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Marta López Álamo recuerda su calvario con los trastornos alimenticios: "Cogí 20 kilos de golpe""

Muchos rostros conocidos son los que utilizan su altavoz en las redes sociales para dar visibilidad a aspectos como la salud mental. Hablan abiertamente de sus procesos, convirtiéndose en temas muy comunes la ansiedad, la depresión o los trastornos alimenticios. Marta López Álamo (27), por su parte, ha vuelto a hablar de la bulimia y la anorexia que padeció.

La mujer de Kiko Matamoros ha respondido a algunas preguntas lanzadas por sus seguidores y una de ellas ha sido la de si después de superar su TCA (transtorno de la conducta alimentaria) ha sentido más inflamación.

"Estaba tan ocupada volviendo a vivir que yo sé precisamente que superé en su momento el TCA porque no volvía preocuparme por las calorías, por el peso y por la talla nunca más. Sí que vi que desde que lo superé en 2016 o así, hasta 2019 o 2020, tardé como tres años en volver como a mi cuerpo normal", ha contestado en Instagram.

A día de hoy, así es como se encuentra la modelo e influencer: "Ahora, de hecho, me cuesta muchísimo coger peso, es algo que yo siempre, mis amigos lo saben, no busco para nada adelgazar, al contrario, tampoco coger peso pero sí que coger músculo, coger algo de grasa, con el tiroides, por lo que sea, me cuesta muchísimo coger peso y me obligo a comer muchas veces que no tengo hambre".

Y sobre la inflamación, ha aclarado: "Intento comer mucho, mucho hidrato… Pero no, no me noté muy inflamada tampoco (...) Lo que noté es que después de superarlo es que cogí 20 kilos de golpe, simplemente porque empecé a comer y llevaba cuatro años sin comer, o cinco, entonces algo aumentas. Pero no lo pasaba mal, al contrario, lo pasaba bien porque volví a disfrutar y lo que menos me preocupaba era la talla".

La modelo ha sentenciado: "Ya llegó un momento que yo paré de tener esa necesidad imperiosa de comer muchísimo, tampoco nunca consideré que tuviera un trastorno por atracón, pero sí que necesitaba comer un montón y estaba súper ansiosa por comer, pero para mí no suponía un problema. Volví a comer normal y mi metabolismo se reguló solo. No me obsesioné, ni me he obsesionado nunca luego. Soy feliz".

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