Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores, se reencuentran ante el juez. Madre e hija han acudido este lunes 23 de junio por la mañana a la Audiencia Provincial de Madrid para declarar como testigos en el juicio contra la productora La Fábrica de la Tele (ahora La Osa Producciones). Hace 13 años que no se ven.
El litigio, que enfrenta a madre e hija tras años de distanciamiento, gira en torno a la demanda interpuesta por Rocío Flores por la difusión de datos y documentos personales cuando era menor de edad, en el marco del documental 'Rocío: contar la verdad para seguir viva', emitido en 2021 por Telecinco.
La hija de Antonio Flores y Rocío Jurado ha llegado acompañada por su abogado. Iba con semblante serio. La joven ha escogido un vestido boho blanco y ha ocultado su mirada tras una gafas de sol de aire vintage. Su madre ha accedido sola. Rocío ha entrado en los Juzgados con seguridad y aplomo. Iba con un elegante traje de raya diplomática.
Las imágenes captadas en la entrada reflejan la tensión de este reencuentro judicial, en el que ambas partes defienden posiciones opuestas. A la salida, ninguna ha querido desvelar lo ocurrido dentro de la sala, pero sus actitudes daban pistas más que suficientes para hacernos una idea: Rocío Carrasco, seria, ha asegurado que "todo bien"; su hija, Rocío Flores, salía de la Audiencia entre lágrimas y visiblemente triste: "No voy a deciros nada".
Un millón de euros en juego
Rocío Flores, que ejerce la acusación junto a su letrado, reclama una indemnización civil de un millón de euros por daños morales y señala un presunto ánimo de lucro por parte de la productora; la hija de Rocío Jurado, por su parte, comparece como testigo clave en defensa de la productora, que sostiene que la difusión de la información se realizó con su consentimiento como tutora legal de su hija en aquel momento.
El tribunal deberá determinar si existió o no consentimiento válido para la difusión de los documentos judiciales confidenciales relativos a Rocío Flores, así como si la productora incurrió en un delito de revelación de secretos agravado por la naturaleza de los datos y su masiva exposición pública. La resolución de este caso podría sentar un precedente sobre los límites entre el derecho a la información y la protección de la intimidad de los menores en el ámbito mediático.