Cuando la inteligencia artificial lo domine todo, solo quedará el abismo de una sociedad impersonal, mecánica y vacía, porque no habrá ni problemas que resolver. La película The Beast (La Bestia), que ya está en las salas de cine junto a otros estrenos de la semana, sitúa ese futuro tan inquietante en 2044, el año elegido por el director francés Bertrand Bonello (Coma, Zombi Child, Nocturama) para contar esta historia semidistópica en la que los sentimientos desaparecen de forma aterradora.
Las emociones humanas, o lo que quede de ellas, serán consideradas como una amenaza de ese mundo insensible, como le ocurre a Gabrielle, la protagonista, que se somete a un sistema para purificar su ADN y limpiar todos sus traumas. De esa manera, podrá despojarse de todo lo que le hace sentirse humana para encajar mejor con las reglas de la fría IA.
En ese proceso, recorre un viaje en el tiempo por tres épocas (1910, 2014 y 2044) donde coincide con un mismo personaje, Louis, que le lleva a toparse cara a cara con una historia de amor a lo largo de una línea temporal en la que debe enfrentarse al miedo al deseo.
El peso de Léa Seydoux
Una brillante Léa Seydoux (La vida de Adèle, Dune) es la protagonista de esta historia que hace reflexionar al espectador sobre un desconcertante futuro que está a la vuelta de la esquina. A su lado está George MacKay, el actor que seleccionó Bonello después de que Gaspard Ulliel, para quien escribió el guion, muriese en accidente de esquí poco antes de empezar a rodar.
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