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Monumental cabreo de Iñigo Onieva tras los rumores de crisis con Tamara Falcó: tensión en el aeropuerto

Casi dos años casado con la marquesa de Griñón y todavía no se acostumbra a ser el centro de atención. Al menos, si no lo elige él. En los últimos días, su nombre y el de su flamante esposa ha vuelto a ocupar los titulares por una supuesta crisis. ¿El motivo? Sus ajetreadas agendas laborales, según dice Diez Minutos. Tamara Falcó afronta varios proyectos televisivos (El Hormiguero, Got Talent...) y publicitarios mientras que Iñigo Onieva está completamente volcado en el restaurante que abrió el pasado mes de mayo, que lo obliga a viajar a menudo. Los rumores apuntaban a que la hija de Isabel Preysler le habría reclamado más atención a su marido, que este viernes ha reaccionado de muy malas formas a las preguntas por este presunto distanciamiento: "No hay ninguna crisis".

Según los testigos, al empresario le han sentado muy mal las preguntas de los reporteros y ha tratado de esquivarlos sin éxito. Finalmente, se ha enfrentado a ellos: "No tengo nada que decir. No me sigas", ha dicho visiblemente molesto. "Te he pedido que no me grabes. Nada más que decir", repetía segundos después. Una respuesta muy diferente a la de su educadísima y perfectísima mujer, que sonrió tímidamente a los reporteros y les felicitó la Navidad este jueves.

Su entorno insiste en que no es oro todo lo que reluce. Tamara impuso ciertas condiciones para su reconciliación hace tres años (recordemos que él le fue infiel, entre otras cosas) y una de ellas era abandonar la vida nocturna. Sin embargo, el semanario Diez Minutos apuntaba a que el trabajo de Iñigo en Casa Salesas le obliga a pasar muchas horas fuera de casa, especialmente por la noche, y a viajar fuera del país. Esto no solo molesta a la marquesa, que se siente sola en su gigantesco ático del centro de Madrid, sino que dificulta su proyecto más importante: la maternidad.

Recordemos que la hija de Isabel Preysler quiere ser madre y lo lleva intentando desde que contrajo matrimonio con Onieva pues, a sus 43 años, no hay tiempo que perder. Sin embargo, el retoño se resiste. Iñigo y Tamara han recurrido a técnicas de medicina natural para poder concebir, ya que sus convicciones religiosas les impiden optar por otros recursos, pero nada ha funcionado de momento. Quién sabe si 2025 será, por fin, el año en que vean ampliar la familia.

La obsesión de Íñigo Onieva por su restaurante pone en jaque su matrimonio con Tamara Falcó

Año y medio después de su mediática boda, Tamara Falcó e Íñigo Onieva enfrentan desafíos que van más allá de lo habitual en un matrimonio joven. La pareja parece estar lidiando con el desgaste que producen los compromisos laborales y la falta de tiempo compartido, una situación que habría generado tensiones entre ambos. Mientras Tamara desea disfrutar más tiempo con su marido, Íñigo está completamente volcado en su "primer hijo", el restaurante de lujo Casa Salesas, que inauguró en mayo en Madrid. La apertura no estuvo exenta de críticas —desde la calidad de la comida hasta el precio y la distribución del espacio—, y el empresario ha redoblado esfuerzos para mejorar el negocio, lo que le ha dejado menos tiempo para la vida conyugal. En su afán por perfeccionar su restaurante, Onieva, siempre según Diez Minutos, ha intensificado sus viajes en busca de inspiración gastronómica. Recientemente, compartió en redes un recorrido por más de veinte locales en Nueva York, y semanas antes visitó Milán con el mismo propósito. Incluso ha llevado al restaurante un aperitivo inspirado en la cocina de su suegra, Isabel Preysler, que ha resultado ser un éxito. Esta dedicación casi obsesiva parece haber sacado de sus casillas a Tamara, quien, según fuentes cercanas, ha comenzado a reclamarle a Íñigo que haga un esfuerzo por priorizar más su relación. Aunque el empresario está decidido a consolidar su proyecto, la falta de tiempo en pareja podría convertirse en un reto difícil de superar si no logran encontrar un equilibrio.

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