La hija mayor de Isabel Preysler cobra 28.000 euros por cada entrega del programa de TVE Hermanos a la Obra, mientras que Julio José se embolsa 13.000 euros en cada programa, un total 224.000 y 104.000 euros, respectivamente, por las ocho entregas que conforman la primera temporada. El escándalo, y más aún una vez conocidos los cachés, ha sido colosal, especialmente si además tenemos en cuenta que la Corporación pública ha tenido que prescindir del engendro protagonizado por Chábeli Iglesias ante la estrepitosa cifra de audiencia que lastraba a la cadena tras despilfarrar semejante cantidad de dinero público en otro fracaso.
También era dinero público el que las televisiones autonómicas gastaban allá por 1997 en Chábeli, que visitó el Tómbola de Canal Nou, un programa de la televisión autonómica que se veía en otras cadenas regionales y de titularidad pública como Telemadrid. Fue exactamente el 13 de marzo de 1997 cuando la hija de Isabel Preysler y Julio Iglesias hizo historia en la televisión al ser a cambio de una fortuna de entonces la estrella del primer programa de Tómbola. Lydia Lozano, Paloma Barrientos, el fallecido Jesús Mariñas o Karmele Marchante, entonces desconocidos para la mayoría de los espectadores. Junto a la hermana de Enrique Iglesias se sentaron Sofía Mazagatos, Antonia dell'Atte, Carmen Ordóñez, Marlène Mourreau, un ex de Ana Obregón llamado Jorge Juste y Carmen Martinez Bordiú. ¿Se imagina alguien un cartel así ahora por ejemplo en DeViernes? Era un dineral en cachés pero Canal, con presupuesto de la Generalitat, pagaba la fiesta con la ayuda de otras cadenas públicas.
Los comentarios y preguntas incómodas de los periodistas enfadaron a Chábeli que, a sus 25 añitos (ahora tiene 52) no entendió el tono del programa. Jesús Mariñas la llamó gorda pero a la primogénita de la Preysler le sentó peor que el presentador, Ximo Rovira, le preguntara por las personas que vendían su vida privada a los medios. Chábeli acusó entonces a los contertulios de inventarse las noticias y Karmele Marchante no se calló en aquella ocasión: "Esta niña no sabe ni leer ni escribir", le espetó. "No nos interesa nada de lo que cuenta", o "nos estamos riendo de ella", son frases de los entrevistadores que tampoco agradaron a Chábeli. Poco a poco se fue enojando más y más hasta que se levantó muy enfadada para afirmar visiblemente airada que le daba vergüenza aquel programa: "Esta gente son gentuza", dijo 27 años antes de volver a una tv pública, esta vez junto a su hermano.
20 años del final de 'Tómbola'
Era un programa nuevo, no se sabía bien qué iba a ocurrir. Esta fue quizá una de las razones de la actitud pasiva de Carmen frente a los ataques que recibía Chábeli. El espacio precursor de otros muchos como ¿Dónde estás corazón?, DeViernes o Salsa Rosa, inventó la televisión del corazón moderna. Luego llegarían otras noches gloriosas, como las de Bárbara Rey. Este año se cumplen 20 años de la última emisión del mítico programa Tómbola, "catedral, la universidad y el trampolín de todo lo que se hace ahora", decía su mítica estrella Jesús Mariñas. El espacio del corazón presentado por Ximo Rovira y producido por el extinto canal autonómico valenciano Canal 9 echaba la persiana tras 383 programas, más de 2.000 entrevistas y 1.500 horas de televisión en directo.
Además de los ya citados, Crónicas Marcianas, Abierto al anochecer, Dolce Vita, Sálvame Deluxe o Enemigos Íntimos han sido sus imitadores y prolongadores por lo tanto de una forma irreverente de hacer televisión sin guiones (ni casi límites). Tómbola se estrenó aquel 13 de marzo de 1997 con Mariñas y compañía insultando a Chábeli Iglesias y poco después realizaron un especial con motivo de la muerte de Lady Di que provocó que la andaluza Canal Sur dejase de emitir el programa por "zafio y denigrante".
En 2001 también se bajó del barco Telemadrid tras las peticiones de formaciones como Izquierda Unida, que había calificado a espacios como Tómbola de "programas de chismes, cotilleos y estupideces que rebajan la dignidad humana". "En ellos hay vileza y bajeza moral, se produce violencia verbal y física, se bebe alcohol y los invitados se emborrachan delante de las cámaras", señaló su parlamentario Fernando Martín en la Asamblea de Madrid. Mariñas reconocía que muchas noches no sabía ni a quién iba a entrevistar y cuando algún compañero le preguntaba a qué se dedicaba la invitada de turno, el gallego respondía a su forma: "Será alguna puta nueva que ha salido ahora".
