Gente

Cronología del Caso Alves: cómo reconstruir una agresión sexual que según los jueces nunca ocurrió

El caso de Dani Alves ha sido uno de los juicios por agresión sexual más mediáticos de los últimos años en España. Desde la denuncia inicial hasta la sentencia absolutoria dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el proceso ha estado marcado por versiones contradictorias, pruebas que apuntaban en diferentes direcciones y un debate sobre el peso del testimonio de las víctimas en el sistema judicial. A pesar de que la denunciante sostuvo su relato desde el principio y fue respaldada por testigos y peritos, el tribunal determinó que no existían pruebas suficientes para condenar al futbolista.

Repasamos la cronología del caso y analizamos los elementos clave que llevaron a esta polémica resolución

La noche de los hechos: diciembre de 2022

La madrugada del 30 de diciembre de 2022, una joven denunció haber sido agredida sexualmente por Dani Alves en los baños VIP de la discoteca Sutton de Barcelona. Según su relato, tras un breve intercambio en la zona privada del local, Alves la condujo al baño, donde presuntamente la retuvo contra su voluntad, la abofeteó y la violó de forma violenta. Tras el incidente, la joven fue atendida por los Mossos d'Esquadra, quienes describieron su estado como de "shock extremo" y "terror absoluto". El informe médico posterior confirmó lesiones compatibles con una agresión sexual, y la denunciante inició un tratamiento psicológico debido a un cuadro de estrés postraumático.

Las versiones cambiantes de Dani Alves

Desde su detención el 20 de enero de 2023, Dani Alves ofreció hasta cinco versiones distintas de los hechos:

1. Negación total: En su primera declaración, aseguró no conocer de nada a la denunciante.

2. Encuentro fortuito: Luego admitió que coincidieron en el baño, pero sostuvo que no ocurrió nada.

3. Sexo oral consentido: Ante las pruebas de las cámaras de seguridad, reconoció que la joven le practicó sexo oral, pero de manera voluntaria.

4. Relación con penetración consentida: Posteriormente, cambió su versión para afirmar que hubo penetración, pero que fue con consentimiento mutuo.

5. Alcohol y confusión: En su última declaración, argumentó que estaba borracho y que mintió inicialmente para proteger su matrimonio.

Este cambio constante en su testimonio contrastó con la versión firme y sin variaciones de la denunciante, lo que llevó a muchas voces a considerar que la credibilidad de Alves debía ser cuestionada.

Las pruebas y los testimonios

El caso contaba con varias pruebas y testimonios que respaldaban la acusación:

Informe forense: Indicaba que la víctima presentaba lesiones compatibles con una agresión sexual.

Testimonios de los Mossos: Confirmaron que la joven estaba en estado de shock y con ansiedad tras la supuesta agresión.

Empleados de Sutton: Describieron a la víctima llorando y aterrada después de salir del baño.

Cámaras de seguridad: Captaron que la denunciante y Alves estuvieron juntos más de 15 minutos en el baño.

A pesar de estos elementos, la defensa del futbolista insistió en que no había pruebas concluyentes de que la relación no fuera consentida.

La condena inicial: cuatro años y medio de prisión

En febrero de 2024, la Audiencia de Barcelona condenó a Dani Alves a cuatro años y medio de prisión por agresión sexual. El tribunal consideró que el testimonio de la víctima era sólido y que las pruebas médicas y testificales lo respaldaban. La sentencia marca un hito en la lucha contra la violencia sexual, al reconocer la importancia del relato de la víctima y la necesidad de analizar los casos en su contexto, sin exigir pruebas físicas imposibles en muchos casos de agresión sexual.

La absolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

Sin embargo, en marzo de 2025, el TSJC decidió revocar la condena y absolver a Alves, argumentando que el relato de la víctima tenía "incongruencias" sobre lo que ocurrió antes de entrar al baño y que no había pruebas suficientes para demostrar que la relación no fue consentida. Esta decisión generó una ola de indignación, especialmente entre colectivos feministas y expertos en violencia de género, que denunciaron que la justicia sigue sin proteger a las víctimas de agresiones sexuales.

El impacto social y la revictimización

El fallo ha reabierto el debate sobre la dificultad de probar una agresión sexual en los tribunales y la revictimización de las denunciantes. Durante el proceso, la joven fue sometida a un intenso escrutinio público, con su testimonio cuestionado a pesar de la coherencia de su relato y el respaldo de pruebas forenses y testigos. Por otro lado, el caso ha sido utilizado por sectores negacionistas de la violencia machista para reforzar la narrativa de que las denuncias falsas son comunes y que los hombres son las verdaderas víctimas del sistema judicial. Sin embargo, los datos oficiales indican que las denuncias falsas por agresión sexual son extremadamente minoritarias.

El mensaje que deja este caso es preocupante. Si un testimonio firme, corroborado por peritos y testigos, no es suficiente para mantener una condena, ¿qué deben hacer las víctimas para obtener justicia? La decisión del TSJC podría desalentar a muchas mujeres a denunciar, temiendo no ser creídas o ser sometidas a un proceso judicial traumático y estigmatizante. Aun así, los expertos en violencia de género insisten en que denunciar sigue siendo el camino. El caso Alves demuestra que la lucha por la justicia es difícil, pero necesaria para visibilizar la violencia sexual y exigir cambios en el sistema judicial.

A pesar de la absolución del TSJC, la justicia aún no ha cerrado definitivamente el caso. La Fiscalía ha anunciado que estudia recurrir la decisión ante el Tribunal Supremo, que tendrá la última palabra sobre el destino judicial de Dani Alves. Este recurso será clave para determinar si el criterio del TSJC prevalece o si se restablece la condena inicial. Más allá del resultado, lo que está en juego es mucho más que un caso individual: se trata de la confianza en el sistema judicial y del derecho de las víctimas a ser escuchadas y protegidas. El caso Dani Alves ha expuesto las dificultades que enfrentan las víctimas de agresión sexual para obtener justicia. A pesar de las pruebas y los testimonios en su contra, el futbolista ha sido absuelto, lo que genera serias dudas sobre el tratamiento de estos casos en los tribunales. Mientras la sociedad debate sobre el fallo y su impacto, si prosperas los recursos, la decisión final queda en manos del Tribunal Supremo. Lo que está en juego no es solo el futuro de un exfutbolista, sino el mensaje que la justicia envía a todas las víctimas de violencia sexual en España.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky