Cuando lo tienes todo, quizá lo único que queda por hacer es compartirlo. En el caso del fundador de Amazon, cuya fortuna personal supera los 200.000 millones de dólares, la respuesta es sencilla: nada. De hecho, son Lauren Sánchez y él quienes agasajan a sus invitados, no al revés.
La boda del magnate y la periodista continúa este fin de semana en Venecia, una ciudad que, entre góndolas, palacios y canales, escenario para una celebración marcada por el lujo, la exclusividad y, también, la controversia. Más de 200 personas han sido invitadas al enlace del año, aunque la organización del evento no ha estado exenta de críticas por las molestias que el cierre parcial de la ciudad causa a los venecianos.
Regalos únicos para los invitados
En lugar de una tradicional lista de bodas, Bezos y Sánchez han optado por dar un giro completo al protocolo. En vez de recibir regalos, serán ellos quienes ofrezcan obsequios a sus invitados como muestra de gratitud. Y, como cabría esperar, no se trata de detalles cualquiera.

Entre los presentes más comentados se encuentra una exclusiva cristalería artesanal producida por la firma veneciana Laguna B, especializada en vidrio soplado. Esta casa, fundada en los años noventa por Marie Angliviel de la Beaumelle y actualmente dirigida por su hijo Marcantonio Brandolini d'Adda, representa lo mejor de la tradición local con un diseño contemporáneo que ha conquistado a coleccionistas de todo el mundo.
También se rumorea que los invitados ha disfrutado con delicias de una renombrada pastelería de la ciudad, así como bolsos de terciopelo diseñados por artesanos locales, que podrían alcanzar un valor de hasta 2.000 euros. Un detalle que parece hecho a medida para Lauren, conocida por su gusto por los accesorios exclusivos y el diseño personalizado.

Compromiso con Venecia
Más allá de los lujosos regalos materiales, el multimillonario y su mujer han querido dar a su enlace un cariz solidario. Según han confirmado fuentes de la organización, Jeff y Lauren realizarán donaciones en nombre de cada uno de los asistentes a varias instituciones vinculadas a la conservación de Venecia y su entorno.
Una de ellas es la oficina de la UNESCO en la ciudad, que trabaja en la protección del valiosísimo patrimonio arquitectónico y cultural veneciano. También recibirán apoyo económico el CORILA (Consorcio para la Coordinación de Investigaciones sobre la Laguna de Venecia), dedicado a estudiar los impactos ambientales en la región, y la Venice International University, comprometida con la investigación académica y la sostenibilidad.
Aunque no se han dado cifras concretas, el gesto busca contrarrestar en parte el malestar generado entre los vecinos por el despliegue logístico y el cierre de varias zonas del centro histórico durante la celebración. Se habla de una "propina" de tres millones de euros a la ciudad.
Una boda blindada
La celebración está rodeada con un estricto dispositivo de seguridad y un operativo de privacidad sin precedentes. Se ha restringido el paso por algunas zonas del Gran Canal, y se limitado el tráfico fluvial y se han desplegado patrullas privadas para garantizar la discreción del evento.
Pese a las molestias, Venecia puede presumir de ser más que nunca (y eso es mucho decir) en la capital mundial del glamour. Aunque para otros estamos ante una ostentación hortera. Opiniones aparta, la llegada de figuras de primer nivel del ámbito empresarial, político y del entretenimiento, muchos de ellos amigos personales de los contrayentes ha enloquecido a los paparazzi y a los visitantes y lugareños.
Una ceremonia simbólica
Para Bezos y Sánchez, ambos divorciados y con una historia de amor que ha copado titulares desde que se hiciera pública en 2019, la boda ha representado un nuevo comienzo. El enlace ha sido ostentoso pero no en cuanto a su ceremonia, aunque sí en lo relativo a la experiencia global: arte, música, gastronomía y detalles cuidados al milímetro
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