Rafael Nadal, recién retirado del circuito profesional, felicitaba efusivamente este domingo a Carlos Alcaraz, que le releva al mando del tenis mundial y en concreto como emperador de Roland Garros tras revalidar su título en una épica final por la copa de los Mosqueteros. Pero Nadal, lejos de la competición, encuentra en su villa en Playa Nueva Romana el refugio perfecto para su nueva etapa vital.
El extenista ha comenzado un nuevo capítulo en su vida tras anunciar su retiro del tenis profesional. La revista Pronto cuenta este lunes que el balear, tras una carrera legendaria que lo ha consagrado como uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, ha decidido poner el foco en su familia, su descanso y sus múltiples negocios. En este nuevo horizonte, cobra especial relevancia una propiedad que ha pasado desapercibida durante años, pero que ahora se perfila como su refugio perfecto: una exclusiva mansión en República Dominicana.
La vivienda, ubicada en el prestigioso complejo residencial Bahía Príncipe, en Playa Nueva Romana —al sureste de la isla y a tan solo 45 minutos de Santo Domingo—, fue adquirida por Nadal en 2012. Hoy en día, su valor ronda los dos millones de dólares. Pese a que se trata de una propiedad de lujo, ha permanecido en un discreto segundo plano durante todos estos años, en línea con la tradicional reserva del tenista respecto a su vida privada.
Este exclusivo enclave se ha convertido en un destino habitual para celebridades, empresarios de alto perfil y deportistas retirados. Y no es para menos: cuenta con instalaciones y servicios de primer nivel, como campo de golf, puerto deportivo, spa, club de playa, gimnasio, marina privada, vigilancia 24 horas y, como no podía faltar, su propio club de tenis. Un entorno idóneo para una figura como Nadal, que ahora busca calidad de vida y tranquilidad, sin renunciar a la actividad y el bienestar.

Su villa en República Dominicana se presenta como el escenario ideal para disfrutar de una merecida gloria, sin dejar de lado sus pasiones ni su espíritu emprendedor. Porque aunque el tenis diga adiós a una leyenda, su legado y su estilo de vida siguen escribiéndose con la misma elegancia con la que levantó cada uno de sus trofeos.
La villa del tenista de Manacor es una sofisticada residencia de dos plantas que combina diseño, comodidad y privacidad. Distribuye sus estancias en tres dormitorios, una cocina moderna, un comedor con ventanales que ofrecen vistas espectaculares al entorno tropical, y una espaciosa sala de estar con chimenea, perfecta para recibir a familiares y amigos. Sin embargo, el elemento más destacado de la propiedad es su piscina privada, rodeada de jardines cuidadosamente diseñados, que conecta directamente con las áreas de ocio y servicios exclusivos del complejo.
Esta nueva etapa llega en un momento muy especial para el balear. Convertido ya en padre y con un sólido proyecto de vida junto a su esposa, Mery Perelló, Nadal ha manifestado en varias ocasiones su deseo de dedicar más tiempo a su familia. Además, planea seguir desarrollando su academia de tenis y otras iniciativas empresariales, aunque lejos de los focos mediáticos que han acompañado su carrera deportiva durante más de dos décadas.
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