Mariló Montero está preparada para el verano, una época muy esperada que recibe con muchas ganas después de las intensas jornadas laborales que marcan los meses anteriores. Eso sí, lo hace relajada, sin meterse presión por su físico. A sus 59 años, es consciente de las exigencias que se ejercen sobre las mujeres para que luzcan figura en bikini, lo que potencia las inseguridades. Ante esto, la periodista apuesta por no preocuparse tanto. Prefiere disfrutar de las vacaciones siguiendo un estilo de vida saludable en el que haya lugar, por supuesto, a los caprichos que constituyen las semanas de calor: desde cócteles y helados para refrescarse hasta largas jornadas de descanso.
La presentadora basa su día a día en una buena alimentación y rutinas de deporte en las que prima, sobre todo, el respeto a una misma. Hay momentos en los que al cuerpo no se le puede exigir más, por eso hay que escucharlo. Se puede comer bien y ser una persona activa sin frustrarse, desde la relajación. No hay que prohibirse alimentos ni sobrecargar el cuerpo. "El deporte hay que hacerlo, la alimentación hay que cuidarla", opinaba la comunicadora el pasado año, tras engordar "tres kilos" en verano. Nada que no puedan solucionar unos buenos hábitos, sin obsesionarse con el peso. "Hay que vivir, que me gusta disfrutar. Ahora entrenaremos otra vez", decía en Instagram.
Los hábitos no se construyen a fuerza de voluntad. Requieren de constancia, amabilidad y un enfoque realista. Así es como Mariló enfoca su día a día, a base de optimismo y compasión. Además, apuesta por integrar poco a poco nuevas rutinas saludables, sin pasar de cero a cien, porque el cuerpo necesita adaptarse a los cambios, tal y como este miércoles recoge Lecturas.

En este sentido, la exmujer de Carlos Herrera, con quien tiene dos hijos, Alberto y Rocío, también considera que hay que moverse de forma amable, disfrutando de cada actividad; comer con placer y conciencia, atendiendo a las necesidades del cuerpo y crear una rutina flexible, sin rigidez.