Ha vuelto a TVE, por donde pasó con más polémica que acierto en aquel MasterChef Celebrity de hace dos años. Fue una de las valientes que habló de la presión que se les impone a los concursantes desde la organización o de que algunos de sus compañeros se drogaban durante el espacio. Ese halo de magia que otorga la belleza a algunas personas, no a todas, o una sonrisa telegénica a más no poder son a veces aliados de los profesionales de la televisión. Patricia Conde mantiene intactas esas y otras virtudes a sus 45 espléndidos años, y puede sumar ahora además un cuarto de siglo de veteranía. Sin embargo, no ha vuelto a hacer nada tan bueno como aquel Sé lo que hicisteis donde clavaba de forma magistral el papel de rubia cañón pero ingenua, lo suficiente para dejársela botando a Ángel Martín para que nos encestara un chiste. Tanto le gustó el papel que se hizo la sueca y se olvidó de pagar parte de los impuestos del dineral que ganó. O se confundió.
Hace ahora un año, tras aparecer de nuevo en la lista de morosos de Hacienda, se quedó tan ancha con esta declaración: "No me importa lo que digan", comentó antes de explicar que había pagado. ¿Será verdad? ¿Puede TVE contratar morosos con esa Hacienda, que somos todos? Hace tres años se publicaba que la actriz había perdido en los tribunales contra Hacienda, después de que la Audiencia Nacional rechazara el recurso presentado por ella respecto a las declaraciones del IRPF de 2007, 2008 y 2009 y la acusaban de "defraudación consciente y voluntaria". Puede que esté resuelto. En cualquier caso, le vendrá bien un dinero a Patricia. La vallisoletana ha pillado cacho de nuevo en televisión y la han colocado al frente de Invictus, ¿te atreves?, otra dosis de famosos que llega a la tele pública en forma de concurso en donde dos equipos de celebridades se enfrentan a todo tipo de retos.
La propia Patricia dice en La Razón que el bodrio (ella no lo llama así) "es un gran parque de atracciones donde deporte y humor hacen una mezcla perfecta". Paridas aparte, la humorista, lógicamente, hace promoción del invento y defiende que se ríe mucho con el equipo. Bibiana Fernández, Loles León o Julio Iglesias Jr. son algunos de los personajes que a cambio de sus cachés hacen de bufones junto a la cómica, que de algún modo reniega de sus orígenes cuando Cristina Fernández le pregunta en el periódico de Paco Marhuenda por un reencuentro del personal de Sé lo que hicisteis y contesta que "en esta profesión, como en la vida, se trata de evolucionar". O sea, no tanto como una peineta elegante a Pilar Rubio, Ángel Martín o Berta Collado, ero mejor miramos hacia adelante. La verdad es que se vieron no hace tanto: "Hicimos un reencuentro hace poco en Neox y fue increíble vernos todos", apostilla.
De algún modo reprocha en su entrevista Patricia Conde a sus jefes de Sé lo que hicisteis que con 25 años le pusieran a "salir en directo sin haber leído antes el guion". Patricia tiene un hijo de 11 años, Lucas, fruto de su breve matrimonio con Carlos Seguí. Trata de mantener su vida privada al margen de la fama aunque ha tenido relaciones tan mediáticas como la de Dani Martín. El primer novio que le recordamos fue allá por el año 2000: el tenista Carlos Moyá, marido de Carolina Cerezuela y entrenador de Rafa Nadal.

Por entonces era presentadora de El Informal. Llegó después el líder de El Canto del Loco. Aunque se habían conocido en el instituto. También salió con Miguel Torres, hoy marido de Paula Echevarría. Se casó, por primera y última vez hasta la fecha, con Carlos Seguí en 2012 y tuvieron a Lucas. Con Javier de Miguel nadie tiene claro si fueron novios. Su última pareja conocida ha sido el humorista Ernesto Sevilla, uno de los creadores de Muchachada Nui, pero en febrero de 2016 se anunció su ruptura.

Programas y amores aparte, Patricia rebaña algún dinero en redes, donde exhibe su afición por utilizar productos antiedad. La presentadora es además de influencer empresaria, socia accionista y fundadora de Actiage, una plataforma médica basada en la última evidencia científica especializada en el antienvejecimiento. Por si acaso con las cremas no basta, admite que lleva "una dieta estricta sin gluten", y que sigue los ritmos circadianos: "Porque trasnochar es lo peor para las células", asegura. Patricia Conde cuenta en la entrevista que no toma azúcar, no bebe alcohol y no fuma, pero además evita "las personas y ambientes tóxicos" evita "el estrés innecesario". Esperemos que no lea estas cosas.