El presentador Ximo Rovira reconocería años después que un formato como Tómbola no era adecuado para un canal público como Canal 9. "Nadie puede negar que es un formato de éxito. Ahora, si entramos en la reflexión de si es conveniente o no incluirlo en la programación de una televisión pública, mi respuesta es no. Las directrices entonces era competir por la audiencia y yo creo que las televisiones públicas financiadas con fondos de los ciudadanos deben ofrecer cierta alternativa en su programación. Su principal objetivo no debe ser la lucha por los espectadores por encima de todo. De todas formas, hoy no tendría hueco en la televisión pública", aseguró. "Lo peor fue estar en el ojo de huracán ojo de las críticas, que fueron muy politizadas. La televisión valenciana siempre fue un espacio de pelea política de trinchera y Tómbola era el programa de más éxito. El que más ruido generaba", añadía el comunicador. Mariñas, que llegó a medir el pene en directo al 'gran hermano' Nico, también se dolió de las críticas: "Nos vapulearon porque decían que era demasiado para la época, pero ahí aprendimos todos: nosotros a hacer televisión y los famosos aprendieron a ir a un plató y a cobrar".
Pocholo Martínez-Bordiú le tiró un vaso a Karmele por insinuar que era camello
Pero, a diferencia del patético Hermanos a la Obra de TVE, Tómbola, desde Chábeli, rompió audímetros y lanzó a Lydia Lozano entre otros 'todólogos' de la cosa rosa hoy habituales y otros muchos que ya no están. "En algunos momentos el programa mostró una cara muy soez y me iba a casa con malas sensaciones. Me daba cuenta de que, a veces, se cruzaba la línea. Era un formato muy difícil de gobernar. Por otro lado, la entrevista más vista de la historia de Tómbola fue la de Jesús Puente. Cuando vinieron personajes importantes les hicimos entrevistas muy interesantes", recordaba Rovira. Lydia Lozano aplaudió hace unos años su imprevisibilidad. "En Tómbola no sabíamos de qué se iba a hablar, se trabajaba sin pinganillo y no se hacían entrevistas previas a los invitados. Eran totalmente imprevisible. Los personajes no te conocían, con lo cual no te podían atacar y eso es maravilloso porque ahora vienen resabiados".
Bárbara Rey y el Rey
El jueves 17 de julio de 1997, con Tómbola pasando su primer verano, el programa contrató por dos millones de pesetas de entonces (12.000 euros) a Bárbara Rey, que había insinuado que emisarios de Juan Carlos de Borbón habían entrado en su chalet para robar las cintas de vídeo sexuales que ambos presuntamente compartían. Pero a Bárbara nunca la dejaron salir. El País explicaba que "responsables de la productora señalaron a la actriz que habían recibido 'órdenes superiores' que impedían su intervención, según explicó ayer la propia actriz a este periódico. Bárbara Rey se negó a abandonar las instalaciones en virtud del contrato que había firmado. La productora aseguró que cobraría los dos millones de pesetas estipulados, aun sin intervenir en el programa". El productor del programa, Ángel Moreno, denunció años después que el director del canal, Jesús Sánchez Carrascosa, había impedido su presencia en plató: "A primera hora de la tarde comencé a recibir llamadas. Eran del director de Canal 9, Jesús Sánchez Carrascosa, pero venían de más arriba. En ellas se me anunciaba que, si Bárbara pisaba el plató del programa, lo cerraban".
"Cuando llegó Bárbara a las instalaciones, la metimos por la puerta de atrás para evitar fotógrafos. Nos reunimos en mi despacho y le dijimos que no salía, pero que se le pagarían los dos millones de pesetas de caché. Ella se puso como una furia, no sé si iba a soltar la bomba atómica, pero un racimo de bombas seguro", señaló el exmarido de Nieves Herrero.
El periodista valenciano Quico Arabí contó hace unos meses en El Periódico de España que esa noche recibió una llamada de la vedette totanera: "Yo estaba aquella noche en la redacción del diario Levante-EMV, quedábamos sólo tres o cuatro personas. Sonó mi teléfono, lo descolgué y al otro lado de la línea me habló Bárbara Rey y me dijo que estaba secuestrada en Canal 9". "Yo no me podía creer aquello. Realmente sonaba nerviosa. Me dijo 'Me han secuestrado en una habitación cerrada en la tele, no me dejan hablar con nadie ni participar en el programa. Te llamo a escondidas. No quieren que salga en Tómbola porque lo voy a contar todo. Me han dicho que la orden de no dejarme salir ha llegado desde muy arriba. Estoy amenazada de muerte y temo por mis hijos'. Ese fue su mensaje enigmático, con voz entrecortada y a bocajarro", añadió Arabí.
Al día siguiente se vio con Bárbara en un hotel de la cadena NH de Valencia y explica sobre la artista: "Tanto miedo tenía, que nos dijo a mí y al fotógrafo que subiéramos a su habitación para hacer la entrevista. Finalmente, la pudimos hacer en un rincón del vestíbulo del hotel. Lo que yo me encontré fue a una persona que de verdad estaba asustada, que decía tener miedo por su vida y no estaba actuando". El exdirector del actual CNI, Emilio Alonso Manglano, contó años después que el Gobierno pagó a Bárbara Rey varios millones procedentes de los fondos reservados por su silencio. La amante del emérito, según Manglano, recibió dinero líquido y un programa culinario en la propia Canal 9 llamado En casa de Bárbara.