La defensa de Daniel Sancho ha puesto sobre la mesa un dato desconocido hasta ahora. Una fuente del entorno de amistades del español encarcelado en Tailandia revela un dato que puede ser crucial si fuera tenido en cuenta por el tribunal que debe revisar la condena a finales de este mes. Los abogados del chef añaden una nueva prueba e insisten en los testimonios presentados en el juicio del pasado abril que, según ellos, acreditaban su versión de que la muerte de Arrieta se debió a una pelea en la que Sancho actuó en defensa propia.

Esa es la gran esperanza a la que se aferra el hijo de Rodolfo Sancho. Los abogados del español están haciendo especial hincapié en los errores que, siempre según ellos, se cometieron durante la investigación en un intento de poder solicitar la nulidad del procedimiento. Daniel Sancho ha comenzado 2025 preso en Surat Thani (sur de Tailandia), donde fue trasladado desde la de Samui, en la isla donde se celebró el juicio entre el pasado 9 de abril y el 2 de mayo.

Mientras, el sudor se mezcla con la sal y el miedo en las historias que llegan desde el lejano Tailandia. Allí la luz es una promesa cruel, y las sombras esconden verdades que nadie quiere desenterrar. Como la historia de los vídeos que, siempre según sostiene la fuente consultada, mandaba el cirujano a su amante, supuestamente para presionarle y hacerle ver que tenía controlada a la mujer con la que llevaba cinco años saliendo, con el fin, presuntamente, de obligarle a confesar que estaba con él, con quien mantenía una relación con él que Daniel nunca quiso hacer pública ni siquiera entre sus amistades.

Arrieta enviaba a Daniel Sancho vídeos de su novia para mostrarle que la tenía controlada

Ahora que Daniel Sancho languidece entre los muros de una celda que no reconoce como suya y que en su nombre se habla de un crimen brutal, de cuchillos que cortan más allá de la carne, de secretos y amenazas, el relato de la tragedia no termina de contarse del todo. Han pasado meses desde que un tribunal tailandés dictó sentencia: cadena perpetua para el español acusado de asesinar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Pero las noticias, como un río que no se detiene, siguen trayendo consigo piezas de un rompecabezas que cambia con cada marea. Ahora se revela algo que hasta hace poco permanecía en la penumbra: "Edwin Arrieta enviaba vídeos a Daniel Sancho, vídeos de Laura, su novia", nos dice una fuente del entorno del español. Cuentan que el colombiano asesinado actuaba "como un lobo", mostrando los dientes antes de la mordida.

Fuentes cercanas al círculo de Sancho aseguran que esos vídeos, enviados por el cirujano colombiano, buscaban doblegar a Daniel, mantenerlo en un lugar de sumisión y miedo. Según esta versión, Arrieta seguía a través de personas a las que pagaba los movimientos de Laura, sabía dónde estaba, con quién, y se lo hacía saber a Sancho con precisión calculada. "Mira lo que tengo, mira lo que puedo hacer", parecían decir esas imágenes que cruzaban el aire entre dos continentes, cargadas de advertencias silenciosas. Era una advertencia directa, insisten quienes aún defienden al chef. Según esa versión, Arrieta habría usado esos vídeos como un arma, una que no cortaba la carne pero sí podía desgarrar la vida de quienes los recibían. "Si dices algo, si revelas nuestra relación, ya sabes lo que pasará", es lo que, según estas fuentes, se le daba a entender a Sancho. No era solo él quien estaba en peligro; eran Laura, su familia, su mundo entero. Este extremo no ha sido confirmado.

Laura, la mujer en el centro del huracán

Laura no había sido un nombre conocido en este caso. Había permanecido en la periferia, como una figura borrosa que nadie se atrevía a enfocar de cerca. Pero su historia se ha vuelto imposible de ignorar. Laura, hija de una empresaria poderosa en el negocio de los automóviles de lujo, llevaba cinco años al lado de Daniel, aunque la relación tenía grietas. Apenas unas semanas antes de su viaje a Tailandia, Daniel había sido visto con otra mujer, rubia, veinteañera, en las Islas Baleares. Sin embargo, Laura estaba en el corazón de los temores que, según la defensa, impulsaron a Daniel a actuar.

