Íñigo Errejón y Elisa Mouliaá tenían una cita este viernes en los Juzgados de Plaza de Castilla para entregar sus teléfonos móviles, una petición que el juez instructor de la causa, Adolfo Carretero, ordenó el pasado mes de febrero, y ante la que el ex portavoz de Sumar en el Congreso siempre se ha mostrado disconforme. La actriz se ha personado a las 10.00 horas, mientras el exparlamentario, que había sido convocado a su cita media hora después, no se ha personado. "Esto parece el Día de la Marmota", ha ironizado la intérprete a su salida de los juzgados.
Mouliáa ha explicado que su terminal quedará en manos de los investigadores "hasta después de Semana Santa". "Y él pues no se ha presentado, no ha dado la cara una vez más", ha expresado sobre Errejón. Según la actriz, los investigadores encontrarán en su teléfono conversaciones con Errejón y también con su amiga Jana, en las que le "decía" que el exdirigente la habría "invadido y acosado": "En fin, al final pruebas que delatan que no hubo consentimiento y que hubo una agresión".
Por su parte, la defensa del fundador de Podemos ha presentado un escrito donde indica que "esperará a la resolución del recurso de apelación a fin de preservar sus constitucionales derechos a la tutela judicial efectiva, a un proceso con todas las garantías y de acceso a los recursos, en relación con su derecho a la intimidad". Su letrada ha aclarado que el exdirigente "ya no conserva el dispositivo móvil que tenía el 8 octubre de 2021", cuando presuntamente ocurrieron los hechos. Ha insistido en que Errejón "ya aportó desde el inicio de la investigación todas las conversaciones que conserva con Mouliaá mediante acta notarial".

El equipo legal de Errejón explicó hace unas semanas que su representado ya había aportado toda la información relevante mediante un peritaje informático y acta notarial, y que entregar el dispositivo supondría una vulneración de su intimidad. Afirmaron, además, que en este tipo de casos toda la información termina filtrándose a los medios de comunicación, lo que podría causarle un "grave daño" personal, y que, atendiendo a la actitud de Mouliaá, parece que la denunciante está más interesada en obtener "réditos mediáticos" que en esclarecer la verdad.
Desde que se instara a Errejón y Mouliaá a entregar sus dispositivos para que la Unidad Central de Investigaciones Tecnológicas proceda a su volcado, este trámite ha estado en el aire. El magistrado dio en marzo un plazo de cinco días a ambas partes para que entregaran sus móviles, permitiendo que la Policía Nacional analizara sus conversaciones. Sin embargo, cuando la actriz accedió a la revisión del dispositivo, se le notificó que tendría que esperar, pues no se disponía de los medios necesarios. En el caso del exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, intentaron que se pudieran presentar las pruebas de las supuestas conversaciones entre ellos de otra manera, sin la necesidad de que se descargara la información de su teléfono, pero el juez finalmente, no accedió a esa petición de la defensa y dio la negativa a una alternativa.

Piden imputar por desobediencia a Errejón
Al mismo tiempo, hemos conocido que la acusación popular que ejerce la Asociación de Ayuda de Defensa Integral a las Víctimas Especializada en la causa abierta contra el ex portavoz de Sumar ha pedido al juez que se le impute por desobediencia al no entregar su teléfono móvil para que se analicen los mensajes que intercambió con la denunciante. En un escrito, recogido por Europa Press, el letrado Jorge Piedrafita solicita al magistrado que amplíe la imputación después de que el exdirigente no haya acudido este viernes la Juzgado a facilitar su terminal móvil.
Identifican a los taxistas que llevaron a Mouliaá y Errejón la noche de los hechos
Esta información llega después de que Carretero pidiera la pasada semana la declaración de nuevos testigos para que presentaran declaración el próximo 20 de junio. Serán un psicólogo y dos amigos de la intérprete, dueños de la casa donde habrían tenido lugar los hechos denunciados.
Además, se ha identificado a los taxistas que coincidieron con el expolítico y la actriz la noche en la que habrían ocurrido los hechos. Según Mouliaá, Errejón le planteó las famosas tres normas -primero, no alejarse mucho, menos de cien metros; segundo, regresar al minuto; tercero, darle un beso- cuando llegaban al piso donde se celebraba un cumpleaños.
El segundo de los taxis lo tomaron juntos cuando salen de la fiesta. En teoría, según la denuncia, el expolítico ya le ha metido en una habitación y la ha agredido sexualmente, los antiguos abusos sexuales.
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