Llega el verano y lo que se ha convertido en un clásico es tener a la modelo Lucía Rivera como imagen de la colección de gafas de Sunglass, esta vez en la terraza del hotel Bless de Madrid. Lucía es, aparte de una belleza despampanante, una mujer que me encanta porque dice lo que piensa y piensa lo que dice. Hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera, con Lucía se puede hablar de todo y da gusto. No estamos últimamente acostumbrados a que los personajes se sinceren y se muestren sin filtros ni chorradas. Es verdad que en otras ocasiones Lucía ha protagonizado este evento junto a la hija de la ex de su padre, la también modelo Kika Cerqueira, a quien echa de menos en estos momentos. "Me gusta compartir sesiones con ella. Las dos somos modelos y siempre nos hemos entendido muy bien", asegura. Aunque no quiere meterse en temas que solo le pueden dar problemas, lo cierto es que Lucía fue de las que más berrinche se cogió cuando se enteró de la ruptura de su padre con la portuguesa María Cerqueira. Para ella quedan los buenos recuerdos y una amistad que, espera, no se diluya.
Lo que no se diluye para nada es su historia de amor con el mallorquín Fernando Wagner. "En cuanto acabe este acto me cojo un avión y me voy a Mallorca. Tengo mucho trabajo y quiero aprovechar esos momentos ya que para mí Mallorca es como ir de vacaciones. Es verdad que aprovecho que Fernando trabaja para escaparme a la playa pero también que como los dos somos autónomos al final nunca paramos de trabajar", comenta. A sus 26 años, no piensa en la retirada pero sí tiene claro que el día que lo haga le gustaría que fuera en Asturias, donde le encantaría tener su casa propia "aunque tal y como está España a ver quién es el que puede comprarse una casa hoy", lamenta.

Lucía es original y firme en sus convicciones y por eso cuando le preguntamos siempre por su deseo de ser madre pone hasta cara de hartazgo y dice que no está en ello. Igual pasa con la ida de contraer matrimonio. "Te aseguro que soy muy anti-boda, realmente soy contraria a todo lo que supone mucho postureo. Tal vez una boda sencilla en la playa… Pero bueno, ni lo he pensado", afirma. Lucía confirma que su novio no le ha pedido que se case con él ni le ha entregado el anillo de compromiso. "Te aseguro que no hace falta que me pida nada. No soy nada clásica para esas cosas. Realmente la menos de mi familia. Mi madre es mucho más clásica y no me refiero al físico, que en eso no lo es, pero es muy clásica para otras cosas", adelanta.
Lucía se ha criado delante de los medios y por eso no se altera aunque le molesta especialmente las fotos robadas en bikini. "Eso es lo que peor llevo", confiesa. Como no es nada rencorosa no se lleva especialmente mal con sus ex pero lo cierto es que tampoco le interesa nada sus vidas. "Las cosas de muchos hombres juntos no me van", dice a la pregunta de si le gustan las carreras de motos o los toros.

En cuanto a la relación que tiene con su madre, la resume de una manera muy explícita: "Nuestra relación es más como hermanas ya que quien realmente hace de madre es mi abuela". Y una última cosa: asegura que le gustaría poder dar su salto a la interpretación (su madre es la que más le anima) pero sabe que no es el momento porque prefiere seguir como modelo y no despistar a las marcas que apuestan por ella.