Sin duda, José Pablo López, vestido como el Pato Donald (es decir, con solo una blusa de marinero), apareciera en el prime time de La 1 de TVE, bailando con Belén Esteban disfrazada de Daisy, y con Taylor Swift haciéndoles los coros, en directo, el principal canal de la cadena pública adquiriría la deseada relevancia que defiende el ex director general de Contenidos de la Corporación pública.
Pero claro, con este razonamiento por reducción al absurdo, quedan claros dos argumentos inatacables, uno de ellos (que no vale cualquier cosa), válido para todas las cadenas y el otro, especialmente importante para una cadena con un presupuesto que, al fin y al cabo, pagamos todos los contribuyentes, y que por tanto debe ser limitado y con las prioridades perfectamente establecidas.
Es decir, no es que una televisión pública no pueda llevarse a Belén Esteban a su elenco de colaboradores, la cuestión es si, con un presupuesto limitado, y de todas las funciones de una cadena pública, entre las prioridades debe estar contratar a la Princesa del Pueblo por encima de otras opciones. Entre otras razones, casi obvias, porque ese tipo de programas está (gratis para los contribuyentes) en cadenas privadas.
El mismo razonamiento es válido para otras ofertas en las que RTVE gasta dinero, como el carísimo (y fallido) programa de cotilleo que presenta Jordi González junto a Anne Igartiburu, con Terelu Campos de estrella, que cuesta el triple que su predecesor (el clásico Corazón) y marca unos datos de audiencia inferiores no solo a la media de la cadena sino por debajo del (ya pobre) objetivo marcado por los responsables de TVE. O sea, no funciona el argumento de la relevancia porque la inmensa mayoría de los espectadores rechazan la oferta y no funciona el argumento de los contenidos que debe priorizar una televisión pública.
Una cosa es que Marc Giró se lleve de invitada y sin cobrar a Belén Esteban a su late show de La 2 y otra pagar a la madre de Andreíta un sueldo con dinero público o convertirla en icono de la Casa. José Pablo López, ex director de Contenidos de RTVE, se enfrentó a su presidenta, Elena Sánchez, por ésta y otras razones. Ya adelantamos en este digital la bronca que estos dos tuvieron cuando la número uno vetó la decisión del número 2 de llevarse a la ex de Jesulín de Ubrique a ese desastroso concurso de baile presentado por Anne Igartiburu que tuvieron que cambiar de sitio cien mil veces porque fracasó a todas horas.
El ex número 2 de la cadena actuaba en realidad como mamporrero de Moncloa y de José Miguel Contreras, brazo ejecutor del Gobierno en la TV pública a la vez de ser el gran jefe de Prisa y de la productora del grupo, cuya facturación por lo que vende a TVE aumenta tanto como la manipulación y el escandaloso nivel de nepotismo, con programas como aquel de Cintora, el de Julia Otero y otros que también producen socios de Prisa con apellido Entrecanales.
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