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Jodie Foster deslumbra en Cannes con Vie Privée, su primer papel importante en francés

La actriz y directora estadounidense Jodie Foster ha conquistado la Croisette con Vie Privée, la nueva película de Rebecca Zlotowski presentada fuera de competición en el Festival de Cannes.

A sus 61 años, la "niña" de Taxi Driver no solo se atreve con nuevos idiomas, sino también con personajes incómodos y preguntas sin respuesta. En Vie Privée, su mirada contenida y su voz —ligeramente más aguda, pero no menos firme— nos recuerdan que el cine sigue siendo un espacio para la exploración profunda del alma humana.

En este intenso drama psicológico, Foster encarna a Lilian Steiner, una psicoanalista marcada por la culpa y la obsesión tras la misteriosa muerte de una de sus pacientes, interpretada por la belga Virginie Efira.

La cinta, que mezcla elementos del thriller, el drama íntimo y una sutil ironía, representa un hito en la carrera de Foster: su primer rol principal completamente en francés. "Llevaba mucho tiempo queriendo hacer algo así", confesó la actriz, que aprendió el idioma desde pequeña al estudiar en un liceo francés. "Hice un pequeño papel en Un long dimanche de fiançailles, pero ahora he podido explorar un personaje de verdad en esta lengua que transforma incluso mi voz y mi forma de expresarme", explicó.

Ese cambio vocal, confesó, también afectó su interpretación. "Mi voz en francés es más aguda, mi personalidad cambia. No me siento tan segura al hablar, y eso me pareció perfecto para Lilian. Ella es una mujer fuerte, pero también profundamente insegura".

En Vie Privée, Foster comparte pocas escenas con Virginie Efira, pero la presencia de esta última es constante, como un fantasma sensual e inquietante que persigue a la protagonista. "Virginie es una actriz magnífica, bella, magnética. Rebecca fue muy astuta al construir este personaje: tan seductora que no sabemos si es real o un producto del deseo de Lilian", explicó Foster. "Ese juego entre realidad y fantasía es esencial en el psicoanálisis. Al final, el consultorio no deja de ser un lugar separado del mundo, casi una burbuja de imaginación".

La cinta se aleja del thriller convencional al que muchos asocian a Foster, conocida por películas como El silencio de los corderos o La habitación del pánico. Aquí, el tono es más ligero, incluso irónico por momentos. "Es cierto que siempre he sido 'la chica de los thrillers', pero en este caso el enfoque es distinto. Hay intriga, sí, pero también humor, ambigüedad, emoción. No es un film con un solo género, es una mezcla libre. Eso en Estados Unidos no se hace tanto, sobre todo en producciones grandes", apuntó la actriz, con una sonrisa cómplice.

El film también propone una mirada poco convencional sobre la psicología y el psicoanálisis. Según Foster, la figura de Freud —eje teórico del personaje de Lilian— ha sido ampliamente cuestionada en Estados Unidos. "Allí, Freud está prácticamente 'cancelado', lo consideran misógino, racista, anticuado. Pero desde el punto de vista literario y cinematográfico, sigue siendo fascinante. Ver el mundo a través de esa lente es útil para contar historias humanas".

La propia Lilian, su personaje, encarna muchas contradicciones. "No diría que es una mala terapeuta, pero sí que está atrapada en sí misma. No escucha realmente. A lo largo de la película, ella cree que investiga la muerte de su paciente, pero en realidad, está investigando su propia vida, su dolor, sus fracasos. Esa introspección es lo más interesante de su arco", comentó Foster.

Con Vie Privée, Rebecca Zlotowski confirma su talento para construir relatos complejos desde una perspectiva femenina y contemporánea, mientras que Foster se reafirma como una actriz en constante búsqueda de nuevos territorios expresivos. Su dominio del francés, su entrega emocional y la profundidad de su actuación fueron ampliamente aplaudidos en su paso por Cannes.

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