Televisión

Antonio Banderas, a los finalistas de OT: "El peor enemigo del éxito es la ansiedad por conseguirlo"

  • El malagueño visitó la Academia tras llegar de Nueva York, donde ha rodado un filme junto a Nicole Kidman
  • Está inmerso en la preparación de dos musicales, 'Tocando nuestra canción' y 'Gypsy'

Este 19 de febrero es la gran final de OT 2023 y la emoción para los millares de fans que se han enganchado al talent está servida. El formato presentado por Chenoa, por streaming de la mano de Amazon Prime Video cierra el telón con una final en la que Juanjo, Naiara, Paul Thin, Ruslana, Lucas y Martin se disputan el ansiado podium tras doce semanas recluidos en la Academia y brillando en unas galas semanales que los fieles seguidores han disfrutado con devoción.

Este sábado, con los nervios a flor de piel, los chavales recibían la visita de Antonio Banderas en la Academia, un momento que jamás olvidarán. El malagueño estuvo cercano con los chicos y, aunque confesó no haber seguido la edición (porque estas semanas ha estado en Nueva York rodando una película junto a Nicole Kidman), sí que compartió con los concursantes su pasión por el teatro musical y les regaló unos consejos.

El ex de Melanie Griffith reveló a los seis finalistas qué hizo que él acabara decantándose por la interpretación: "Mi mamá y mi papá eran muy aficionados al teatro, y a mi hermano y a mí de pequeños nos llevaban al Cervantes de Málaga, donde venían las compañías de Madrid. Para mí fue una revelación absoluta ver aquel ritual casi religioso que interpretaban los actores. Me pareció un acto de civilización extraordinario, el tener a un grupo de personas dispuestas a participar de un juego, un acuerdo tácito entre los que cuentan y los que escuchan. Y ahí había trozos de vida, de aprendizajes, de personajes que me estaban hablando de cosas que yo no conocía aún a todos los niveles: de amor, de desamor, de traición, de pasión, de lealtades, de mil cosas que formaban parte de la vida y que se me iban insertando dentro de ese ritual casi religioso que era el teatro".

Antonio les confesó que en los años 70 hubo dos grandes montajes que le calaron: "Uno fue Godspell, que se hizo en el año 74 con Juan Ribó a la cabeza, haciendo el personaje de Jesús, y después llegó Hair. Y era un musical rompedor que desafiaba a todo lo establecido y se salía un poco de la caja, donde la gente aparecía desnuda debajo de un paracaídas. Sin embargo, pasó la censura y yo lo vi en el año 76. Y llegó a Málaga". Aquello fue para el actor una revelación. "Yo decía: tengo que pasar a ese lado del espejo, yo quiero ser uno de esos que está ahí detrás. Fue esa cosa mágica casi religiosa que tiene el teatro, y el teatro musical con más poderío. Y me enamoré de ese género. Y al final he estado dando vueltas por el mundo y haciendo películas y he vuelto a mis raíces, a mi tierra, a hacer ese tipo de espectáculos musicales. Pero yo no soy cantante, yo utilizo la voz como un arma más", recalcó. Como ejemplo de su pasión por el teatro musical, Antonio les contó a los chicos que en unos días estará en Madrid haciendo audiciones a más de mil personas, pues ya tiene en mente dos nuevos montajes que va a sacar adelante: "Voy a hacer dos musicales Tocando nuestra canción y Gypsy".

Antonio aprovechó su visita a la Academia les dijo que "el error también es bello", y recordó la importancia que el arte va a tener a la hora de forjar su personalidad: "Tenéis que ser conscientes de una cosa importe que para mí lo ha sido: el amor al arte, a la música, al teatro, al cine os va a hacer no sólo ser millonarios o celebridades, sino ser personas con mucha personalidad. El arte invita a la reflexión profunda y eso es muy importante en nuestros días porque hay una especie de tendencia por parte de aquellos que ostentan poder a la manipulación. Y el arte hace que las personas no sean manipulables, las hacen más fuertes. Ayuda a generar y a solidificar las personalidades. Y eso es tanto para los artistas como los que participan del arte. Por eso el arte hay que promocionarlo siempre, porque es el corazón de un país", les dijo a los chavales. Además, les regaló un último consejo que deberían grabarse a fuego: "El peor enemigo del éxito es la ansiedad por conseguirlo. Ése no puede ser el objetivo. Lo mejor es el disfrute por lo que haces. Y lo importante es la búsqueda de la verdad".

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