La modelo ha sorprendido este lunes como invitada en el podcast La casa de mi vecina, de Nagore Robles, donde ha dado un repaso a su vida amorosa. Mar Flores, que construyó muros para proteger algunos aspectos de su vida hace ya más de dos décadas, los ha derribado todos y se ha sincerado sobre sus ex maridos, sus hijos y lo complicado que es arrastrar los fantasmas del pasado: "Hay gente que tiene úlceras de verme feliz. No lo dicen, pero es así. Tienen envidia".
La modelo fue una de las grandes protagonistas de la crónica social en la década de los 90. Sus relaciones amorosas con Alessandro Lequio, Cayetano Martínez de Irujo o Carlo Costanzia la situaron en el ojo del huracán, especialmente su divorcio con el padre de su primer hijo, con el que enfrentó una dura batalla judicial. Separada de Javier Merino después de 24 años de matrimonio y cuatro hijos, Mar todavía arrastra un 'sambenito' muy complicado de sobrellevar: "Yo disfruto de ver a las mujeres que crecen, que salen adelante... pero cuando vas a un sitio sin pareja, una cena con matrimonios, las mujeres me quieren matar porque se creen que me quiero liar con sus maridos", ha confesado. "¿En qué momento piensas que voy a mirar a tu marido?¿Por qué piensas así?", pregunta, resignada. "No vengo a cenar para ligar, vengo porque me aburro en casa y me habéis invitado", concluye tajante.
Mar no ha querido hablar de Elías Sacal (el empresario mexicano con el que mantiene una relación intermitente desde años) ni tampoco sobre su nieto, hijo de Carlo Costanzia y Alejandra Rubio, o las últimas polémicas en las que se ha visto envuelta por su presunta antipatía a Terelu Campos. Porque tiene muy claro de dónde viene y adónde no quiere regresar: "Soy una mujer libre y resiliente. Yo no puedo vivir en una situación en la que no me siento libre. Me he reinventado muchas veces porque me han tirado cada diez minutos (...) Yo empecé a trabajar a los 16 años y a los 21 estaba agotada", ha desvelado. "Pero a mí nadie me mantiene y he seguido creciendo incluso después de un matrimonio de 24 años y un divorcio con 5 hijos en el que pacto mi libertad. No pacto un dineral", ha aclarado en referencia a su separación Javier Merino con el que, por cierto, mantiene una excelente relación: "Hemos estado ventitantos años casados y seguimos viviendo en una amistad permanente. Yo le admiro. Él no sé si me admira, nunca lo he hablado, pero creo que él está impactando con haberme conocido. En su vida lo ha demostrado por como me ha seguido cuidando. Es uno de los mejores regalos que me ha dado la vida".
Sobre su relación con Carlo Costanzia ha sido más dura: "Resulta que no era el momento, ni la persona, pero mi necesidad de confort, de apoyar la cabeza, de no tener que seguir demostrando, esto es lo que a mí me falló". Mar ha confesado que, en aquel momento, con poco más de 20 años, se sentía muy desamparada: "Necesitaba apoyarme tanto en alguien, había estado tanto tiempo sola, que me apoyé y no era la persona correcta". A pesar de todo, no se arrepiente: "Es el padre de mi primer hijo y objetivo cumplido. Yo quería ser madre y lo fui, fui la persona más feliz del mundo en ese momento".