vueltas a mi vida. Cumplo 50 años el que viene y he pensado mucho sobre esto. ¿Qué quiero hacer? ¿Qué disfruto?, me he preguntado. Me di cuenta que donde más disfruto es en la realidad, probablemente porque soy periodista. Fariña, El caso Asunta, series documentales, Desaparecida. Es donde mejor conecto y donde me siento más feliz. En la ficción sufro.
¿Por qué?
Lo paso fatal en el proceso de escribir. Tengo el síndrome del impostor. Me peleo mucho conmigo mismo, me insulto, pienso que es una mierda todo lo que hago. En el documental no lo paso tan mal.
Quien lo diría porque sois expertos en ficción y muchas veces de corte histórico, como 'La Promesa'.
Sí, sí. Pero es algo con lo que malvivo. Lo consigo a base de pelearme conmigo mismo. La realidad me permite reflexionar. En la ficción, reflexiono pero tengo que crearlo antes. Esa creación es un infierno.
¿Te preocupa como productor que TVE haya maltratado 'La Promesa' con muchos cambios de horario este verano?
A mí me dejan producir, yo les dejo programar. Sé que produciendo hay muchos problemas que surgen: un actor que se pone malo, una localización que se cae... Cuando yo pienso en la programación, piensas fríamente y dices ¡Qué putada! Pero tienes que entender que las cadenas tienen una cantidad de marrones... No me programan a mí, es que programan 24 horas. Yo soy una piecita más en esas 24 horas. Hay una serie de elementos que se escapan a mi trabajo; yo no sé lo que pasa en TVE, si tienen un evento, unas elecciones, La Vuelta... Yo he vivido siempre, como cuando utilizaban nuestras series como arma contra la competencia. Yo lo entiendo.
Los fans de La Promesa se han enfadado, pero eso quiere decir que es una serie con seguidores muy potentes...
Es una serie que de alguna manera ha calado. Con Josep [Cister], el creador de La Promesa, vivimos Dos vidas, y yo antes Seis hermanas... Cuando hablamos de La Promesa dijimos: 'Vamos a hacer una serie clásica', que tiene muchos elementos parecidos a Gran Hotel en su arranque. Quisimos hacer una serie canónica. En un momento que todo el mundo busca series disruptivas, lo clásico sigue teniendo su hueco. La Promesa ha sido una lección para todos. A veces no hay que romper con todos los moldes.
¿Qué puedes avanzar a los fans de 'La Promesa'?
Tenemos capítulos hasta el año que viene, hemos renovado nueva temporada. Espero que siga muchos años. Es una serie que tiene mucha vida.
Ahora llega Valle salvaje, otra de la series de Bambú, a las tardes de La 1...
Valle Salvaje es una serie que junto a La Promesa puede hacer un bloque muy fuerte en la tarde de La 1. Puede ser un pilar para que TVE construyese su parrilla.
¿Para que franja se hizo 'Valle Salvaje'?
Es una serie que por presupuesto, por creación, es una locura. Está diseñada para ser un access prime time y una sobremesa. Puede vivir en los dos lugares por contenido. A mí me hubiera gustado que fuera en sobremesa.
¿Cuántos capítulos tiene?
120.
En cartera tenéis también La Favorita para Telecinco.
¡Lo he conseguido! Por fin.
Os ha costado...
Me ha costado 15 años vender una serie para Telecinco. Yo he ido todos los años a Mediaset a presentar proyectos, aunque no me comprasen. De repente, cuando hubo el cambio de CEO, vi que la cadena estaba más receptiva. Fue rapidísimo, en cuanto les conté el concepto, lo vieron clarísimo. Llamé a mi equipo y les dije: 'Chicos, acabamos de vender por primera vez a Mediaset'. Fue una sensación como cuando vendimos Las chicas del cable a Netflix. Lo hemos logrado, por fin. Nos quedaba este check.
Si funciona La Favorita, quién sabe si Mediaset os acabará pidiendo una serie diaria para levantar la sobremesa...
Mediaset está viviendo una travesía en el desierto complicada, pero es cierto que cuando nosotros llegamos a Antena 3, no era la Antena 3 de ahora. Nosotros llegamos con Hispania. Y cuando llegamos con Gran Reserva, TVE estaba reconstruyéndose. Yo disfruto mucho esos momentos de llegar a una cadena no establecida, es lo que más disfruto.
Coronado decía recientemente que la ficción en prime time estaba abocada al fracaso. ¿Qué opinas?
La ficción tiene que empezar a convivir en abierto y cerrado. Antena 3 ya lo está haciendo con Atresplayer. Es difícil que una serie sólo viva en prime time, pero si buscas la fórmula para que se vea en prime time, donde lo ve un millón de personas, y luego hay una segunda ventana o paralela, tiene sentido. Para las cadenas también tiene sentido porque van a compartir gastos.
El caso Asunta ha sido una de las series del año. ¿Te esperabas el éxito que ha tenido en España y también fuera de nuestro país?
Dos meses antes de estrenar El caso Asunta, estaba viendo en Filmin El quinto mandamiento y pensé: 'Si yo estoy viendo una serie extranjera sobre un asesino que a priori es pequeñita, ¿por qué no pueden disfrutar en Irlanda El caso asunta?' Ese día dije 'ok, a lo mejor tenemos un camino'. No esperábamos ni por asomo lo que ha sido. Es impactante ver cómo empieza en España, salta a Italia, Europa, Latinoamérica, EEUU...