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Ana Duato, tras ser absuelta: "No es justo que alguien tenga que sufrir durante tantos años la presunción de culpabilidad"

La Audiencia Nacional ha absuelto a Ana Duato de todos los delitos fiscales por los que se le venía investigando desde hace casi una década en el conocido caso Nummaria. Como recogíamos este lunes a primera hora, la resolución judicial, aunque puede ser recurrida, pone fin a una larga travesía marcada por la incertidumbre, la presión mediática y la resistencia de la intérprete a aceptar un acuerdo que implicara admitir una culpa que siempre negó.

El fallo también absuelve a su marido, el productor Miguel Ángel Bernardeau, mientras que impone duras condenas a otros implicados, entre ellos el asesor fiscal Fernando Peña, considerado el cerebro de la trama, condenado a 80 años de prisión. El actor Imanol Arias, por su parte, ha sido sentenciado a dos años y dos meses de cárcel tras aceptar su responsabilidad en un pacto con la Fiscalía Anticorrupción.

Un veredicto que reivindica su inocencia

Ana Duato ha reaccionado públicamente con serenidad y firmeza tras conocer la sentencia: "La sentencia acredita que nunca he dejado de pagar impuestos por todos mis ingresos y que en ningún momento ha habido intención alguna de no hacerlo. Tras diez años, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, estoy satisfecha, porque la justicia reconoce la verdad. Por otro, siento que no es justo que alguien tenga que sufrir durante tantos años la presunción de culpabilidad".

Desde el principio del proceso, la actriz valenciana rechazó cualquier tipo de pacto con el Ministerio Fiscal. Su postura fue clara: defender su inocencia hasta el final, aunque eso implicara afrontar un juicio de gran complejidad y repercusión pública. "Una conformidad pasaría por reconocer unos hechos que no he cometido. Y no pienso dejarle a mis hijos la herencia de una mentira", expresó en una entrevista antes del inicio del juicio.

Un caso con origen en 2016

El llamado caso Nummaria estalló en abril de 2016, cuando agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) realizaron un registro en las oficinas del despacho liderado por Fernando Peña, en la calle Juan Bravo de Madrid. La investigación, iniciada por la Fiscalía Anticorrupción y la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, apuntaba a una presunta estructura societaria diseñada para ayudar a personalidades del mundo del espectáculo y la cultura a defraudar al fisco.

Entre los nombres que surgieron en las diligencias figuraban artistas tan conocidos como Joaquín Sabina, Marta Robles, Carmen Posadas, Imanol Arias y Ana Duato. A partir de ahí, se abrió una compleja instrucción judicial en la que participaron hasta 31 acusados, entre empleados del bufete y clientes.

Estrategias divergentes

A medida que se acercaba el juicio, varios de los implicados decidieron pactar con la Fiscalía. Imanol Arias, quien se enfrentaba a seis delitos fiscales, aceptó los hechos y logró reducir considerablemente la pena propuesta inicialmente. Ana Duato, sin embargo, mantuvo una estrategia radicalmente opuesta.

Respaldada por sus abogados, Enrique Molina y Javier Gómez Ferrer, Duato, de 57 años, presentó una defensa robusta centrada en desmontar los elementos clave de la acusación. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional concluyó finalmente que no existía "acreditación suficiente" de que ni ella ni su marido conocieran que estaban incumpliendo sus obligaciones tributarias. Tampoco se pudo probar que hubieran actuado con dolo o intención de defraudar.

Uno de los pilares de la defensa fue la falta de pruebas directas, así como una instrucción deficiente en ciertos aspectos relevantes. Se señaló, por ejemplo, que tres de los siete delitos fiscales que se le imputaban ni siquiera habían ocurrido en la fecha en que fue citada a declarar por primera y única vez. Además, la acusación no consideró documentación oficial de RTVE, fundamental para verificar los ingresos reales de la actriz que dio vida a Mercedes Alcántara en Cuéntame.

Una década de desgaste personal y profesional

Durante casi diez años, Ana Duato ha vivido bajo el escrutinio público. La imagen de la actriz, reconocida por su papel protagonista en la serie precisa por su marido, también procesado y absuelto, quedó inevitablemente marcada por el proceso. Su valiente negativa a aceptar una conformidad ha resultado ser una defensa coherente con su postura desde el inicio: la de una persona convencida de su inocencia.

La Fiscalía había solicitado para "la madre de Carlitos" una condena de 32 años de cárcel por siete delitos fiscales. Para su esposo, Miguel Ángel Bernardeau, se pedían 18 años. La absolución de ambos representa una victoria jurídica, y el triunfo de una reivindicación moral tras años de desgaste personal y profesional.

Un precedente y una reflexión

El caso Nummaria deja una profunda huella en la relación entre los personajes públicos y la asesoría fiscal de alto nivel. La sentencia ha dejado claro que la responsabilidad penal no puede trasladarse automáticamente al cliente cuando no hay pruebas de que conociera o participara activamente en el fraude.

Ana Duato, absuelta a falta de un recurso, lanza ahora una reflexión que resuena más allá de los tribunales: "La justicia ha hablado, pero el daño emocional y reputacional es difícil de reparar. Nadie debería cargar durante años con una presunción de culpabilidad injusta".

La sentencia aún puede ser recurrida, pero para Ana Duato, el veredicto ya ha marcado un punto final a una etapa amarga. Y lo ha hecho en sus propios términos: con la frente alta, sin ceder ante la presión, y defendiendo su verdad hasta el final.

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