Manuel Lara, conocido en el mundo taurino como "Larita", lleva más de una década siendo el hombre de confianza de Andrés Roca Rey, el torero favorito de Victoria Federica Marichalar.

Como mozo de espadas, su misión es cuidar hasta el último detalle de la carrera del matador peruano, desde los entrenamientos hasta los días de faena. Sin embargo, Larita nunca imaginó que enfrentaría una situación tan insólita y frustrante como la que ahora vive: la retención de dos trajes de luces de Roca Rey en la aduana del aeropuerto Jorge Chávez de Lima, acusados de contrabando. Todo comenzó el pasado noviembre, cuando Roca Rey toreó en Latacunga, Ecuador. Tras el evento, las maletas que contenían los trajes de luces del torero se extraviaron. Con el tiempo en contra y la siguiente corrida programada en la plaza de Acho, en Lima, el equipo de Roca Rey recurrió a una solución de emergencia. Un piloto de confianza llevó desde España dos ternos esenciales para que el matador pudiera cumplir con su compromiso.

Pero al aterrizar en Lima, los trajes fueron retenidos por las autoridades aduaneras. Según los agentes, un tripulante no puede transportar mercancías que no sean de uso personal, y catalogaron la entrega de los trajes como un acto de contrabando. Desde entonces, las prendas permanecen confiscadas, atrapadas en un proceso burocrático que Larita describe como "desesperante", según relata a Zabala de la Serna en El Mundo.

Los trajes, confeccionados por el prestigioso sastre Fermín, están valorados en aproximadamente 6.000 euros cada uno. Uno de ellos es de color mercurio con bordados en oro, mientras que el otro, de tono berenjena, también luce detalles dorados. Aunque el costo es considerable, el verdadero problema radica en el tiempo que implica encargar nuevos ternos y en la incertidumbre sobre el destino de los confiscados. "Es mi responsabilidad, y me siento impotente porque no puedo hacer nada para resolverlo", confiesa Larita al crítico taurino del citado diario.

A pesar de los esfuerzos del equipo legal contratado en Lima y de la familia de Roca Rey, que cuenta con importantes contactos en la sociedad limeña, el conflicto sigue estancado. "Los abogados nos dicen que lo más probable es que los trajes terminen subastados en unos 18 meses", añade con pesar.

Para Roca Rey, esta situación es solo un capítulo más en una temporada marcada por el éxito y la adversidad. En 2024, el torero ha demostrado ser la figura indiscutible del escalafón, con 70 corridas, 128 orejas y dos rabos en su haber. Además, ha protagonizado el aclamado documental Tardes de soledad de Albert Serra, reafirmando su compromiso con la tauromaquia.

El destino de los trajes confiscados aún está en el aire

Sin embargo, el desgaste también ha sido evidente. La hostilidad de Las Ventas, donde fue herido gravemente en la Feria de Otoño, y las tensiones en su país natal, donde lucha por promover el toreo frente a crecientes oposiciones, son solo algunos de los retos que enfrenta. Ahora, sin sus trajes de luces retenidos, deberá arrancar la temporada con ternos alternativos mientras el conflicto se resuelve.

"Parece que hay alguien antitaurino al frente", bromea Larita, aunque su tono revela más frustración que humor. La historia de los trajes retenidos en Perú refleja no solo el caos que puede surgir en el mundo taurino, sino también la complejidad de los procesos legales y culturales que rodean al toreo. Mientras tanto, Roca Rey sigue adelante, enfocado en la próxima temporada y rodeado de un equipo renovado de apoderados liderado por su hermano Fernando. Como dice Larita, "Andrés está preocupado, pero no deja que esto lo distraiga. Al final, lo único que quiere es seguir triunfando en los ruedos, sin importar los obstáculos". El destino de los trajes confiscados aún está en el aire.

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