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El mensaje y las fotos con los que Lamine Yamal agradece las felicitaciones por su 18 cumpleaños: "Que mi Dios os bendiga a todos"

Hay un hombre del que se ha hablado especialmente en los últimos días. Se trata de Lamine Yamal, que este domingo 13 de julio alcanzó la mayoría de edad mientras se encuentra en el pedestal de ser uno de los mejores jugadores del mundo, a quien incluso muchos se atreven a comparar ya con Leo Messi, el mejor de la historia. Una lujosa villa en Sitges fue el lugar que el culé eligió este fin de semana para celebrar una fiesta por todo lo alto en la que estaban prohibidos los teléfonos móviles.

En plena resaca emocional, el jugador del Barça y de la Selección Española ha dejado un mensaje de agradecimiento en redes: "Gracias a todos por las felicitaciones y por la celebración de ayer. Mi Dios os bendiga a todos", ha escrito. Junto a estas palabras, el delantero ha escogido dos fotos de cuando era niño, mostrando una actitud tan traviesa como divertida.

Lamine Yamal cumpleaños 18

Los 18 del niño prodigio del Barça

Lamine Yamal ha dejado de ser oficialmente un niño. A sus 18 años está considerado uno de los iconos del fútbol mundial, un talento precoz al que ya se le compara con las grandes leyendas. Sin embargo, el ascenso meteórico del extremo catalán también arrastra una cara B: el ego, la provocación y un estilo de vida que alimenta titulares y debates.

Dentro del campo, Yamal es imparable. Su desparpajo, su capacidad para decidir partidos y su técnica lo han convertido en un jugador clave tanto en el Barça como en la Roja. Pero fuera de los estadios, su actitud ha sido objeto de crítica. "El miedo lo dejé en el parque, en Mataró, hace tiempo", soltó con tono desafiante en una reciente rueda de prensa. No es raro verle provocar. Le gusta llamar la atención: se tiñó el pelo de rubio para la final de Copa, presume de ortodoncia sacando la lengua ante las cámaras y no se corta a la hora de compartir en sus redes sociales bailes y poses en calzoncillos, siempre al ritmo de reguetón. El sábado, en la víspera de su cumpleaños, Lamine reunió a su familia para un almuerzo junto al mar. Paella, champán y un gesto de complicidad con su abuela Fátima, que emigró desde Tánger y lleva las manos decoradas con henna. A su lado, su madre, Shaila Ebana, pilar fundamental en su vida, y otros familiares cercanos. Lamine siempre recuerda sus raíces: nació en Esplugues de Llobregat, pero se crio en el barrio de Rocafonda, en Mataró, donde aprendió pronto a jugar al fútbol y a convivir con la dureza de la calle.

A nivel personal, no esconde su gusto por el lujo, aunque a menudo roce lo ostentoso. Hace unos días navegaba en un yate por Ibiza con amigos y esta semana ha recibido un regalo a la altura de los grandes magnates: un collar de oro y diamantes valorado en más de 400.000 euros. Algo que se sumó a la celebración de una gran fiesta privada este sábado por la noche en El Alcázar del Garraf, un palacete en las colinas de Sitges, con vistas privilegiadas al Mediterráneo. Se habla de un cartel de invitados que incluyó a estrellas como Bizarrap, Ozuna, Emilia Mernes o Bad Gyal.

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