Jamie Lee Curtis se niega a pasar por el aro de la presión estética. Así lo ha manifestado en su última aparición, en la que ha posado con unos labios de cera postizos. "Es mi declaración contra la cirugía estética", ha señalado la actriz, de 66 años.
La intérprete se ha pronunciado sobre las intervenciones estéticas en una entrevista para la revista The Guardian, que incluye un reportaje fotográfico en el que la artista posa con con un traje chaqueta estampado y unos labios postizos de color rojo que ocupan buena parte de su rostro. "He hablado mucho sobre el genocidio de una generación de mujeres por parte del complejo industrial cosmecéutico, que se han desfigurado a sí mismas. Los labios de cera realmente lo dejan claro", señala.
La actriz de The Last Showgirl -película protagonizada por Pamela Anderson, otra celebridad que se declara en contra de los cánones de belleza y que se niega a usar maquillaje- no usa estas palabras de forma casual, pues, para ella, este asunto es más grave de lo que parece.
"He usado esa palabra durante mucho tiempo y la uso específicamente porque es una palabra contundente", dice. "Creo que hemos borrado a una o dos generaciones de aspecto humano natural. El concepto de que puedes modificar tu aspecto a través de productos químicos, procedimientos quirúrgicos, rellenos... Hay una desfiguración de generaciones, sobre todo de mujeres, que están alterando su apariencia", añade la estrella de Hollywood.
Curtis culpa de este "problema" a la inteligencia artificial. "En cuanto aplico un filtro y ves el antes y el después, es difícil no pensar: Ah, bueno, así queda mejor'. Pero, ¿qué es mejor? Mejor es falso. Y hay demasiados ejemplos", explica, sin querer dar nombres. Y apunta: "Me he convertido en una defensora muy pública para deciros a las mujeres que sois preciosas y perfectas tal y como sois". Unas palabras que llegan en un momento delicado en la industria de la belleza y el entretenimiento, escenarios que viven un retroceso en materia de diversidad. El Ozempic está en auge, negando así la existencia de las tallas grandes; y las operaciones y retoques estéticos están más que normalizados -también entre los más jóvenes, con especial relevancia en la población femenina-, ya que llegan como la solución al envejecimiento. La oda a la belleza se vive como una garantía de éxito. Las arrugas y cualquier síntoma de vejez siguen suponiendo un problema.