En los días del asesinato, según nuestra fuente, Laura y un familiar suyo estaban en Tailandia, un hecho que añade otra capa de tensión al relato. ¿Sabía Arrieta de su presencia? ¿Hacía eso que sus presuntas amenazas, si es que son ciertas, fueran aún más cercanas, más tangibles?

El caso de Daniel Sancho no es solo un drama personal; es un tablero en el que las piezas se mueven con precisión jurídica. Desde la condena inicial, se han presentado recursos que buscan, si no absolverlo, al menos reducir su pena. Pero la familia Arrieta, representada en España por el despacho de Ospina Abogados, ha decidido ir en la dirección opuesta. La condena es en este momento a cadena perpetua y no es de muerte por la cooperación que Sancho brindó durante la investigación. Sin embargo, ahora se ha solicitado al Tribunal de Apelaciones de Tailandia que reconsidere el fallo y aumente la indemnización otorgada a la familia del cirujano. Se pide que pase de los actuales 112.000 euros a una suma mucho mayor: 840.000 euros.

Los Arrieta argumentan que esa cantidad refleja mejor la pérdida económica sufrida con la muerte de Edwin, quien era su principal fuente de sustento. Además, según su abogado, la familia del cirujano colombiano considera que no ha habido un arrepentimiento genuino por parte de Sancho ni un acercamiento para reparar el daño causado. Un caso que se niega a cerrarse. Mientras las estrategias legales avanzan, los días en la cárcel tailandesa se suman uno tras otro para Daniel Sancho. Sus abogados en España, entre ellos Marcos García-Montes, han anunciado que agotarán todos los plazos para presentar recursos. Buscan argumentos que puedan reducir la condena o incluso abrir la puerta a que Daniel cumpla su pena en una prisión española.

En este entramado jurídico se vislumbran otras opciones, como la posibilidad de que el rey de Tailandia conceda medidas de gracia al español. Pero estas medidas tienen condiciones. Sancho debería pagar la indemnización, pedir perdón públicamente y cumplir otros requisitos formales antes de que esa posibilidad se convierta en realidad.

El asesinato de Edwin Arrieta no es solo un acto aislado de la más terrible de las violencias; es un reflejo de relaciones rotas, de secretos que se convierten en cadenas, de un juego de poder que cruza fronteras y rompe vidas. Si se confirma la existencia de esas supuestas escenas enviadas por Arrieta, si las fuentes dicen la verdad, pintan un cuadro de manipulación y control que se entrelaza con la tragedia central del caso.

¿Fue miedo lo que llevó a Daniel Sancho a cometer un acto tan atroz?

¿Fue la desesperación de alguien que sentía que no podía escapar? Estas son preguntas que los tribunales, las familias y la sociedad siguen intentando responder. Pero en el fondo, hay un silencio que ni las declaraciones ni los recursos legales pueden romper: el silencio de un hombre muerto. Hay otro que se enfrenta a una vida tras las rejas. Y entre las sombras de la cárcel, Daniel Sancho espera. No sabemos si espera justicia, perdón o simplemente una nueva mañana. Pero lo que queda claro es que esta historia aún no ha llegado a su fin. Sí para el cirujano colombiano. Pero no para quien acabó con su existencia.

Daniel pasa sus días y sus noches en una celda oscura y húmeda, rodeado de reos sobre los que caen cargos por delitos de tráfico de armas y estupefacientes u otros crímenes graves. Son muy comunes los registros en las celdas y taquillas en redadas policiales que suelen terminar con los presos semidesnudos. Sancho pidió al juez tras la lectura de la sentencia si podía permanecer en la misma cárcel, considerada menos dura y peligrosa, pero el juez le respondió que la ley no lo permitía y que la decisión no dependía de él.

La posibilidad de que Daniel Sancho pueda regresar pronto a España existe

La defensa del chef español, condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato del colombiano Edwin Arrieta, tiene diez días, hasta el 17 de enero, para presentar sus alegaciones contra el recurso de la familia de víctima, en el que piden que se imponga la pena de muerte. La posibilidad de que Daniel Sancho pueda regresar pronto a España existe pero salvo las fuentes consultadas desde el entorno más próximo al español, el resto de los expertos juristas consultados por Informalia ven "poco probable" que eso ocurra "antes de otros siete años", si bien se podrán sacar conclusiones más certeras tras la presentación del último recurso. Será una vez resuelto cuando en el mejor de los casos se le podría permitir trasladarle a España para que cumpla condena.

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