El pasado lunes 23 de junio, Rocío Carrasco y Rocío Flores se encontraron cara a cara tras más de una década sin verse. Madre e hija coincidieron en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se celebraba un juicio contra la productora La fábrica de la tele, responsable del docudrama por fascículos televisados protagonizado por la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco.

La demanda fue interpuesta por Rocío Flores, quien solicita un millón de euros en concepto de indemnización. Su argumento principal es que la productora hizo pública una sentencia judicial que la condenaba cuando era menor de edad. La misma había sido emitida en su contra años atrás. No obstante, Rocío Carrasco, quien figura como víctima en dicha resolución, autorizó el uso del documento al considerar que ya había sido difundido por otros medios.

Rocío Carrasco acudió al juicio en calidad de testigo por parte de la defensa de La fábrica de la tele. Su testimonio fue clave para contextualizar por qué facilitó a la productora documentación tan personal. Según reveló el periodista José Luis Galiacho en su pódcast El hilo de la cometa, la hija de Rocío Jurado declaró con firmeza que el documental formaba parte de un proceso terapéutico para liberar el dolor acumulado durante casi 20 años. Aseguró que no sólo compartió detalles relacionados con su hija, sino también aspectos profundos de su propia historia.

Galiacho añadió que, pese a coincidir en el mismo espacio físico, madre e hija no intercambiaron palabra alguna. Además, el periodista valoró positivamente la intervención de Carrasco ante el tribunal, calificándola de sólida y convincente. En cambio, opinó que la declaración de Rocío Flores fue menos acertada y no alcanzó la contundencia que se esperaba en una instancia judicial.

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