Cuando GH expulsaba a un concursante de forma disciplinaria por mal comportamiento -una agresion, por ejemplo- el programa renegaba absolutamente de esa persona. No volvía al plató, no tenía ese honor de ser recibido en una gala, y se le apartaba para siempre porque no era digno de pertenecer a la familia del reality.
Este jueves pasó todo lo contrario con Álex y Gustavo, expulsados la noche anterior por tener un comportamiento inapropiado. El programa los llevó a plató -Álex fue recibido con una gran ovación- para que arreglasen sus diferencias. Lo hicieron y se disculparon. Más sorprendente, incluso, fue que pudieran despedirse de sus compañeros que siguen en Guadalix, un honor que históricamente solo tenían los concursantes oficiales que son eliminados por la audiencia.
Nadie entendió ese cambio de rumbo de GH pasado de banco y las redes se llenaron de comentarios muy críticos contra el programa por esta nueva forma de proceder que no tiene mucho sentido: se castiga a unos participantes por su mala actitud, pero luego se les permite ir a plató para hacer las paces.
Sin embargo, lo más llamativo, y el motivo real de que nadie entendiera la nueva estrategia de Mediaset, fue que GH decidiera abordar la pelea de Álex y Gustavo sin enseñar las imágenes de lo que había sucedido, algo que hubiera sido imprescindible para que la audiencia pudiera ver el motivo de su expulsión disciplinaria. El programa mostró lo que había sucedido justo antes del forcejeo -una simple discusión entre los concursantes- pero no llegó a emitir ni un solo vídeo del incidente que los puso en la calle y que tan grave había sido para que GH tomara medidas disciplinarias. Y todo esto a pesar de que el programa lo había prometido en el comunicado que publicó para anunciar la eliminación de los dos participantes: "En la gala de este jueves se mostrarán las imágenes que nos han obligado a tomar esta decisión".
La situación era surrealista, porque Marta Flich, Álex y Gustavo analizaron en directo una secuencia que nadie estaba viendo, ni en plató ni en las casas, por lo que el espectador estaba recibiendo un contenido completamente a ciegas. La indignación era mayúscula en las redes sociales. "¡Poned las imágenes!", insistían los seguidores del formato. "Os estáis cargando GH", repetía más de uno.
Ciertamente es surrealista que 'el ojo que todo lo ve' ya no enseñe todo lo que graba (esa es la esencia del formato), sobre todo si tenemos en cuenta que esa pelea ha resultado trascendental para el desarrollo del programa, porque motivó la expulsión de dos concursantes -uno, Álex, el favorito de la edición-, y se utilizó como contenido (ciego) durante media hora en la gala del jueves de Telecinco. La desconexión entre el reality y la audiencia fue total durante media hora y muchos no entendían la situación: si tan malo era lo que habían hecho, ¿por qué estaban en plató? Y si no era tan grave, ¿por qué no lo enseñaron?
Después de un debate entre la presentadora y los dos protagonistas sobre lo ocurrido en la casa, con la audiencia de convidada de piedra, Marta explicó al fin el motivo por el que GH VIP había decidido ocular las imágenes de la discusión. "No hemos puesto las imágenes porque no son edificantes. Forcejearon y les tuvieron que separar. Cruzaron una línea que GH no puede permitir. No vamos a poner las imágenes porque no son buen ejemplo", explicó la presentadora ante una audiencia que, por primera vez, no vio lo que realmente ha pasado en la casa de Guadalix.
Un 12,9% y menos de un millón (948.000 espectadores) vio la gala de este jueves, que no reaccionó ni con la expulsión disciplinaria ni con los sustos de Halloween. De nuevo fue la segunda opción por detrás de Masterchef Celebrity (16,9% y 1.202.000).
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