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Marilyn Monroe habría cumplido 99 años este 1 de junio: el día en que conoció a la reina Isabel II

Marilyn Monroe en el rodaje de 'Con faldas y a lo loco' / Cordon Press

Este 1 de junio de 2025, el mundo conmemora el que habría sido el 99º cumpleaños de Marilyn Monroe, una de las figuras más icónicas del cine y de la cultura popular del siglo XX. Nacida en Los Ángeles en 1926 como Norma Jeane Mortenson, Monroe ascendió desde una infancia difícil hasta convertirse en la actriz más reconocible de todos los tiempos. Su magnetismo, vulnerabilidad y belleza la convirtieron no solo en una estrella de Hollywood, sino en un símbolo eterno de glamour y complejidad.

A lo largo de su vida, Marilyn cautivó a millones con películas como Los caballeros las prefieren rubias (1953), La tentación vive arriba (1955) y Una Eva y dos Adanes (1959). Sin embargo, más allá de su faceta cinematográfica, también vivió momentos que marcaron su lugar en la historia desde lo simbólico y lo cultural. Uno de esos episodios memorables ocurrió en 1956, cuando conoció a otra figura de talla mundial: la reina Isabel II del Reino Unido.

Marilyn Monroe es saludada por la reina Isabel II durante el estreno de la película La batalla del Río de la Plata en el teatro Empire de Leicester Square, en Londres, el 29 de octubre de 1956.EndFragment

Ese encuentro, breve pero significativo, tuvo lugar el 29 de octubre de 1956 durante el estreno del filme La batalla del Río de la Plata, celebrado en el Empire Theatre de Leicester Square, Londres. Marilyn se encontraba en la capital británica rodando El príncipe y la corista, una película que protagonizó junto a Sir Laurence Olivier, y que marcaría su única experiencia cinematográfica fuera de Estados Unidos. La visita no estuvo exenta de controversias ni de tensiones artísticas, pero su magnetismo seguía atrayendo la atención del público y la prensa.

La anticipación por el posible encuentro entre la "reina de Hollywood" y la soberana británica fue tan alta que los medios hicieron de aquella noche un evento de Estado paralelo. En medio de la crisis del canal de Suez, que ponía en jaque al Reino Unido en el plano internacional, la imagen de la joven monarca junto a la mayor estrella del cine ofrecía un alivio mediático y una bocanada de elegancia y espectáculo.

Fiel a su estilo inconfundible, Marilyn eligió un vestido dorado de lamé con escote pronunciado y tirantes finos, que desafiaba el protocolo sin renunciar a su esencia. La actriz se había preparado durante horas en su residencia en Parkside House, preocupada por causar una buena impresión. A pesar de los nervios y la presión del entorno, llegó puntual al teatro junto a su entonces esposo, el dramaturgo Arthur Miller, y fue recibida por una multitud que la aclamaba a su paso.

Cuando la reina Isabel II llegó acompañada de su hermana, la princesa Margarita, la emoción entre los asistentes alcanzó su punto máximo. Marilyn, nerviosa pero sonriente, realizó una reverencia impecable y mantuvo una breve conversación con la reina, intercambiando palabras sobre los jardines de Windsor y el clima británico. Poco después, la princesa Margarita conversó con Monroe sobre bicicletas y el rodaje con Olivier.

El momento quedó grabado en la memoria colectiva como un cruce de mundos: el del cine y la realeza, el de la cultura estadounidense y la tradición británica. Años más tarde, Marilyn recordaría con afecto aquel breve intercambio, describiendo a la monarca como "muy cálida".

La anécdota fue llevada al cine en 2011 en la película Mi semana con Marilyn, protagonizada por Michelle Williams, donde se retrata el caos, la fragilidad y el brillo que marcaron esa etapa de la actriz en el Reino Unido.

Hoy, a casi un siglo de su nacimiento, la figura de Marilyn Monroe sigue fascinando. Su historia, marcada por contrastes —la fama y la soledad, el poder de su imagen y la fragilidad de su persona—, continúa inspirando libros, películas, exposiciones y reflexiones sobre el precio de la fama y el rol de la mujer en el cine y en la sociedad. La imagen de aquella noche en Leicester Square, en la que dos iconos femeninos compartieron un instante frente a los flashes, resume parte del legado que Marilyn dejó al mundo: la mezcla de encanto, talento y humanidad que, a pesar del tiempo, no pierde vigencia.

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